Aventura | La conquista de los Polos
Polo Norte: una carrera hacia el fin del mundo
CAP?TULO II. El ?rtico ha sido ha sido y es un lugar inh¨®spito y salvaje, pero desde finales del siglo XIX varios exploradores arriesgaron sus vidas por alcanzar el Polo Norte Geogr¨¢fico. Sebasti¨¢n ?lvaro (creador de Al Filo de lo Imposible) nos descubre sus vidas. Ma?ana, la Ant¨¢rtida.
En Espejo del rey, un tratado de 1200 para el rey de Noruega, el autor examina los m¨®viles que impulsan a los hombres a la exploraci¨®n y cita: el af¨¢n de lucro, el de gloria y el de la aventura pura y simple. En el caso de los polos, s¨®lo los dos ¨²ltimos existen aunque, como se?ala Paul-Emile Victor, la realidad es que fue el af¨¢n de aventura lo que de verdad movi¨® desde sus inicios a los exploradores polares. S¨®lo as¨ª puede explicarse que Peary, tras sobrevivir a una dur¨ªsima expedici¨®n al Polo Norte Geogr¨¢fico en 1893 en la que tuvo que amputarse a s¨ª mismo siete dedos de los pies para salvar la pierna, escribiese: "Ahora es cuando me ha atacado de verdad la fiebre ¨¢rtica". Y, en efecto, regres¨® en varias ocasiones hasta que, en 1909, afirm¨® haber llegado por fin al Polo Norte Geogr¨¢fico, un logro que hoy casi nadie admite pero que no le quita un ¨¢pice de dureza al discutido explorador estadounidense. Esa fiebre que despiertan las masas heladas m¨¢s grandes del planeta es com¨²n a un pu?ado de hombres singulares, aventureros extremos como Franklin, Nansen, Scott, Wilson, Cherry Garrard, Shackleton o Amundsen, quienes escribieron sobre esas blancas llanuras algunas de las p¨¢ginas m¨¢s asombrosas de la historia de la exploraci¨®n humana de la Tierra.
En los 66?33? Norte se encuentra la l¨ªnea que delimita el C¨ªrculo Polar ?rtico, dentro del cual se sit¨²a el Oc¨¦ano Glaciar ?rtico, un mar congelado rodeado por tierras continentales. En su interior m¨¢s alejado est¨¢n los 90? de latitud Norte que marcan el Polo Norte Geogr¨¢fico, un desierto de hielo. Siempre que se habla del Polo Norte surge la comparaci¨®n con la Ant¨¢rtida. Las diferencias son muchas. La sequedad del continente ant¨¢rtico contrasta con las brumas oce¨¢nicas del Norte; el hielo del Norte es marino, el del Sur continental; hay osos polares en el ?rtico y ping¨¹inos en la Ant¨¢rtida. La principal distinci¨®n entre ambos es que la Ant¨¢rtida es un continente aplastado por el peso del hielo que lo cubre (y que en algunos lugares supera los 4.000 metros de espesor) mientras el Polo Norte no es m¨¢s que una inmensa balsa de agua helada que flota en un oc¨¦ano profundo. Es desolador: hielo flotante, con apenas 3 metros de media de espesor, comprimido, empujado y desgarrado por el movimiento del oc¨¦ano.
El ?rtico siempre ha sido un lugar inh¨®spito y desconocido, y por ello siempre ha suscitado el inter¨¦s de los hombres estimulados por conocer sus barreras naturales. Hombres como Peary, que tras siete expediciones al Polo, dijo haber alcanzado los 90? de latitud Norte el 6 de abril de 1909.
En un telegrama enviado al presidente Theodore Roosevelt, proclam¨® que "la bandera estrellada se ha plantado en la cima del globo". Hab¨ªa conseguido lo que ansiaba. Sus compa?eros esquimales de aventura cre¨ªan que el "aiguishu", el Gran Clavo, deb¨ªa tener un gran valor puesto que aquel hombre mostraba pasi¨®n por encontrarlo.
Pol¨¦mica.
C¨®mo explicarles que ni siquiera exist¨ªa tal clavo. Sin embargo, las dudas surgieron y Peary no consigui¨® aportar pruebas irrefutables del logro, enzarz¨¢ndose en una ruidosa pol¨¦mica con el tambi¨¦n norteamericano Frederick Cook quien reclamaba para s¨ª el honor de ser un "nuevo Col¨®n", pues afirmaba haber llegado un a?o antes, el 21 de abril de 1908.
En 1983 un congreso internacional sobre el Polo Norte, despu¨¦s de examinar los documentos presentados, lleg¨® a la conclusi¨®n de que tanto Peary como su competidor Cook no hab¨ªan ofrecido pruebas que apoyaran sus afirmaciones. Seg¨²n Wally Herbert, "...¨¦sta es la hip¨®tesis m¨¢s generosa. La otra es que los dos mintieron." Resulta indiscutible que Peary figura entre los m¨¢s grandes exploradores polares de todos los tiempos. Pero tambi¨¦n lo es que fue uno de los m¨¢s c¨ªnicos, ambiciosos y aprovechados. A trav¨¦s de su Club ?rtico, Robert Peary se dedicaba al lucrativo comercio de pieles y colmillos de morsa y de narval, que adquir¨ªa de forma muy ventajosa a los esquimales. Y a¨²n fue m¨¢s lejos, vendi¨® los esqueletos de esquimales muertos por epidemias, que su equipo hab¨ªa traido, al Museo Americano de Historia Natural.
Otro apasionado por el ?rtico representa la ant¨ªtesis moral y de comportamiento de Peary. Fridtjof Nansen es, por derecho propio, uno de los grandes exploradores de todos los tiempos; de esa clase de hombres que han luchado por arrancar terrenos a las tinieblas y a la ignorancia arrebat¨¢ndoselos con ingenio y valor.
Grandes hombres.
Era aquel un tiempo de hombres resueltos. No hac¨ªa mucho hab¨ªa ocurrido la tragedia del Erebus y el Terror donde murieron las tripulaciones de ambos barcos al mando del brit¨¢nico Franklin que trataban de buscar el Paso del Noroeste o, por ejemplo, al a?o siguiente de la expedici¨®n de Nansen, tres hombres tratar¨ªan de llegar volando en globo al Polo Norte, aunque perecieron en el intento. Poco despu¨¦s, surgir¨ªan hombres de la talla de Amundsen, Scott o Shackleton, cuyas haza?as cambiaron la percepci¨®n del mundo y de la exploraci¨®n.
Nansen construy¨® un barco ¨²nico para adentrarse en los mares helados: el Fram, que significa Adelante, y dej¨¢ndolo derivar aprisionado por los hielos alcanzar¨ªa los 86? 14' Norte entre los a?os 1893 y 1896. Ser¨ªa el punto m¨¢s al norte alcanzado hasta entonces por el ser humano.
Nobel.
El noruego siempre luch¨® por hacer el bien y lo llev¨® a la pr¨¢ctica durante los estragos producidos por la Primera Guerra Mundial y, al frente de la Cruz Roja, colaborando en la ayuda a los necesitados de la zona del Volga y el sur de Ucrania. Por esta labor recibi¨® el premio Nobel de la Paz en 1922. Nansen conclu¨ªa su magn¨ªfico libro En la noche y entre los hielos escribiendo: "El hielo y las largas noches de luna, con su tormento, me parec¨ªan un sue?o remoto de otro mundo, un sue?o que hab¨ªa surgido y se hab¨ªa desvanecido. Pero ?qu¨¦ valor tendr¨ªa la vida sin sus sue?os?".