Tenis | Roland Garros
Rafa Nadal se merece un regalo de Rod Laver
El espa?ol impidi車 que Roger Federer completara el Grand Slam
Hab赤a vahos de calor sobre la tierra de Par赤s, la tierra ocre del templo del tenis en la que no hay polic赤a que pueda detener a Rafael Nadal y sus pantalones pirata. Y eso, cuando Nadal es ya una pesadilla para el pr赤ncipe de este juego, Roger Federer, el favorito de los patricios del Grand Slam y de ciertos envidiosos. Todo lo que pas車, pas車 por el ego y por la necesidad primaria: todo lo que hace Nadal es vital, natural, porque lo necesita para sobrevivir. Y, ante esa fuerza primaria, el discurso exquisito de Federer degenera en un balbuceo. Es como si al pr赤ncipe le hubiera picado un escorpi車n que le hubiera paralizado el sedoso rev谷s a una mano.
Ante Nadal, Federer es como el pac赤fico ciudadano que va a firmar su Declaraci車n de la Renta, y a la cola del coche ve irrumpir las Harley Davidsons de Los ?ngeles del Infierno. O el soldado novato que ve volar miembros en su primer combate. Por incre赤ble que parezca, tras un 6-1 a Nadal en el primer set, en s車lo 37 minutos, Federer s車lo necesit車 para evaporarse una p谷rdida de servicio: la que puso a Nadal 2-0 por delante en el segundo set, tras un juego en el que Federer empez車 mandando... 40-0. Desde ah赤, Nadal ganar赤a 10 de los 15 juegos siguientes, incluidos los sets segundo y tercero, por el sencillo m谷todo de asaltar el rev谷s de Federer. S車lo en el segundo set el n迆mero uno del mundo cometi車 18 errores no forzados de rev谷s. ?Rod Laver...?
Maldici車n.
Laver hubiera cortado su rev谷s, para rebajar la intensidad del bombardeo de Nadal. Borg hubiera sido a迆n m芍s p谷treo que la pesadilla ambulante de Manacor. Connors, McEnroe, Lendl o Muster habr赤an reservado la 迆ltima bala para ellos: no rend赤an armas ante nadie. Pero la maldici車n de Nadal ya est芍 dentro de la cabeza de Federer, que gan車 el primer set porque Nadal, sin soltarse, no aprovech車 ninguna de sus cinco bolas de break.
En estos partidos, Nadal es el predador. Y al dilecto Federer le queda reservado el papel de presa. Ves encerrado a Nadal en una trinchera entre humaredas de explosiones, y siempre piensas que encontrar芍 una v赤a de escape, probablemente machete en mano. Ves a Federer reculando ante las zarpas afiladas de la derecha alta de Nadal, y se antoja un cervatillo de la sabana en retirada ante un leopardo. Todo el que vea National Geographic sabe c車mo acaban estas escenas. Tercer set: 2-1 para Federer y 0-40 sobre el saque de Nadal. Tres calamidades de Federer, pajarillo ante la serpiente de cascabel, y 2-2. Siguiente juego: con Nadal en la trinchera, brincando entre las explosiones, Federer, harto, embarc車 un remate que le vali車 la p谷rdida del servicio y el 2-3. Desde ah赤, Roger ("Rogey, Rogey", animaba in迆tilmente el buen pueblo de Par赤s) ya s車lo sobrevivi車 lo que Nadal le permiti車.
El escritor Michael Arlen llam車 una vez a Vietnam "La guerra del saloncito de estar" ("living room war"). En tenis, la gente asiste ahora desde su cuartito de estar al dram車n de un n迆mero uno que deja de serlo cuando se encuentra ante una fuerza de la naturaleza, un Vietcong del tenis. Es Rafa Nadal. Podr赤a ser el cicl車n Katrina, pero es Nadal. Es la furia, ante el sentido, ritmo y temple que Federer muestra cuando juega con cualquiera: menos contra este Nadal que le ha robado el alma y el coraz車n. "Tranquil", le grit車 desde la grada t赤o Toni a Rafa cuando serv赤a para rematar a Federer en la pelota de partido. Rafa no se inmut車, no ten赤a por qu谷, y, entre el vaho de calor, ejecut車 a la sombra del n迆mero uno. Que le d谷 las gracias el viejo Rod Laver.
Disfrute para los Duquesde Palma y Jennifer Aniston
Nadie quiso perderse la exhibici車n de Nadal en Par赤s. La Infanta Cristina y don I?aki Urdangar赤n, Duques de Palma, vibraron con el tenista balear. Al otro lado de la pista, la actriz Jennifer Aniston (Friends la lanz車 a la fama) y el actor Vince Vaughn no dejaban de aplaudir. No era para menos.