EL DIARIO DE DANI S?NCHEZ
D¨ªa 3: Cerveza Everest
El redactor y fot¨®grafo de AS, Dani S¨¢nchez, acompa?a a la expedici¨®n Diab¨¦ticos en el Everest 2014 al campo base (5.350 metros) del ochomil.

Hoy d¨ªa de ¨²ltimas compras y tr¨¢mites antes de tomar la avioneta que ma?ana nos llevar¨¢ a Lukla, donde comenzaremos el trekking hacia el campo base del Everest. Ajustamos los petates y pensamos si estos calcetines ser¨¢n demasiado finos, aquella camiseta demasiado gorda, este desodorante demasiado prescindible. Caminamos imaginariamente con el ¨ªndice sobre el mapa siguiendo la ruta hacia el Everest. La misma que hicieron en 1953 Tenzing y Hillary, los mismos que presiden en una gran foto la sala donde hacemos los ¨²ltimos preparativos. En ella ambos aparecen conversando y tomando un t¨¦ a su regreso de la cumbre. Est¨¢n tranquilos. Con una alegr¨ªa serena de otros tiempos. Con alivio.
Y es que el Everest fue durante a?os una obsesi¨®n para muchos. El brit¨¢nico George Mallory lo describ¨ªa as¨ª en una carta que envi¨® a su esposa Ruth antes de partir hacia la cumbre en 1924: ¡°Cuando deposite tu fotograf¨ªa en el punto m¨¢s alto de la tierra exorcizar¨¦ para siempre este demonio y podr¨¦ regresar a tus brazos¡±. Nunca se sabr¨¢ si ¨¦l y su compa?ero Irving lo lograron, pero en 1999 su cuerpo congelado se encontr¨® cerca de la cima. Y la foto de Ruth no estaba con ¨¦l.
A partir de ma?ana nosotros nos acercaremos poco a poco hacia ella. As¨ª, cuando el pr¨®ximo martes estemos a punto de llegar a Khunde y aparezca por primera vez, tendremos sensaciones raras. Porque como los nepal¨ªes la hemos visto mil veces. En c¨®mics, juegos de cartas, libros escolares, camisetas, fotograf¨ªas¡ Pero cuando paremos, miremos hacia arriba y la veamos desde donde la vieron aquellos alpinistas pioneros, quiz¨¢s de alguna forma tambi¨¦n como Mallory alejemos alg¨²n demonio de la infancia. Y continuemos nuestro camino, llevando las fotograf¨ªas de nuestras ruths.