Tenis | Roland Garros
Rafa Nadal tiene las llaves del reino de Borg
El sueco gan¨® cuatro torneos consecutivos y el espa?ol lleva tres
Cuando, a las 18:19 horas, el disparo de derecha, plano y paralelo, de Roger Federer, se marcha largo, m¨¢s all¨¢ de la l¨ªnea de fondo que defiende Rafael Nadal, una curiosa sombra de otro tiempo y un aliento contenido se esparcen sobre el Bosque de Bolonia, en Par¨ªs. El aliento, el de Nadal, estalla en un grito de victoria, su tercer grito de triunfo aqu¨ª en el Bosque de Bolonia, en Roland Garros. Contra Par¨ªs y contra todos. Y cuando el cuerpo, el cuerpazo de Nadal, est¨¢ aterrizando sobre la pista canela, aterriza sobre esa sombra de otro tiempo: la sombra de Bj?rn Borg. La sombra rubia y glacial que est¨¢ comenzando a sentir en la nuca de su leyenda el aliento furioso de Rafael Nadal Parera.
Desde que Borg gan¨® cuatro Roland Garros consecutivos (su asombrosa cuenta total llega hasta seis) entre 1978 y 1981, nadie hab¨ªa recibido la Copa de los Mosqueteros en Par¨ªs por tres a?os consecutivos. Nadie, hasta que lleg¨® Nadal. Nadie gana a Roger Federer en una final del Grand Slam desde el a?o 2003. Nadie, excepto Nadal en Roland Garros. ?C¨®mo lo hace?
"Esta es tu casa, y t¨² tienes las llaves. Si pierdes ante Nadal aqu¨ª, le est¨¢s dando las llaves de tu casa". Hace un a?o, en Wimbledon 2006, Tony Roche, el viejo australiano ex entrenador de Federer, dijo esa sentencia al n¨²mero uno del mundo. El problema para Federer es que Roland Garros es la casa de Nadal. Y la pista Philippe Chatrier, su patio de invitados, a veces tan levantiscos como esos parisinos que ayer se pasaron la tarde cantando "Roz-hay", "Roz-hay". Quer¨ªan decir, en su idioma, Roger: Roger Federer.
Pero, en la casa de Nadal, que hace 30 a?os perteneci¨® a Bj?rn Borg, se habla el idioma que quiere Nadal: bolas altas como bombas de racimo hacia el fin¨ªsimo rev¨¦s del discreto Federer y de quien haga falta. Fortaleza y movilidad salvaje. "La actitud del que jam¨¢s admite que va a morir", dice Hewitt de Nadal. En la Philippe Chatrier, Nadal es como Rusell Crowe en el foso del Circo M¨¢ximo: gladiador de gladiadores.
Y, aunque lo niegue, el delicado Federer, tan lleno de cuajo como su novia Mirka, dio la impresi¨®n de carecer de un plan real de juego contra esta fuerza de la naturaleza mediterr¨¢nea, el tif¨®n de Manacor. Sin Roche, Federer quiso repetir lo que le hab¨ªa valido en aquella final de Hamburgo: tirar de repertorio y a ver si sale bien.
Rolex atrasado.
Pero este Nadal no es el de aquella final: concentrado, determinado, agresivo, Nadal rescat¨® quir¨²rgicamente los diez puntos de ruptura de que Federer dispuso en el primer set, dej¨® al maestro suizo con el Rolex atrasado (0/10 en bolas de break), rompi¨® su servicio a la primera que pudo... y con el 6-3 del set inicial, Federer ya miraba a una misi¨®n bastante imposible. Y los parisinos, a lo suyo: "Roz-hay", Roz-hay". "Federer necesita atacar o perder¨¢", analizaba John McEnroe en la NBC.
A la desesperada, y con Nadal a verlas venir, Federer lig¨® juego y se llev¨® la segunda manga (el ¨²nico set que ha perdido el mallorqu¨ªn en todo el torneo): incluso con tentativa de "limpiarle" una bola a Nadal, que cancel¨® Sandra de Jenken, ¨¢rbitro de la final.
Pero en el tercer set, Nadal sali¨® de las cuerdas pegando, rompi¨® de salida el saque de Federer e intuy¨® el crack en la fr¨¢gil armadura mental del n¨²mero uno. Con el 6-3 de la tercera manga, la televisi¨®n francesa, France 2, ya entrevist¨® a T¨ªo Toni Nadal, al que se le iba abriendo la misma sonrisa que abandonaba a Federer: Don Rogelio iba poniendo cara de Do?a Rogelia. Una vez, Roger le sac¨® la mano abierta a Rafa, como diciendo: "D¨¦jame en paz, pesadilla". Y, a las 18:19, Federer cometi¨® su error no forzado n¨²mero 60 (m¨¢s bien, bastante forzado), aquella derecha plana y paralela que se march¨® hacia la sentencia. Ah¨ª, la sombra de Sir Roger Federer dej¨® paso a la sombra de Bj?rn Borg y al grito de victoria de Nadal, tercero en tres a?os. En ese grito iban tambi¨¦n las llaves de Roland Garros. Las llaves del reino de Borg est¨¢n en manos de Rafael Nadal. Y ahora quiere las de Wimbledon...