Barriles, buceo y el invento del crol: los otros Juegos del Sena
Controvertida sede ahora de las aguas abiertas, el c¨¦lebre r¨ªo parisino ya alberg¨® la nataci¨®n en 1900, aunque con algunas pruebas disparatadas y el legado inmenso de un nuevo estilo.
Sin tanta controversia como la actual, pues eran otros tiempos, los Juegos Ol¨ªmpicos ya pasaron por las aguas del Sena. Concretamente, en la segunda edici¨®n moderna de la cita promovida por un ilustr¨ªsimo parisino, el bar¨®n Pierre de Coubertin, quien en el a?o 1900 pudo disfrutar en casa de un evento que distaba a¨²n de ser el m¨¢s grande del deporte universal. Pero no se disputaron en el r¨ªo las aguas abiertas, como suced¨ªa este jueves con las mujeres y el viernes est¨¢ previsto que con la prueba masculina, entre otros motivos porque no entraron en el programa ol¨ªmpico hasta Pek¨ªn 2008.
Lo que alberg¨® el r¨ªo Sena fueron pruebas de la nataci¨®n a secas, que igualmente poco ten¨ªan que ver en su mayor¨ªa con las que actualmente se desarrollan en la piscina. Salvo un hallazgo que causar¨ªa fortuna y s¨ª llegar¨ªa hasta nuestros d¨ªas. Entre los puentes de Courbevoie y de Asni¨¨res (¨¦ste, pintado por Van Gogh), muy cerca de La D¨¨fense Arena donde se ha desarrollado precisamente la nataci¨®n en l¨ªnea, se celebraron entre el 11 y el 19 de agosto pruebas como los 200, 1.000 y 4.000 metros estilo libre o los 200 por equipos.
Esas eran las m¨¢s, digamos, normales. Pero tambi¨¦n se cre¨® una nueva disciplina llamada 200 obst¨¢culos, que se nad¨® por primera y ¨²nica vez en la historia ol¨ªmpica, y que consist¨ªa en nadar, trepar por un poste, por una fila de barriles y posteriormente bajo otra. Y estaban los 60 metros buceo, igualmente de forma in¨¦dita, en que se sumaban puntos seg¨²n el tiempo transcurrido bajo el agua y la distancia recorrida. Tal era el nivel de experimentalismo que quien m¨¢s metros recorri¨®, el dan¨¦s Peder Lykkeberg, s¨®lo qued¨® tercero porque se limit¨® a nadar en c¨ªrculos.
Con la presencia de 76 nadadores ¨Ctodo hombres¨C de 12 pa¨ªses, entre los que no se encontraba Espa?a, domin¨® Gran Breta?a y concretamente John Jarvis, quien a sus dos oros en nataci¨®n a?adi¨® el de waterpolo. Que tambi¨¦n se disput¨® en ese tramo del Sena. Las porter¨ªas no estaban delimitadas por postes, sino por barcas, y para marcar goles hab¨ªa que llegar a ellas con el bal¨®n controlado entre las manos, sin chutarlo. Incluso la vela se celebr¨® en el r¨ªo parisino, siendo un rotundo fracaso porque no hizo viento. M¨¢s gracia tuvo una competici¨®n de pesca, en que ganaba quien sacaba el pez m¨¢s gordo.
Pero la nataci¨®n en el Sena en los Juegos de 1900 s¨ª contribuy¨® a dejar un legado inmenso a la nataci¨®n. El que aportaron una serie de nadadores australianos que, de pronto, aparecieron con un estilo nunca antes visto, pero r¨¢pidamente imitado: el crol. Una manera de aliviar los m¨¢s de 35 grados de temperatura que se registraron los dos primeros d¨ªas de competici¨®n, o que los tiempos estuvieran muy alterados, ya que la mayor¨ªa de pruebas se hac¨ªan a favor de la corriente. Al menos, pudieron nadar, algo que qued¨® prohibido en 1923. Hasta hoy. No sin problemas.
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