Tenis | Masters Series de Montecarlo
El fuego de Rafa Nadal para el Rolex de Federer
Rafael Nadal fue un muro ante el que se estrell¨® el n¨²mero uno de la ATP. Ante el chico incansable de Manacor, la presunta inmortalidad o perfecci¨®n de Federer se reduce a la sombra de la duda. Y Rafael Nadal Parera se coron¨® por tercera vez en Montecarlo.
Montecarlo, hace una semana: Federer y Nadal cargan contra los planes de calendario de la ATP, y luego responden a preguntas individualizadas. Pregunta a Nadal: "?Puede que la de este 2007 sea la ¨²ltima gran oportunidad de Federer para ganar Roland Garros, como ha dicho Borg?" Minutos antes, Federer ha recibido esa misma pregunta. Y no le ha sentado bien...
Responde Nadal. Literal: "Mmmm... no creo. Federer es joven, ?no? ?Cu¨¢ntos a?os tiene? ?25, 26...? ?25, no? Pues es joven. Le quedan muchos a?os para seguir intent¨¢ndolo". Nadal despach¨® pregunta y respuesta con gesto indescriptible. A medias, esc¨¦ptico. A medias, jerogl¨ªfico.
Pod¨ªa creerse que Nadal le daba cierta cancha a Federer, que exhib¨ªa en el Village del Montecarlo Country Club un maravilloso Rolex: de su colecci¨®n personal, como sus zapatillas y su chaqueta Nike, como su Aston Martin DB9 o sus tres Mercedes especiales. "A un joven suizo siempre le satisface saber que la cuenta bancaria est¨¢ saneada. Ahora, mis fantas¨ªas son sobre tenis; y mi gran sue?o, Roland Garros", asume Federer. Armado de sus colecciones, su Aston Martin y su tenis de precisi¨®n, Rolex Federer, ganador de 10 Grand Slams, busca la inmortalidad: como el gran rey Jerjes ante las Term¨®pilas. Y, como Jerjes, Federer tiene unas Term¨®pilas o Puertas de Fuego personales: las pistas de tierra batida donde reina Rafael Nadal Parera: singularmente, las Term¨®pilas de Roland Garros, Par¨ªs...
Le¨®nidas, rey de los espartanos, espet¨® a Jerjes ante las Puertas de Fuego: "Si quieres mis armas, ven a cogerlas". La misma mentalidad que otro de los hoplitas de Esparta, Dienekes, quien, enterado de que las flechas de los persas de Jerjes oscurecer¨ªan el sol, respondi¨® secamente: "Bien, entonces lucharemos en la sombra". Recuerden. Comparen. Nadal: "?Cu¨¢ntos a?os tiene Federer? ?25, 26? Pues s¨ª que es joven. Le quedan muchos a?os..."
Mentalidad.
Contra esa fiera mentalidad, tan espartana, tan mediterr¨¢nea, tan de Nadal, nada tiene que hacer el educado y cort¨¦s caballero suizo del Rolex y del Aston Martin. Pensar¨¢ Roger: ?C¨®mo se gana a un demonio rojizo que parece nacido del mismo fuego ocre de esa tierra batida, y que reserva una dosis de veneno para toda oferta de capitulaci¨®n? ?Qu¨¦ hago yo, joven millonario suizo con cuenta bancaria saneada, en este infierno donde no valen ni mis saques, ni mis derechas, ni mis relojes, ni mi cortes¨ªa...? La cara de asco sublime delata a Federer: como tantas veces.
Hubo 38 errores no forzados del joven Federer en esta final de Montecarlo... y 19 de derecha, su m¨¢gica derecha: pero siempre le pasa ante Nadal, el guardi¨¢n de las Puertas de Fuego, para el que no hay flechas que valgan; ¨¦l, gladiador, combate entre sombras y ceniza. Y cuando Nadal aguant¨® su saque en el 4-4, Federer simplemente se desplom¨®. Entreg¨® el set y cinco juegos sobre seis, hasta el 3-1 para Nadal en el segundo set. El Rolex y la derecha estaban quemados en las Puertas de Fuego.