Polideportivo | Cambios de sexo
Yvonne Buschbaum se une al club transexual
La espa?ola Mar¨ªa Torre-Mad¨¦ en los a?os cuarenta; la esquiadora austriaca Erika Schinegger en los sesenta; la tenista estadounidense Ren¨¦e Richards en los setenta... Transexuales, lo mismo que la alemana Yvonne Buschbaum, que anunci¨® su cambio de sexo hace unos d¨ªas.
Adi¨®s a Yvonne y hola a Ivan. La pertiguista alemana Buschbaum pasa a engrosar el selecto club de deportistas que cambian de sexo. En su caso, del femenino al masculino. Lo anunci¨® hace algunos d¨ªas en Berl¨ªn. Y en su caso, tambi¨¦n, no se trata de obtener ventajas imposibles, porque a su reconocimiento de transexual anunci¨® su abandono del atletismo. Ahora explorar¨¢ nuevos mundos.
Le preceden en el club algunos deportistas de ¨¦lite y otros que no lo son tanto. Entre los primeros, el ciclista escoc¨¦s Robert Millar, la esquiadora austr¨ªaca Erika Schinegger y la atleta alemana oriental Heidi Krieger.
Entre los segundos, el tenista estadounidense Richard Raskin (Ren¨¦e Richards) y la atleta espa?ola Mar¨ªa Torre-Mad¨¦, convertida en Jordi.
Reacci¨®n.
La reacci¨®n de los rivales de los transexuales no siempre ha sido de bienvenida al nuevo g¨¦nero, porque en algunos casos la transformaci¨®n se interpretaba como un camino truculento para obtener ventajas. Hombres que ten¨ªan escaso valor deportivo lo acrecentaban cuando se pasaban al bando femenino, porque hac¨ªan valer su mayor fuerza muscular o su superior resistencia. As¨ª sucedi¨® con Richard Raskin-Ren¨¦e Richards, que conmocion¨® el tenis femenino en los a?os setenta.
No es el caso de Yvonne-Ivan Buschbaum, nacida en Ulm hace 27 a?os, de 1,70 metros de talla y 57 kilos de peso. Fue sexta en los Juegos Ol¨ªmpicos de Sydney 2000, s¨¦ptima en los Mundiales de Edmonton 2001 y medalla de bronce en los Europeos de Budapest 1998 y M¨²nich 2002.
Su mejor marca es de 4,70 metros, en 2003, registro que, como mujer, le otorgar¨ªa el r¨¦cord espa?ol, pero que, como hombre, la situar¨ªa en el puesto 24 de las listas de nuestro pa¨ªs. Nada de ventaja en su cambio, desde luego.
Las respuestas en Alemania han sido mayoritariamente favorables y alguna muy expresiva: "Hay que tener huevos en los pantalones para tomar esa decisi¨®n. Le deseo lo mejor". Lo dice su compatriota Tim Lobinger, plusmarquista alem¨¢n de p¨¦rtiga, con seis metros justos.
Yvonne-Ivan Buschbaum anuncia que se someter¨¢ a un tratamiento hormonal, que iniciar¨¢ una nueva vida fuera del atletismo y reclama respeto y comprensi¨®n a la decisi¨®n tomada.
"Desde hace a?os me siento en un cuerpo ajeno y quien me conoce lo ve tan claro como yo. Soy un hombre en un cuerpo de mujer", declar¨® en su p¨¢gina de internet. "S¨¦ que la transexualidad supone un tab¨²", a?ade, y se apresura a explicar que nunca se ha dopado y que su cambio de sexo nada tiene que ver con el consumo de productos prohibidos.
?Por qu¨¦ lo dice? Pues porque su compatriota Heidi Krieger, lanzadora de peso, se hizo hombre por consumir hormonas masculinas y anabolizantes, en peligroso c¨®ctel.