Felix Baumgartner
"Mi salto ha conseguido extender los l¨ªmites de la humanidad"
El pasado 14 de octubre se lanz¨® al vac¨ªo, a 39.043 metros de la Tierra. En la ca¨ªda alcanz¨® una velocidad de 1.342 kil¨®metros por hora, superior a la barrera del sonido.
?Qu¨¦ locura aquella!
Menos de lo que la gente piensa. Todo estaba muy bien preparado y ensayado. Segu¨ªamos las m¨¢s estrictas medidas de seguridad. Lo ¨²nico novedoso era superar la barrera del sonido.
Tal y como lo cuenta, parece que cualquiera podr¨ªa hacerlo.
Cualquiera que tenga mucha disciplina y paciencia. Lo que no se puede es pasar de cero a h¨¦roe en un momento.
Seis meses despu¨¦s, ?para qu¨¦ vali¨® todo eso?
Cuando parece que ya no quedan muchos caminos por explorar en este mundo, siempre aparece alguno, y durante mi ca¨ªda los investigadores registraron cien millones de puntos de informaci¨®n. Mi salto ha ayudado a extender los l¨ªmites de la humanidad un poco m¨¢s.
Y ah¨ª arriba, ?qu¨¦ se ve?
Se ve un mundo distinto. Y ah¨ª me encontraba yo, encima de un escal¨®n tan peque?o como un patinete, contemplando un cielo negro y la perfecta curvatura de la Tierra.
?Miedo?
Ya hab¨ªa realizado saltos similares. No desde tan alto, pero casi. La ¨²nica novedad era batir la barrera del sonido. Por lo dem¨¢s, todo iba a ser igual. As¨ª que me dije: "S¨®lo tienes diez minutos de ox¨ªgeno en la espalda. Hay que saltar".
Y una vez en el vac¨ªo...
Ten¨ªa que mantener la concentraci¨®n. Era algo absolutamente fundamental para conseguir estabilidad. De lo contrario, hubiera tenido que recurrir a una especie de ancla, como si fuera un paraca¨ªdas, para estabilizarme. Y si no lo hubiera podido hacer, lo hubieran hecho desde el control. La seguridad era m¨¢xima. Afortunadamente no hubo que recurrir a ninguno de los dos casos.
Pero durante la ca¨ªda hubo momentos angustiosos. Daba la impresi¨®n de que ca¨ªa sin control.
En la estratosfera, la densidad del aire es m¨ªnima, y entonces no se puede aprovechar la presi¨®n del aire para montar ajustes y realizar movimientos, como hacemos los paracaidistas. Hubo unos segundos en los que no pod¨ªa sentir el aire, porque debajo de m¨ª no hab¨ªa nada. Cuando por fin entr¨¦ en la capa de aire pude girar y retener la rotaci¨®n con los movimientos de mi cuerpo. Una vez recuperado el control, ya todo fue f¨¢cil.
Eso de f¨¢cil...
Bueno, f¨¢cil en cuanto a que lo m¨¢s dif¨ªcil ya estaba hecho. La verdad es que fue un gran trabajo que tuvo siete a?os de preparaci¨®n y cinco de desarrollo, con un equipo de expertos en tecnolog¨ªa espacial que desarrollaron no s¨®lo la c¨¢psula y el traje, sino el globo m¨¢s grande jam¨¢s construido. Cuando salt¨¦ yo estaba solo, pero detr¨¢s hab¨ªa un trabajo de equipo impresionante.
O sea, que usted de loco no tiene nada. Todo lo ten¨ªa bien atado.
El hecho de que afronte proyectos a los que pocas personas se puedan atrever no significa que sea un temerario. Al contrario. Todo se prepara, se planifica y se eval¨²an los riesgos. De cada aventura se van sacando ense?anzas que me permiten ir arriesgando cada vez m¨¢s, pero tambi¨¦n de forma m¨¢s segura.
?Cu¨¢l ser¨¢ la pr¨®xima?
No lo s¨¦. Desde luego algo relacionado con volar. Es mi vida. Quiero ser piloto de helic¨®pteros de rescate.
Y lo de codearse ahora con los mejores deportistas del mundo, ?qu¨¦ tal lo lleva??
Pues estar en los Premios Laureus resulta una experiencia inolvidable. El hecho de que todos los premiados sean, primero nominados por los periodistas de todo el mundo, y despu¨¦s elegidos por aut¨¦nticos iconos del deporte, convierte este Premio en algo muy especial. ?Es incre¨ªble!
?Nunca le hab¨ªan dado un premio deportivo?
Nunca. Y estoy muy honrado por ser reconocido por una organizaci¨®n como la del Laureus. Siempre admir¨¦ a los deportistas que eran premiados, ?y ahora estoy entre ellos! ?Me gusta!
Y hablando de deportes, ?qui¨¦n es su ¨ªdolo?
Me gustan los deportes de motor, y que coincidan los tres campeonatos seguidos de Ve?ttel con los tres de constructores de Red Bull me parece un logro impresionante.