Goleada ilusoria del Espanyol

Primera, Segunda, Primera RFEF, Segunda RFEF, Tercera RFEF y Divisi¨®n de Honor. Esa es la distancia sideral entre Espanyol y CD Rinc¨®n, que qued¨® reducida a trizas durante m¨¢s de una hora en una eliminatoria de Copa del Rey que ni siquiera se jugaba en el campo del m¨¢s peque?o, a modo de encerrona, sino en un estadio de elite como La Rosaleda. Pueden estar tan orgullosos en Rinc¨®n de la Victoria como preocupados en un Espanyol cuyo pase ciertamente no corri¨® peligro ni siquiera tras la expulsi¨®n de Dani G¨®mez, que pudo haber jugado sin portero, esta vez s¨ª, pero que lejos de revertir las amarguras de la Liga mostr¨® una cara gris, mediocre, antes de un par¨®n que ped¨ªa a gritos.

¡°No tengo un portero para cada competici¨®n ni creo en las rotaciones¡±, hab¨ªa anunciado Diego Mart¨ªnez en la previa. Evidentemente, jugaba al despiste, pues dispuso una alineaci¨®n completamente in¨¦dita, pero es que poco se le puede reprochar al entrenador del Espanyol. Visto lo visto, como para creer en las rotaciones. Sufre la plantilla perica de alarmantes carencias, descompensaciones, de alg¨²n refuerzo indescrifable que dif¨ªcilmente mejora a sus antecesores. Que invitan a la tentaci¨®n de a?orar a Loren, Embarba o Wu Lei. La irrupci¨®n del fondo de armario ante un rival cinco categor¨ªas por debajo (?cinco!) no penaliza al entrenador, sino al arquitecto de la presunta revoluci¨®n, el director deportivo Domingo Catoira. Y a Chen Yansheng y Mao Ye, presidente y CEO, respectivamente, por permitirlo.

La roja a Dani G¨®mez, rigurosa para algunos, autoexpulsi¨®n en realidad si se tiene en cuenta el contexto, tendr¨¢ un lugar destacado en el libro de las ignonimias de un club hist¨®rico en la Liga, cuatro veces campe¨®n de la Copa del Rey, que parece empe?ado en ser con frecuencia esta temporada carne de meme. Al filo del descanso, y tras sentirse agraviado por una acci¨®n con ?lvaro Gil, no se le ocurri¨® mejor idea que tocar en la pechera al ¨¢rbitro, Pizarro G¨®mez, dejando a su equipo con diez.

Con un sonoro ¡°?s¨ª, se puede!¡± reaccion¨® en la grada de La Rosaleda la gente del Rinc¨®n, que ve¨ªa c¨®mo los suyos, un conjunto de sexta categor¨ªa estatal, igualaba las fuerzas con un Espanyol que dominaba en la posesi¨®n y poco m¨¢s, en que solo los canteranos mostraban algo de verg¨¹enza torera, que apenas lo probaba de lejos, con Melamed y Exp¨®sito, y que incluso en esas acciones lo que se acab¨® demostrando es que Joki, h¨¦roe ya rinconero en la eliminatoria previa, puede ser m¨¢s portero que alguno en Primera.

Recurri¨® Diego Mart¨ªnez a ?scar Gil, Puado y Keidi Bare, titulares en Liga, para igualar fuerzas once contra diez, aunque Pizarro le ech¨® una mano para igualarlas de verdad, a los cinco minutos de la reanudaci¨®n, al entender tambi¨¦n como merecedora de una roja la entrada por detr¨¢s de Conejo sobre Exp¨®sito.

En lo ¨²nico que se not¨® cierta astucia por la diferencia de nivel, si es que lo hicieron a prop¨®sito, fue en la acci¨®n del 0-1, ya que aprovech¨® el Espanyol que el Rinc¨®n a¨²n se ordenaba tras haber realizado tres cambios de golpe. Lleg¨® el gol que romp¨ªa la eliminatoria en una triangulaci¨®n entre Melamed, Lazo y Puado.

En esa situaci¨®n ya s¨ª, no hab¨ªa otra, el partido pas¨® a ser del Espanyol, que encontr¨® m¨¢s caminos que la banda izquierda de Omar y que consigui¨® el segundo tanto en la estrategia, en un c¨®rner servido por Lazo que recogi¨® Exp¨®sito desde la frontal, su zona de influencia favorita, para sentenciar. La celebraci¨®n, una pi?a con titulares y suplentes, da una idea de la dimensi¨®n de la tragedia que se palpaba un rato antes en el vestuario.

Despu¨¦s llegar¨ªa el debut de Kenneth con el primer equipo perico, junto a la entrada de un Joselu que volvi¨® a dejar claro por qu¨¦ es el ¡®pichichi¡¯ blanquiazul, al establecer el tercer y definitivo tanto de la noche como quien va a sellar un formulario a la oficina. Ahora empiezan las vacaciones de la plantilla, tiempo para desconectar, por suerte sin el bal¨®n en juego.