RUGBY | VI NACIONES | FRANCIA 6 - GALES 16
Un Drag車n incendia Par赤s
North firma con un ensayo postrero la segunda derrota de Francia, esta vez en casa. El Stade de France despidi車 con silbidos al XV de Saint-Andr谷.
Gal谷s provoc車 otro apag車n en Francia. No tan rotundo en las formas como el de Italia, porque esta vez el encuentro se movi車 en niveles de equilibrio que enmascararon la sensaci車n insoslayable de que Gales estaba m芍s cerca de la victoria que los franceses. El enemigo era mayor, pero esta derrota adquiere m芍s resonancia que la del Ol赤mpico porque ocurri車 en Par赤s, donde la resignaci車n no est芍 contemplada: el Stade de France despidi車 con silbidos al XV de Phillip Saint-Andr谷, despu谷s de que Gales lo terminara con un ensayo de North en el tramo final del encuentro. George North, el tremendo y jovenc赤simo ala del Drag車n, se meti車 en la marca pasando por encima de Trinh-Duc. Su furia en la anotaci車n simboliz車 el estado de los franceses, que mordieron la hierba y quedan a la deriva en este Seis Naciones.
Fue un partido m芍s bien sombr赤o. Como el futuro inmediato que aguarda a Saint-Andr谷, obligado ya a tomar decisiones. A Francia se le ha esfumado la calidad, la compostura, la prevalencia del d迆o Machenaud-Michalak en la bisagra y los argumentos que se?alaron a su equipo como favorito al torneo. Esa consideraci車n nac赤a por el peso 迆nico de la calidad, que en ning迆n juego (y desde luego tampoco en el rugby) act迆a como factor absolutamente decisorio. Hay mucho m芍s en este deporte: el deseo, el compromiso del cuerpo, el plan de juego para atacar o interrumpir# Cosas que Francia, tan gran equipo tantas veces, parece no saber hacer en este momento. Ahora lo que queda es un equipo franc谷s con cero puntos, pendiente de dos visitas a Dubl赤n y Londres. El t赤tulo ya le queda lejos. A partir de este momento su papel resulta una inc車gnita: obligados a redimirse, pueden mutar en equipo peligroso para los aspirantes. Pero, sobre todo, desde ahora importar芍n m芍s todas las subtramas que acompa?an a un equipo en su estado: que si debe volver Parra, que si Michalak est芍 sobrevalorado, que si Fofana habr赤a de jugar de centro con Bastareaud, que si Trinh-Duc de zaguero no es la soluci車n# Adem芍s de las acusaciones habituales: la indolencia, la impotencia, la previsibilidad y la total ausencia de filo en ataque.
Todos esos cargos parecen leg赤timos a la vista de su actuaci車n ayer, otra vez. Francia no estuvo siquiera cerca de ensayar. En su propio campo. Y con una potencia de juego como la que atesora. Nunca. Es verdad que el partido fue, hasta el minuto 70 largo, un empate a seis, con un sostenido intercambio de golpes de castigo anotados por Halfpenny y Michalak entre el minuto 14, cuando se adelant車 Francia, y el 52, cuando empat車. Lo que ocurri車 entre medias qued車 registrado en las estad赤sticas en t谷rminos de radical igualdad. Los dos equipos se repartieron la posesi車n en un exacto 50% cada uno; y casi lo mismo hicieron con el territorio (un poquito m芍s Gales, con el 52%). Esos dos guarismos acostumbran a ofrecer una perspectiva general de la din芍mica del choque. Pero no cuentan toda la historia. Los dos equipos atacaron casi como en un espejo: 291 metros corrieron los franceses en 113 avances con la pelota; 293 el equipo brit芍nico en un total de 110 rupturas. Cometieron casi los mismos golpes, uno m芍s Francia, que gan車 las mel谷s, donde m芍s sufrieron ocasionalmente los galeses, y las touches.
Eso es lo que dicen los n迆meros, pero la realidad complet車 el cuadro con otras impresiones. La tercera galesa llev車 a cabo un excepcional trabajo en el ruck y en sus alrededores. Los puntos de encuentro acostumbran a definir el rugby actual, porque son el 芍mbito en el que detener las intenciones del contrario y ponerle un gatillo a las propias. La conquista es, m芍s que nunca en el rugby, el meollo del asunto. Ahora mismo el juego, al menos en el Hemisferio Norte, parece atravesar una etapa de preponderancia del trabajo de las delanteras. Eso no implica necesariamente el aburrimiento, aunque ayer lo hubiera en Par赤s. En ese territorio, Ryan Jones fue capit芍n y h谷roe de su equipo, porque su trabajo en los puntos de encuentro contuvo, detuvo y retuvo a los franceses, adem芍s de inspirar al incombustible Faletau, un ocho trabajador como pocos, y a Tipuric, que se ha ganado discutirle la titularidad a Warburton, hoy por hoy.
Fue en esos pasajes cerrados del juego en los que Gales hizo crecer la impresi車n de que estaba para algo m芍s que los franceses. Y si bien el partido nunca rompi車 a una din芍mica abierta y a menudo se hizo pesado a la vista, las tentativas de Dan Biggar, el apertura gal谷s, y la amenaza siempre latente de Halfpenny, Cuthbert y North, anunciaban mucho m芍s que el reiterativo desencuentro de los franceses. Hab赤an lanzado por delante, en el arranque del choque, a Bastareaud, su fuerza de encuentro en el medio campo, pero los galeses no le rehuyeron los desaf赤os al centro galo y fueron desactivando las pretensiones francesas con su mejor actitud y la inteligencia de su fuerza en los encuentros. Para eso tienen una tercera que no retrocede y dos centros del tama?o de Jamie Roberts y Jonathan Davies. Entre otras cosas. A la vista de que el cabezazo contra el muro no hab赤a funcionado, avanzado el choque Saint-Andr谷 removi車 sus filas en busca de un chispazo. Trat車 de que Parra subiera el ritmo de juego, de que Trinh-Duc amenazara tambi谷n desde el puesto de zaguero, de que Huget se impregnara de su velocidad por fuera# Todo qued車 en un intento fracasado como el drop que prob車 Trinh-Duc.
El ensayo lleg車 en el minuto 71, cuando Gales puso al menos el empuje necesario para avanzar hasta la 22 galesa y cambiar el sentido del juego, de derecha a izquierda. Ese arrebato creativo, m赤nimo, le bast車 para imponerse en un partido tan 芍spero en cuestiones de ligereza ofensiva. La l赤nea galesa transmiti車 el ataque hasta North, que lleg車 por fuera en superioridad y se fue contra Trinh-Duc, sobre Trinh-Duc y por encima de Trinh-Duc. A la marca. Halfpenny, que va camino de ser un zaguero de 谷poca para Gales tras ser reconvertido desde el ala, anot車 la conversi車n con una patada fabulosa en la diagonal m芍s acusada imaginable. Y apenas tres minutos despu谷s, le cerr車 la puerta del regreso a Francia con otro golpe de castigo. El Stade de France qued車 en llamas entre el j迆bilo gal谷s. El Drag車n hab赤a incendiado Par赤s.