Sobre el Bal¨®n de Oro y el FIFA World Player

Un inter¨¦s a?adido del partido de anteayer en Yokohama era saber qu¨¦ jugadores del Madrid ganar¨ªan puntos para el Bal¨®n de Oro. As¨ª lo planteamos aqu¨ª y as¨ª lo tom¨® la afici¨®n. Y uno de los efectos colaterales del partido fue que en la impresi¨®n de todos Ronaldo gan¨® m¨¢s puntos que nadie para hacerse con ese trofeo. Marc¨® un gol (su tercero en dos finales mundiales disputadas en pocos meses en ese mismo estadio) y luci¨® en algunas jugadas m¨¢s. Particularmente en una en el callej¨®n del ocho, en la que encaden¨® un regate seco con un tiro dur¨ªsimo y cruzado.

Pero a lo que iba: no hemos hablado del FIFA World Player, la otra votaci¨®n anual que intenta proclamar el mejor del a?o. Y que pelea por abrirse sitio a costa del viejo Bal¨®n de Oro. Uno de los premios, el Bal¨®n de Oro, se otorga por votaci¨®n de los corresponsales de France Football (L?Equipe, en el fondo) en toda Europa. El otro, el FIFA World Player, se concede por votaci¨®n de los seleccionadores de todo el planeta. Parecer¨ªa que lo segundo debiera ser m¨¢s, pero no es as¨ª. En el imaginario colectivo lo m¨¢s importante es todav¨ªa, y con diferencia, el Bal¨®n de Oro.

?Por qu¨¦ es as¨ª? Primero, porque est¨¢ desde antes. Segundo, porque se ha hecho siempre bien, as¨ª que cuando se ve la relaci¨®n de ganadores es f¨¢cil asumirla. Cuarto, porque de la ciencia de los seleccionadores hay mucho que discutir, m¨¢s incluso que de la de nosotros, los periodistas, que ya es decir. Y cuarto, y sobre todo, porque el FIFA World Player es, dicho sea con todos los respetos, una intromisi¨®n improcedente. Venir a hacer algo que otros vienen haciendo previamente, y bien, es una ociosa impertinencia, m¨¢s desagradable si se hace desde una espesa esfera de poder.