"Cinco a?os antes ¨¦ramos amateurs"

Diez a?os ya de aquellas inolvidables chicas de oro. ?C¨®mo recuerda aquel ¨¦xito sin precedentes?

El sentimiento al rememorar nuestra participaci¨®n en los Juegos de Barcelona es de emoci¨®n. Me vienen a la cabeza muchos y muy buenos recuerdos de aquellos d¨ªas; los malos momentos, si es que los hubo en alg¨²n partido, tambi¨¦n se recuerdan positivamente haciendo balance. Aparte de conseguir el oro ol¨ªmpico, me quedo con momentos como el privilegio de vivir unos Juegos en tu pa¨ªs, o el acabar cada partido y poder fundirte en un abrazo con tu familia y tus amigos. Eso s¨®lo ocurre, si tienes suerte, una vez en la vida.

Hasta ese d¨ªa, el deporte de equipo femenino espa?ol no hab¨ªa ganado nunca un oro ol¨ªmpico. Llegan ustedes, las del hockey hierba, y lo consiguen.

Dicho as¨ª suena sencillo. Desde el primer momento lo consideramos un gran logro para nuestro deporte. Y es que no fue f¨¢cil, ya que cinco a?os antes ¨¦ramos amateurs. Lo que est¨¢ claro es que nadie nos regal¨® nada, los ¨¦xitos deportivos no se consiguen sin sacrificios; sobre todo supimos amortizar al m¨¢ximo el ¨²ltimo a?o y medio de preparaci¨®n.

Un a?o y medio en que dejaron sus ocupaciones para dedicarse de lleno a la Selecci¨®n ?Tan claro lo ten¨ªan?

Cuando, en 1986, Barcelona fue nombrada sede ol¨ªmpica, las jugadoras de hockey hierba vislumbramos una oportunidad excepcional para participar en unos Juegos Ol¨ªmpico, ya que el nivel de este deporte en nuestro pa¨ªs hasta entonces era bastante bajo, y tambi¨¦n para lograr algo grande. En la fase final de la preparaci¨®n nos llegamos a creer de verdad que pod¨ªamos conseguir el oro, porque est¨¢bamos cogiendo un gran nivel.

Y llegaron los Juegos, y la final, hace hoy diez a?os. ?Qu¨¦ elemento fue m¨¢s decisivo para su oro?

Todos los elementos contribuyeron, formando un c¨®ctel que result¨® explosivo. Ten¨ªamos mucha ilusi¨®n por jugar y por demostrar que, tras tanto sacrificio, pod¨ªamos hacerlo bien. La preparaci¨®n no fue cosa de coser y cantar, todas nos lo trabajamos mucho. Y, adem¨¢s, ¨¦ramos conscientes de que la disciplina era necesaria para afrontar la competici¨®n y, por supuesto, la final.

?Y la afici¨®n? Porque usted, m¨¢s que nadie, jugaba en casa.

Fue uno de los elementos m¨¢s importantes, sobre todo en la final. Antes de los Juegos, est¨¢bamos acostumbradas a jugar ante un p¨²blico de veinte personas, mientras que ante Alemania nos animaban 13.000 aficionados. Eso ayuda a motivarte a niveles inimaginables y en mi caso era m¨¢s claro, ya que mi carrera deportiva se desarroll¨® en Terrassa, la subsede de hockey. Cuando miraba a la grada ve¨ªa multitud de caras conocidas, personas con las que celebr¨¦ in situ la victoria en la final.

Tras aquello, el hockey femenino no avanz¨® sino que incluso retrocedi¨®. ?C¨®mo se lo explica?

Todas las jugadoras nos planteamos una y otra vez esa pregunta tras la consecuci¨®n del oro. Llegamos a lo m¨¢s alto y no se consigui¨® ni un patrocinador. Aquel retroceso me sorprendi¨® mucho, pero ahora lo comprendo. El hockey, por mucho que logr¨¢ramos en Barcelona, es un deporte minoritario, que no mueve ni genera dinero. Eso es casi imposible de solucionar.

Por tanto, ?considera irrepetible el oro que ustedes consiguieron?

En Sidney, las chicas quedaron cuartas, que no est¨¢ mal. Tengo la esperanza de poder ver alg¨²n d¨ªa otro oro, pero uno como aquel es y ser¨¢ irrepetible. El contexto m¨¢gico de Barcelona, con un p¨²blico volcado e ilusi¨®n sin l¨ªmites, no creo que vuelva a darse en unos Juegos.