espa?a 35 - dinamarca 19
Espa?a, campeona tras barrer a Dinamarca en una final hist車rica
La Selecci車n conquista su segundo Mundial tras una fant芍stica exhibici車n frente a Dinamarca, con la mayor diferencia de la historia en una final. La defensa y Sterbik, claves.
No fue la gloria, fue el 谷xtasis. No fue el oro solamente, fue la manera de ganarlo. No fue un triunfo m芍s; fue la victoria ante un rival que llevaba el camino de convertirse en la bestia negra de Espa?a. Casi como la otra vez, cuando hace ocho a?os Espa?a gan車 a Croacia en aquella final hist車rica. Y bot車 el Sant Jordi, y bot車 Espa?a entera representada en los 12.000 seguidores espa?oles, catalanes, madrile?os, vascos, asturianos#de todos los rincones del pa赤s que disfrutaron en directo de la fiesta de las fiestas.
La primera mitad fue memorable. Para guardarla y repasarla cada vez que un aficionado espa?ol quiera darse una alegr赤a. Inimaginable que en media hora Espa?a le pudiese sacar ocho goles de renta a Dinamarca. El portero dan谷s, paraba; Sterbik, no, s車lo lo justo para un portero de su clase, porque Sterbik no detiene balones, 谷l intimida a los rivales que convierten situaciones de ventaja en errores. Y a partir de la porter赤a, y con una defensa de 6-0 espectacular, con movilidad, con ayudas y con colaboraci車n, Ca?ellas, Guardiola y Morros, formaron un muro alto, grande, poderoso, sin fisuras.
No era f芍cil superar a Espa?a, que, adem芍s, volaba, corr赤a a la velocidad del rayo, se adelantaba a las jugadas de ataque de Dinamarca, recuperaba balones y llevaba a los n車rdicos con la lengua fuera.
El vendaval de Espa?a, que empez車 con Ca?ellas y Antonio Garc赤a en la primera l赤nea, y con Rocas en el extremo, en una demostraci車n de que en la Selecci車n todos son reemplazables y 迆tiles, tom車 cuerpo muy pronto (3-0), y mediada la primera mitad comenz車 el goteo, incluso ganando las inferioridades. Pronto se lleg車 a los cuatro de renta, a los seis, a los ocho. La poderosa Dinamarca parec赤a anestesiada. Perd赤a balones, no corr赤a, sin reacci車n posible. No encontraba su juego pese a utilizar a tres hombres en la posici車n de central. Ulrik Wilbek mandaba cambios, rotaciones. Nada. Imposible. Los Hispanos eran imparables (18-10) cuando acab車 la primera parte.
Luego Sterbik dijo que le tocaba parar, que no s車lo est芍 para intimidar. Y con un porcentaje de casi un 80 por ciento en 15 minutos, acab車 con las t赤midas esperanzas danesas. Cedi車 dos goles en quince minutos, tap車 los uno contra uno, y cuando Valero le sent車 con 33-16 en el marcador, el Palau se levant車 rendido a sus paradas, como a los goles de un inmenso Ca?ellas o de un espectacular Aguinagalde, o de un extremo como Rivera que ayer justific車 de una vez para siempre por qu谷 su padre le convoca.
Los minutos de la basura, los 迆ltimos diez. Valero utiiz車 a todos sus hombres para que firmasen el oro con una victor赤a r谷cord, porque hasta ahora la m芍xima ventaja en una final de un Mundial era de 10 goles, en 1958 (22-12, de Suecia sobre Checoslovaquia). Desde este partido los libros recoger芍n que Espa?a tiene la diferencia r谷cord.