Petitb¨®: "Messi y Ronaldo se benefician el uno al otro"

Hay que cre¨¦rselo¡±, con esta frase de Jos¨¦ Luis S¨¢ez, presidente de la Federaci¨®n Espa?ola de Baloncesto (FEB), en un v¨ªdeo promocional con una enorme carga social, arranc¨® ayer el Foro 2014-AS. Amadeo Petitb¨® (Barcelona, 1946), director general de la Fundaci¨®n Rafael del Pino, dedicada a la formaci¨®n de dirigentes espa?oles, era el ponente. El t¨ªtulo: ¡®Deporte y Liderazgo¡¯.

Petitb¨® habl¨® de liderazgo, algo tan necesario en el mundo empresarial como en el deporte. Y tambi¨¦n de competencia, que conoce muy bien como expresidente del Tribunal de Defensa de la Competencia. ?Y qu¨¦ mayor competencia en el deporte actual que ese duelo futbol¨ªstico entre Messi y Cristiano Ronaldo? Petitb¨® aludi¨® a ¨¦l durante su intervenci¨®n.

¡°El deporte conlleva riesgo, pero hay que convertir ese riesgo en una oportunidad. En un mundo tan competitivo como el deporte, sucede igual que en el empresarial. No s¨®lo se compite para ser el mejor, sino que adem¨¢s se quiere ser la referencia indiscutible. Un ejemplo son jugadores como Messi y Ronaldo: ambos compiten para ser la referencia y eso beneficia a ambos, el uno al otro, y tambi¨¦n a sus equipos. Si hubiera s¨®lo uno, el resultado no ser¨ªa tan bueno¡±, analiz¨® Petitb¨®, que aclar¨® que ¨¦l siempre fomenta la competencia, ¡°incluso entre los estudiantes¡±.

Mourinho y Del Bosque

No fue la ¨²nica menci¨®n al f¨²tbol durante el foro. Ya en el turno de preguntas cayeron dos sobre Mourinho. La primera, de Juanma Trueba: ¡°?Qu¨¦ estilo de liderazgo prefiere: Mourinho o Del Bosque?¡±. Respuesta de Petitb¨®: ¡°De f¨²tbol s¨¦ muy poco. Pero no me gustan las personas que meten el dedo en el ojo. Lo dem¨¢s lo dejo aparte. En las empresas funcionamos con curr¨ªculos y ambos son excelentes, aunque yo me sentir¨ªa m¨¢s c¨®modo con Del Bosque¡±. La segunda vino a trav¨¦s de as.com: ¡°De uno a diez, ?c¨®mo califica a Mourinho como l¨ªder?¡±. Petitb¨®: ¡°No tengo duda, me gustar¨¢ o no, pero como l¨ªder es un diez. A veces hace gracia, y a veces no. Pero sale m¨¢s en la prensa que el presidente del Gobierno¡±.

Pero nos hemos adelantado mucho. Volvamos al principio. S¨¢ez dio a Petitb¨® la asistencia inicial: ¡°La Federaci¨®n tiene dos metas. La primera: ganar la calle para que el baloncesto llegue a la ¨²ltima esquina. Y otra, m¨¢s importante, demostrar que el deporte es una herramienta de transformaci¨®n social¡±.

Petitb¨®, exjugador de baloncesto durante sus estudios en los Escolapios, se tom¨® como un reto hablar de deporte, una actividad que admiti¨® no conocer en profundidad. ¡°Comparto con S¨¢ez que es un elemento de transformaci¨®n e integraci¨®n social, y si las autoridades lo entendieran, algunos ministerios como Sanidad tendr¨ªan menos gastos¡±, arranc¨® este licenciado en Ciencias Pol¨ªticas, Econ¨®micas y Comerciales por la Universidad de Barcelona.

¡°Deporte y liderazgo est¨¢n relacionados. Y a?ado la inclusi¨®n social. Un pa¨ªs moderno debe tener l¨ªderes que tomen decisiones sin miedo. Y en deporte, y en particular el baloncesto, la toma de decisiones es importante, porque adem¨¢s tienen que ser r¨¢pidas. El deporte no se entiende sin liderazgo. Sin liderazgo no hay competici¨®n, y sin competici¨®n no surge el l¨ªder¡±, explic¨® Petitb¨®. ¡°Hay muchos tipos de l¨ªderes, pero con un punto com¨²n: emanan autoridad. Sin autoridad no hay liderazgo. Se pone al frente, toma decisiones. Y si fracasa, vuelve a intentarlo¡±.

La inteligencia emocional

Petitb¨® resalt¨® ¡°la inteligencia emocional¡±. Y cit¨® un estudio que asegura que la emoci¨®n corresponde al 77% de la capacidad de la persona. ¡°La inteligencia emocional sirve para perseverar pese a los fracasos, si fallas un tiro libre el siguiente te planteas meterlo, regula los estados de ¨¢nimo, evita la angustia, no nos dormimos en el ¨¦xito. Y sobre todo, para liderar hay que tener la capacidad de la relaci¨®n con los dem¨¢s. Los que la desarrollan, triunfan en la vida. Con inteligencia emocional, tienen m¨¢s ventaja¡±.

Tras la inteligencia emocional, Petitb¨® se refiri¨® ¡°a la inclusi¨®n social¡±. ¡°Menciono a colectivos diversos: discapacitados, parados, inmigrantes, mujeres maltratadas, j¨®venes con problemas¡­ Colectivos numerosos, millones de personas. Y a este amplio grupo se puede a?adir a personas de salud precaria, exreclusos, alcoh¨®licos¡­ Un colectivo al que hay que prestar atenci¨®n, y ellos prest¨¢rsela a s¨ª mismos. Afecta a todos los ciudadanos¡±.

¡°Es m¨¢s f¨¢cil hacer pol¨ªticas sociales sin crisis, pero la crisis tambi¨¦n ense?a¡±, prosigui¨® Petitb¨®, partidario de implicar al sector privado en estas actividades, ¡°aunque debe recibir algo a cambio, ventajas fiscales, que al final van a suponer un beneficio para el Estado¡±.

¡°Y ahora vayamos al deporte¡±, anticipa Petitb¨®. Y enumera una serie de sus bondades, ¡°que ense?a estrategia, da seguridad y disciplina, ense?a a liderar, a conocer las limitaciones y a superarlas¡­ Y ayuda a la integraci¨®n, por eso su pr¨¢ctica debe ser fomentada. Un entrenador de cualquier deporte que suponga mucha competencia, puede ser un gran empresario, s¨®lo tiene que cambiar el espacio. La actividad deportiva implica organizaci¨®n y eso requiere liderazgo. El deporte exige dirigentes que sepan motivar y tomar decisiones¡±.

¡°El liderazgo tiene mucho que ver con el cambio¡±, contin¨²a el director general de la Fundaci¨®n Rafael del Pino. ¡°El cambio es el motor del progreso, y debe ser inducido siempre por un l¨ªder. Si en el mundo empresarial no prestas atenci¨®n al cambio, te quedas fuera del mercado. Como m¨ªnimo, exige adaptarte al nuevo escenario, aunque as¨ª no vences. El verdadero l¨ªder, empresario o deportivo, hace otras cosas porque se anticipa al cambio y lleva la iniciativa. Por eso el empresario puede aprender del deportista, y tambi¨¦n al contrario¡±.

El ejemplo de Fosbury

Amadeo Petitb¨® pone un ejemplo hist¨®rico sobre uno de esos ¡®cambios¡¯ liderados por un deportista: ¡°All¨¢ por 1968, un a?o muy movido, hubo un saltador de altura, Dirk Fosbury, que gan¨® la medalla de oro ol¨ªmpica en M¨¦xico, pero sin batir el r¨¦cord mundial. ?Por qu¨¦ gan¨®? Porque utiliz¨® una t¨¦cnica distinta. En el colegio hac¨ªamos la t¨¦cnica de tijera, aunque era m¨¢s exitoso el rodillo ventral. Pero ¨¦l us¨® su propia t¨¦cnica, que luego copiaron todos, y esa fue tambi¨¦n su desgracia. Las bondades de su t¨¦cnica eran tan evidentes, que en los siguientes Juegos ya todos saltaban as¨ª. En M¨²nich 1972, Fosbury ni siquiera se clasific¨®¡±.

¡°El deporte no s¨®lo sirve para hacer m¨¢s fuerte el cuerpo, tambi¨¦n para ser m¨¢s resistentes, para mejorar la salud... Los ministerios de Sanidad deber¨ªan subvencionar a los organismos deportivos. No s¨®lo sirve para la integraci¨®n social, sino para reducir los gastos sanitarios, y tambi¨¦n para fomentar el esp¨ªritu competitivo, tan importante para el mundo empresarial¡±, agreg¨® Petitb¨®.

Como cierre de su ponencia, el catedr¨¢tico reincidi¨® en una idea sobre la situaci¨®n econ¨®mica actual: ¡°Vamos a salir reforzados de la crisis. No ser¨¢ f¨¢cil, pero las empresas saldr¨¢n con mayor potencia. Y los deportistas van a salir con nuevos br¨ªos. Cuando S¨¢ez hablaba de la responsabilidad corporativa, hablaba de generosidad. Einstein dijo que estamos en el mundo para ayudarnos unos a los otros. Y esa debe ser nuestra meta, esforzarnos en servir a los dem¨¢s. Por cuestiones ¨¦ticas, s¨ª, pero tambi¨¦n pragm¨¢ticas¡±.

El mecenazgo y el tramposo Armstrong

Ya en el turno de preguntas, Petitb¨® abog¨® por una Ley de Mecenazgo: ¡°Soy partidario de que los pa¨ªses tengan pocas leyes, pero muy claras y que sean f¨¢ciles de cumplir. Una nueva ley de mecenazgo bien hecha resolver¨ªa muchos problemas. Y tendr¨ªa que ser una ley amplia para que dentro puedan caber todos, desde las fundaciones hasta las organizaciones deportivas¡±.

Tambi¨¦n surgi¨® el nombre de Lance Armstrong, repudiado por sus trampas despu¨¦s de haber sido un gran l¨ªder deportivo: ¡°La ley de defensa de la competencia habla de competencia desleal. El deporte tambi¨¦n debe llevarse sobre la pr¨¢ctica de la lealtad. Todos juegan en el mismo espacio, con los mismos instrumentos. Armstrong sac¨® ventaja competitiva a sus rivales con productos prohibidos. Se salt¨® un reglamento que otros s¨ª cumpl¨ªan¡­ En estos casos me pregunto si se deber¨ªa aplicar el C¨®digo Penal para indemnizar al segundo¡±.

Como cierre, Jos¨¦ Luis S¨¢ez pregunt¨® por la ¡°resistencia al cambio, que es algo muy com¨²n en el mundo del deporte¡±. Y Petitb¨® fue rotundo: ¡°Resistirse al cambio es morir¡±.