Irlanda sucumbe ante Italia

Los encuentros deportivos siempre andan prestos a producir contrastes extremos, el primero de ellos el que enmarca al victorioso frente al derrotado. La disonancia de ayer en el Ol¨ªmpico de Roma entre la festiva Italia y la hecatombe en forma de lesiones que acab¨® de arrasar a los irlandeses result¨® tanto o m¨¢s acusada. Ning¨²n m¨¦rito se le puede restar a Italia, otra vez. Ninguno. Pese al infortunio irland¨¦s, las dos expulsiones temporales de O¡¯Driscoll y Ryan o su intentona final: Italia asegur¨® el triunfo con los golpes a medias de Orquera y Gonzalo Garc¨ªa, y grit¨® en la primera parte un ensayo de puro empuje anotado por Venditti, el ala de la Azzurra. Se despidi¨® despu¨¦s de 103 partidos el pilar Andrea Lo Cicero, entre l¨¢grimas, y media hora despu¨¦s Italia celebraba el primer triunfo de su historia frente a los irlandeses.

El primer tiempo vino a sintetizar la historia de este equipo de Declan Kidney, que pudo vivir su ¨²ltimo encuentro como seleccionador del Tr¨¦bol. En verano acaba contrato y el ruido ha crecido a su alrededor. Ya suenan relevos. Kidney no ha podido levantar al equipo de la amarga fila de lesiones que lo ha acechado en los ¨²ltimos tiempos. Tuvo p¨¦rdidas antes, durante y hasta el ¨²ltimo d¨ªa del torneo: lo suyo ha sido una fatalidad en movimiento, lo que le ha deparado un torneo con un solo triunfo, el inicial ante Gales, y la amenaza de la Cuchara de Madera si Francia gana por 16 puntos, y mete un ensayo, a Escocia esta misma noche.

Sexton, que iba a reaparecer tras superar su lesi¨®n muscular, se da?¨® un pie esta semana y fue baja de ¨²ltima hora. Ya durante el choque, mientras Italia tomaba la iniciativa en el marcado aprovechando los golpes de castigo, primero cay¨® el ala Keith Earls, despu¨¦s su relevo Fitzgerald y, finalmente, el centro Marshall. Lleg¨® un momento en que no qued¨® otro remedio que mandar al flanker O¡¯Mahoney a jugar de ala, toda una rareza que explica el estado del equipo irland¨¦s a esas alturas del choque.

Por si todo eso fuera poco, Brian O¡¯Driscoll, el inspirador centro, fue expulsado por pisar a un contrario en el pecho durante un ruck a la media hora de partido. Esa jugada, que en el viejo rugby estaba autorizada si el contrario imped¨ªa la salida limpia de la pelota, ha sido proscrita ahora, buscando seguridad y limpieza. A Irlanda se le pos¨® un enorme nubarr¨®n sobre el juego mientras en las gradas del Ol¨ªmpico borboteaba la fiesta. En el partido mandaban los italianos, encarnados en su medio de mel¨¦, Gori, el hombre que dinamiz¨® con acierto, tensi¨®n y velocidad el juego italiano. En ese momento el bloque de Brunel, dominador en las touches, en la posici¨®n en el campo y en la propiedad de la pelota, ya ganaba 6-3, despu¨¦s de rebasar la primera ventaja irlandesa en el arranque del partido. Ante el siguiente golpe de castigo, Gonzalo Garc¨ªa tom¨® los trastos y anot¨® durante la ausencia de O¡¯Driscoll, cuyo futuro en verde est¨¢ pendiente de su propia decisi¨®n este verano. Jackson redujo diferencias antes del descanso y el partido se dispuso a una segunda mitad descarnada en todos los aspectos.

La creciente presi¨®n italiana dio sus frutos enseguida. Orquera meti¨® una patada profunda para fijar a la defensa irlandesa y presionar, Gilroy no asegur¨® la recepci¨®n e Italia gan¨® el derecho a jugar una mel¨¦ en territorio enemigo. Un escenario para frotarse las manos en el concepto italiano del rugby. Fue a partir de esa secuencia cuando su juego por el eje, alimentando las percusiones cerca de los agrupamientos, horadando la moral y el f¨ªsico irland¨¦s con caballer¨ªa ligera y pesadas bayonetas, acab¨® con una carga colectiva en la que Venditti logr¨® posar la pelota entre la interminable mara?a de cuerpos. Barnes, el ¨¢rbitro, hab¨ªa intuido la marca pese a la dificultad de la acci¨®n. Como es preceptivo, ech¨® mano del juez de televisi¨®n e Italia vio concedido el ¨²nico ensayo del encuentro, que los llev¨® a un 16-6 ominoso para los irlandeses.

Sin embargo, el equipo de Kidney extrajo de su derrumbe el ¨²ltimo orgullo. Aprovech¨® una amarilla a Sergio Parisse, el capit¨¢n italiano, para entregarse a una cabalgada larga, inversa a las ca¨ªdas de tensi¨®n que ha vivido a lo largo del torneo en los segundos tiempos. Con O¡¯Driscoll trabajando como un delantero m¨¢s en los rucks, en el tiempo de ausencia de Parisse Irlanda sum¨® tres golpes de Paddy Jackson, muy compuesto en su trabajo con el pie, y apret¨® el marcador hasta un delirante 16-15. La ola mexicana del primer tiempo, el festivo ambiente del Ol¨ªmpico, la ovaci¨®n a las l¨¢grimas de Lo Cicero en su despedida, hab¨ªan dejado paso a la tensi¨®n incontenible de un final apretad¨ªsimo. Ah¨ª, la defensa italiana recuper¨® la compostura a tiempo. Apretaron los dientes todos los jugadores de Brunel y absorbieron el empuje de Irlanda, que comenz¨® a sentir la presi¨®n del tiempo. Donncha Ryan y Connor Murray vieron sendas tarjetas amarillas. Y en sus expulsiones temporales muri¨® la tentativa irlandesa. Orquera cobr¨® dos penales m¨¢s e Italia levant¨® por el aire su segunda victoria en el torneo (algo que no lograban desde 2007) y un cuarto puesto asegurado en este Seis Naciones tan promisorio, pese a todo, para la Nazionale.