JUEGOS OL?MPICOS
Hija de un ex seleccionado que se fue al exilio: la estrella ol¨ªmpica de origen chileno
Naci¨® en Toronto y sus dos padres son chilenos. Se ha transformado en una estrella en su deporte y ya fue n¨²mero uno del mundo. Qued¨® a un paso del bronce en Tokio.

Hern¨¢n Huma?a no ten¨ªa otro camino. En 1980, en plena dictadura militar, tuvo que tomar un avi¨®n de Santiago a Toronto y no volver a mirar atr¨¢s. Poco importaba su figura como seleccionado de voleibol. Su vida estaba en riesgo. "Me qued¨¦ jugando por Chile porque cre¨ªa en restaurar la democracia", explica.?
Cinco a?os antes su familia hab¨ªa realizado el mismo viaje que ¨¦l posterg¨® en varias ocasiones. All¨¢ estaba su mujer Miryam Paredes, ex bailarina, y en ese lugar nacer¨ªa en 1992, Melissa, la misma que est¨¢ hoy en Tokio cumpliendo su sue?o en unos Juegos Ol¨ªmpicos.?
Entre medio pasaron muchas cosas. Hern¨¢n tuvo que abortar una promisoria carrera profesional y adelantar su incursi¨®n como entrenador. Mal no le fue. En 1996, bajo su tutela, la dupla formada por John Child y Mark Heese gan¨® la medalla de bronce, la primera de Canad¨¢ en el voley playa. Luego tambi¨¦n logr¨® clasificar en Sydney 2000 y Atenas 2004.
"El primer recuerdo que tengo de unos Juegos Ol¨ªmpicos es esa medalla en casa", dice Melissa. Ten¨ªa cuatro a?os. Poco tiempo despu¨¦s empez¨® en el voleibol. "No era alta, ni f¨ªsicamente fuerte, pero aprend¨ªa r¨¢pido", dice Hern¨¢n. Las cosas que a otros ni?os le costaban, ella las incorporaba de inmediato.
Tal como su padre, su carrera comenz¨® en el voleibol sala y luego deriv¨® al playa. Un camino que comparte con su hermano Felipe. "Pas¨¢bamos muchas horas en la arena cuando mi padre era entrenador nacional. A?os m¨¢s tarde fue ella la que recibi¨® el llamado a ser seleccionada. "No me lo tomo a la ligera, Canad¨¢ es donde nac¨ª y me ha dado todo".
Chile, eso s¨ª, nunca ha quedado de lado. "Tengo familia en Santiago, y casa en la playa. Hemos ido muchas veces. Me encanta Vi?a del Mar,y las comidas tambi¨¦n". La competencias tambi¨¦n la han ido acercado. Estuvo en los Panamericanos de Toronto, donde coincidi¨® con los Primos Grimalt. "Ella es buen¨ªsima. Canad¨¢ gan¨® una gran jugadora", dice Marco. "Son buen¨ªsimos", responde ella.
Ese certamen tambi¨¦n fue el inicio del camino que la llev¨® a Tokio: el 29 de abril de este a?o, y con varios t¨ªtulos en las vitrinas, se transform¨® en la n¨²mero uno del ranking mundial. Un impulso que le permiti¨® llegar a Tokio con la mente puesta en obtener una medalla. No se pudo. El camino acab¨® en cuartos de final. "Duele, pero hay muy buenas parejas".
Hern¨¢n sigui¨® cada juego. "?l ser¨¢ mi entrenador toda la vida", dice ella. "No me da un consejo, pero sabe muy bien lo que significa para m¨ª". Tras su experiencia como seleccionador entren¨® a la Universidad York durante casi una d¨¦cada. Ah¨ª tambi¨¦n ense?¨® como soci¨®logo y catedr¨¢tico de la Facultad de Salud. Escribi¨® un libro: Playing Under the Gun. (Jugando bajo una pistola).