La Selecci¨®n le brinda el bronce a Barrufet

Hab¨ªa que ganar, no pod¨ªamos despedir a David Barrufet con una derrota y ruido de sables, que alguno ya andaba en ello. No era justo. As¨ª que Espa?a disput¨® su mejor partido en Pek¨ªn y barri¨® a Croacia (35-29) en la lucha por la medalla de bronce. Iguala as¨ª su tope hist¨®rico en unos Juegos, los dos terceros puestos de Atlanta 1996 y Sydney 2000. Barru era manteado y dec¨ªa sentirse "en el cielo". El viernes, cuando llor¨¢bamos la derrota con Islandia, no sab¨ªamos que estaba tan cerca.

Cuando todo estaba resuelto y faltaba poco m¨¢s de un minuto para el final, I?aki Urdangar¨ªn ped¨ªa desde la grada que entrara Barrufet, deseaba que su ex compa?ero disfrutara del bocinazo final sobre la cancha. Justo entonces, Hombrados cedi¨® su lugar en la porter¨ªa. No era un cambio previsto, pero quer¨ªa rendir su homenaje a Barru. "Se retira de la Selecci¨®n y era una forma bonita de acabar", dijo Hombrados. Su compa?ero bajo palos le abrazaba, tambi¨¦n lo hac¨ªa Demetrio Lozano, que sumaba su tercera medalla en unos Juegos. Unos metros m¨¢s all¨¢, V¨ªctor Tom¨¢s romp¨ªa a llorar por la emoci¨®n de su primer metal ol¨ªmpico.

Pero el bronce cost¨®. El resultado final (35-29) puede inducir a enga?o, porque la medalla no empez¨® a acariciarse hasta el minuto 40. Un gol de Prieto, que no ha dejado de crecer en el torneo, nos dio una ventaja de cuatro goles (26-22), un mundo tal y como hab¨ªa evolucionado el partido. Duvnjak (que firm¨® un 7/7) nos hac¨ªa da?o, pero tras el descanso (12-14) logramos superar la defensa croata con Horvat de adelantado. Juan¨ªn Garc¨ªa y V¨ªctor Tom¨¢s nos alimentaban desde los extremos.

Los goles de Prieto. A diferencia del partido contra Islandia, Alberto Entrerr¨ªos estaba recuperado, y los brazos de Belaustegui y Romero s¨ª encontraban porter¨ªa y fueron claves para que abri¨¦ramos el marcador. Nada ten¨ªa que ver Losert, el meta croata, con Gustavsson, el island¨¦s que el viernes nos amarg¨® la semifinal.

Cuatro goles consecutivos de Prieto (27-32) sentenciaron el partido y Juan Carlos Pastor tuvo la elegancia de no pedir un tiempo muerto. El a?o pasado, en el Mundial de Alemania, el seleccionador croata, Lino Cervar, s¨ª lo hizo cuando nos ganaban por siete goles y s¨®lo quedaba un minuto para el final del partido. No pod¨ªamos caer tan bajo. Hab¨ªa que cerrar los Juegos como caballeros. Barru merec¨ªa el mejor de los finales.