MUNDIALES DE MOSC?
Yelena Isinbayeva, tercer oro mundial y apunta a R¨ªo 2016
La zarina logr¨® el oro (4,89) e intent¨® el r¨¦cord mundial. Sobre su retirada aclar¨® que quiere "ser madre y volver en R¨ªo 2016". La plata fue para Suhr y Silva, bronce.
Del m¨²sico preferido de Yelena Isinbayeva, Francesco Sartori, y de la estadounidense Jenny Suhr, medalla de plata en Luzhniki y una de las eternas rivales de la tigresa de Volgogrado, vinieron las mejores l¨ªneas del futuro de la mejor saltadora de p¨¦rtiga de todos los tiempos. Tras proclamarse tricampeona mundial al aire libre en la noche memorable del viejo Estadio Central Lenin, en Luzhniki, y con aire de duda, Isinbayeva record¨® a su entrenador, el viejo Evgueni Trofimov, el tema de Sartori que ahora fascina m¨¢s a Yelena: Time to say Goodbye, Tiempo de decir adi¨®s. "Yo creo que justo ahora no es tu tiempo de decir adi¨®s", matiz¨® Trofimov a su disc¨ªpula preferida. "Si yo fuera Yelena, estoy segura de que no podr¨ªa querer una noche para retirarme mejor de esta que ella ha tenido en Mosc¨². Querr¨ªa esta noche para m¨ª", observ¨® la inteligente estadounidense Jenny Suhr-Stuczynski, que atrap¨® la plata con 4.82, id¨¦ntica altura que franque¨® la restallante cubana Yarisley Silva: con m¨¢s nulos de Suhr.
Zarina o tigresa. Isinbayeva, claro, fue la campeona, como lo fue en Helsinki y Osaka, en 2005 y 2007. Isinbayeva: zarina o tigresa de ojos verdes y pura leyenda rusa desde esta noche m¨¢gica de Luzhniki: impulsada por el rugido patri¨®tico que emerg¨ªa de las tribunas moscovitas, Yelena la Grande, con las manos llenas de brea, se catapult¨® y cimbre¨® como en sus mejores tiempos, hasta 4.89 de altura: y al primer intento. Con esa rara elasticidad flexible y potente que naci¨® con ella en Volgogrado-Stalingrado y le cultivaron all¨ª, en la Escuela Deportiva N¨²mero 12, con los m¨¦todos ancestrales de la Rusia sovi¨¦tica, en el teatro de hist¨®ricas batallas. Esta fue una de esas noches carism¨¢ticas que el Destino marca en la vida de cualquier gran campe¨®n. Por extender el embrujo, Yelena pidi¨® el r¨¦cord del mundo, un 5.07 que tampoco qued¨® tan lejos
Cuando todo se consum¨®, Isinbayeva extendi¨® la noche m¨¢gica en piruetas y abrazos sobre esa pista del Luzhniki que parece sentenciada cuando cierre este Mundial. A coraz¨®n herido, Yelena se proclam¨® la m¨¢s grande y agradeci¨® al buen pueblo de Mosc¨² y de la Madre Rusia. ?Es tiempo para que diga adi¨®s? Nunca se sabe cuando es la ¨²ltima vez, dice ella misma. Jenny Suhr firmar¨ªa esta despedida. Pero la tigresa y zarina de ojos verdes y de Volgogrado, Yelena Gadzhinievna Isinbayeva, quiere saltar en los Juegos de R¨ªo: con maternidad o sin ella.