El fin de una era: Herrera y Gavira se despiden de los Juegos
La dupla espa?ola cae en cuartos contra Noruega y termina su historia ol¨ªmpica 16 a?os despu¨¦s. Pablo, a pocos partidos de su retirada.
Qu¨¦ bonito fue el viaje. Y c¨®mo se recordar¨¢. Este mi¨¦rcoles, Pablo Herrera y Adri¨¢n Gavira, 42 a?os y seis Juegos el primero, 36 y cuatro el segundo, pusieron fin a su historia ol¨ªmpica conjunta. Despu¨¦s de 16 a?os, el lunes, superando a Polonia, llegaron m¨¢s lejos que nunca de la mano. ?C¨®mo lo merec¨ªan! En cuartos, sin embargo, ten¨ªan un imposible delante. Hasta para ellos, qu¨¦ tanto han visto y tanto han vivido. Los noruegos Anders Mol y Christian Sorum, vigentes campeones ol¨ªmpicos, impusieron la l¨®gica (21-16 y 21-17 en 37 minutos) y pusieron el punto final a una era. La pareja Herrera-Gavira, eterna, no volver¨¢ a unos Juegos, pero quedar¨¢ su legado.
Que horas antes, a los pies de la Torre Eiffel, cayeran, tambi¨¦n con honor, Daniela ?lvarez y Tania Moreno, 22 a?os ambas, es la mejor muestra de ello. Es dif¨ªcil entender el v¨®ley playa espa?ol sin Herrera y Gavira. Contra Noruega, luchando con la misma ilusi¨®n que el primero d¨ªa, lo demostraron una vez m¨¢s. Nunca lo tuvieron en su mano, pero nunca dejaron que Mol y Sorum, dos gigantones cuyos nombres hacen honor a su aspecto, imponente, estuvieron tranquilos del todo. Les frenaron hasta la mitad del primer set (8-10) y hasta la mitad del segundo (11-13), cuando los n¨®rdicos despegaron. El paso del tempo es inevitable.
¡°Hemos intentado agarrarnos ah¨ª a la arena, pero Anders y Christian estuvieron muy s¨®lidos. Anders nos presion¨® much¨ªsimo, como siempre, en bloqueo. Solo podemos darles la enhorabuena porque nosotros no pudimos hacer m¨¢s¡±, analiz¨® Herrera en el plano deportivo. ¡°Ahora toca disfrutar de la familia. Estar con los chiquillos y con mi mujer, que es la que m¨¢s ha aguantado estos a?os el sacrificio de estar tanto tiempo yo fuera. Y es lo que me queda, ?no? Saborear, digamos, la otra vida. Estar m¨¢s tranquilo en casa y disfrutar de todo eso¡±, a?adi¨® en el personal, lo ¨²nico que importar¨¢ a partir de ahora.
Cuando echen la vista atr¨¢s, Herrera y Gavira, Gavira y Herrera, que saben todo el uno del otro, que Pablo ¡°ronca como un mulo¡± y Adri¨¢n ¡°duerme muy poco¡±, ¡°un matrimonio sin amor¡±, mirar¨¢n orgullosos todo lo que construyeron en el v¨®ley playa espa?ol. Especialmente, porque era uno de sus ¨²ltimos d¨ªas como jugador, Herrera, que ya s¨®lo tiene por delante una peque?a gira de despedida, con la plata en Atenas, al lado de Javier Bosma, como guinda a una trayectoria de leyenda. Con Gavira, sigui¨® escribiendo historia. Y su ¨²ltimo baile, pese a ilusionarse con algo m¨¢s, con la medalla a la vista otra vez, fue el mejor que tuvieron nunca.