ITALIA 23 -FRANCIA 18
Francia paga su indolencia ante una Italia que sacude el torneo
La Nazionale derrot車 por segunda vez en la historia del torneo al XV de Saint-Andr谷 de forma merecida, con ensayos de Parisse, Castrogiovanni y el pie de Orquera.
El Seis Naciones, en sus diferentes fisonom赤as, se juega hace tanto que las tradiciones, los t車picos y hasta los prejuicios han hecho fortuna y forman parte del paisaje del torneo. A menudo con gran raz車n, porque los hechos los subrayan. Francia ha animado grandes revoluciones est谷ticas, filos車ficas y hasta pol赤ticas (hablamos de rugby), pero en el fondo se trata de un equipo altamente tradicionalista, que siempre defiende la posibilidad de la indolencia: lo que m芍s parece gustarle es regodearse en su arquetipo de conjunto imprevisible, acostumbrado a hacer exactamente lo contrario de lo que se espera que haga. Siempre peligroso cuando todo el mundo acuerda que juega un rugby p谷simo y que no tiene posibilidades, en situaci車n de favorito hace exactamente lo contrario. Por ejemplo, lo que hizo ayer en el Ol赤mpico de Roma: evaporar el tejido de su rugby hasta convertirlo en inasible, eludir el contacto y las posibilidades de construcci車n que derivan de esa obligaci車n en el rugby, obviar un plan de juego, permitir la deserci車n de sus directores de orquesta (Machenaud y Michalak) y ponerse en manos de la codiciosa Italia. Ahora, hay que subrayar que Italia fue un equipo que mereci車 la victoria de lado a lado, que aplic車 planes variables a lo largo del encuentro, que regres車 de sus equivocaciones del primer tiempo y que, cuando la her車ica lo llam車 a filas, tuvo la entereza, la resistencia necesaria para defender el 23-18 final en los largu赤simos diez minutos finales de ataque franc谷s.
?El rugby produjo as赤, en el mayest芍tico Ol赤mpico de Roma, otro episodio memorable de sus m迆ltiples leyendas. No es la primera vez que Italia le gana a Francia: ocurri車 hace dos a?os, en 2011, cuando en el Stadio Flaminio el conjunto azzurro derrot車 a la Francia de Marc Li豕vremont (22-21), con un golpe final de Mirco Bergamasco. Si hay quien consider車 suerte aquello, esta vez la fortuna no tuvo nada que ver. La fortuna hubiera actuado con su rueda desbocada si Francia hubiese logrado entrar en la zona de marca italiana en ese Stalingrado postrero al que sometieron los franceses a la Nazionale. Para entonces ya hab赤a entrado al campo Morgan Parra como n迆mero 9, despu谷s de un encuentro algo m芍s que p芍lido de Machenaud. Con Parra Francia se movi車, por fin, en ataque. Intent車 algo. Pudo ser el cambio de medio o pudo ser la desesperaci車n, el sudor fr赤o de la derrota que ven赤a. La otra posibilidad fue Bastareaud, el rendondeado centro franc谷s, comisionado para las 迆ltimas cargas francesas contra la defensa italiana. No pudieron entrar, pese a dos mel谷s y el acecho de un ensayo de castigo, que siempre est芍 latente en este tipo de resoluciones. La 迆ltima decisi車n la tom車 Michalak con un pase largo, en salto, hasta el ala Benjamin Fall, que hab赤a anotado uno de los ensayos franceses anteriores. Pero Fall se hizo espuma a la hora de contactar con los cierres italianos, que lo sacaron por la touche como los b芍rbaros de la lucha libre americana sacan al peleador bueno en sus pantomimas. E Italia entera levant車 los brazos porque ese 迆ltimo acto de servicio defensivo era la victoria.
?Italia ha ganado su primer partido en este Seis Naciones. No es la primera vez que ocurre. Antes tambi谷n ha sacudido a Escocia o, como se dijo, a la propia Francia hace dos a?os. Sin embargo, el aire que dej車 el equipo de Brunel en el Ol赤mpico es el anunciado desde sus tests de oto?o: parece estar en condiciones, por primera vez, para aspirar a algo m芍s que evitar la Cuchara de Madera. Su primer periodo demostr車 dos lados opuestos. No fue un encuentro, salvo el final, cerrado en el tr芍fico pesado del que siempre hicieron gala los italianos. No. Brunel hizo desplegarse a sus terceras y delanteros, muchas veces, lejos de los agrupamientos, buscando superioridades en las 芍giles aperturas de Orquera. El apertura italiano mand車 en el partido en su primera media hora, asistido por el alt赤simo ritmo de reciclaje que impon赤a Tobias Botes, el medio de mel谷. Italia fue lejos y golpe車 pronto, con una escapada de Orquera despu谷s de que McLean tapara, con una cobertura defensiva fant芍stica de lado a lado, una patada a seguir de Michalak en contraataque. Italia sali車 jugando, Orquera cruz車 el tel車n defensivo franc谷s con una diagonal exagerada y se fue solo. Descarg車 a Parisse y 谷ste pos車.
Esa jugada defini車 el estado de Italia en el primer periodo. Y, aunque contestar赤a Picamoles pronto, el ladino Orquera no solt車 la vara de mando. Pas車 primero un drop perpendicular a palos y luego otro golpe para poner a Italia 13-5. Los azzurri, sin embargo, ten赤an un problema severo: su placaje en los primeros contactos. A Francia, sin ninguna direcci車n en el juego, le resultaba f芍cil atravesar el primer muro y meterse a jugar detr芍s de la defensa. Ah赤 son tremendamente peligrosos, pese a sus imprecisiones de ayer. Michalak, en el mientras tanto, acort車 con un golpe transformado. Italia no quer赤a cometer errores y se guardaba con pateos profundos desde su campo, para ir a buscar a Francia con la presi車n en medio campo. Sin embargo, eso no sirve si no hay placaje en los encuentros. Y eso fallaba. Por eso Francia encontr車 el hueco preciso para que Huget lanzara una contraofensiva, pasase la defensa, dejara a Machenaud y 谷ste en bandeja a Fall, que puso por delante a Francia con la conversi車n de Michalak (13-15).
La segunda parte adens車 el juego, hubo m芍s tr芍fico pesado, las agrupaciones duraban m芍s y el ritmo se resinti車. El descanso le sirvi車 a Italia para poner remedio a sus fallas defensivas y cerrar los intervalos que le hab赤an dado vida a Francia. Los de Saint-Andr谷, sin embargo, se desnortaron por completo. Michalak sigui車 eludiendo cualquier contacto, Fritz y Mermoz tampoco tuvieron balones para reventar contra el medio campo rival y Huget empez車 a dar se?ales de derrumbe. Tampoco la luminosa tercera francesa tomaba en sus manos las operaciones. Pese a todo, Michalak a迆n estir車 la ventaja con otro golpe (13-18): ah赤 hubiera debido tomar el papel de Farrell en Inglaterra el s芍bado; ir martillando clavitos en el catafalco italiano con peque?os golpes como martillazos. Pero Francia no tuvo posesi車n ni territorio para algo as赤. Y acab車 siendo h谷roe Castrogiovanni, c車mo no, cuando despu谷s de una carga de infanter赤a y de que los italianos excavaran tres t迆neles en campo enemigo, se meti車 en el ensayo con toda la barba y la pelambrera al viento. Orquera convirti車. Se fue y entr車 Burton. Y lo que esper芍bamos de Michalak, lo hizo Burton: un drop magn赤fico que cerr車 el partido para Francia. Ya no sirvi車 Parra. Ni Bastareaud ni los aspavientos de su 迆ltimo ataque, dos golpes a cinco jugados en mel谷 incluidos. Francia se fue por el sumidero de un partido que nunca acert車 c車mo jugar. Este equipo de Italia no hace concesiones: mereci車 ganar. Y merece consideraci車n. Toda la consideraci車n.