Golf | Masters de Augusta
Tiger se va de Augusta con la sonrisa puesta
Woods se reconcili¨® consigo mismo y con la afici¨®n
Sonr¨ªa por favor. Durante muchos a?os, Tiger no respet¨® ni su propia sonrisa. Ayer, tras hacer un eagle incre¨ªble en el hoyo 7 despu¨¦s de que su bola volara m¨¢s de cien yardas y jugueteara con las ondulaciones del green, Woods abri¨® la boca para sonre¨ªr. En otro tiempo hubiera sacado el pu?o, estrangulado la mu?eca de Steve Williams y grabado un anuncio improvisado para Nike o Gatorade.
Ayer no. Tras arrancar con tres bogeys que le condenaban a vivir un domingo de segund¨®n, Woods decidi¨® entregar ese golpe m¨¢gico a la ciencia. Fue como una clase acelarada de autoayuda, del que hace cosas en el golf no permitidas para los humanos pero que luego puede reirse de ellas. As¨ª se humanizan las estrellas. Y Tiger Woods lo es y lo ser¨¢ siempre.
Esa horquilla de cinco golpes sobre la que escrib¨ªamos ayer mantuvo siempre a sus invitados de pleno derecho. De Woods se supo que viv¨ªa tras ese eagle al 7, seguido de dos birdies (8 y 9).
Un hoyo por detr¨¢s, Lee Westwood y Phil Mickelson no sab¨ªan c¨®mo ponerse de acuerdo. El ingl¨¦s, tradici¨®n pura, sub¨ªa y bajaba como en una noria. Bogey va, birdie viene. ?As¨ª se ganan los Masters? O quiz¨¢s un amago de infarto. En cambio, el zurdo Mickelson rozaba la monoton¨ªa con tanto par, rota por el birdie del 8, de rutina que le colocaba en el liderato.
Sobre KJ Choi.
Este coreano ha jugado los cuatro d¨ªas de torneo con Tiger Woods. Se han hecho amigos. De golf, eh... Choi juega al golf como el que lo invent¨®, perfecto. Rueda la bola con el putt que da gozo verle y puede ganar un major cualquier d¨ªa de estos porque tiene el talento y el temple necesario para hacerlo... Si no lo hizo anoche, porque al cierre de esta edici¨®n iba l¨ªder. Una locura.