Piqu¨¦, sentenciado por su gente
El central, superado por Dzeko, Dumfries o Lautaro, termin¨® pitado por su afici¨®n y empez¨® a decir adi¨®s a la Champions y, posiblemente, tambi¨¦n al Bar?a.
Si no fue contra el Inter, ser¨¢ ante el Bayern o contra el Viktoria Plzen porque no haya centrales. Pero anoche se asisti¨® al principio del fin de Gerard Piqu¨¦ en la Champions. Pese a que su contrato termina en 2024, es muy dif¨ªcil imaginarse al central de la Bonanova un curso m¨¢s en el Barcelona. Primero, porque ¨¦l mismo advirti¨® que no pasar¨ªa un a?o completo en el banquillo, algo que suceder¨¢ en cuanto se recuperen Ara¨²jo, Kound¨¦ o Christensen. Y luego, porque su nivel ya no es el de los grandes d¨ªas.
Esto ya hab¨ªa pasado. Hace un par de temporadas, se hizo viral su imagen agarrando la camiseta de Mbapp¨¦ en el partido de ida de octavos de final contra el PSG. El tiempo estaba atrapando a Piqu¨¦, que tambi¨¦n se abraz¨® a la camiseta de I?aki Williams una temporada antes en San Mam¨¦s, el d¨ªa que el Bar?a fue eliminado en los octavos de final de la Copa 2019-20. Piqu¨¦ acab¨® ese curso con el 2-8 de Lisboa. Fue entonces cuando asegur¨® que dar¨ªa un paso al lado si se lo ped¨ªan. Este curso, Xavi se lo hab¨ªa insinuado y, al menos, lo que s¨ª le hab¨ªa suplicado Laporta era que bajase al menos su masa salarial. Seg¨²n las palabras del presidente en la Asamblea, eso no sucedi¨®.
Anoche, Piqu¨¦ fue una sombra contra el Inter. Sufri¨® en la primera parte con Dzeko y en la segunda se derrumb¨®. Pero nadie dir¨ªa que iba a ser as¨ª. Si algo le deb¨ªa quedar a Piqu¨¦ era concentraci¨®n, colocaci¨®n y atenci¨®n. Ojos en la espalda. Sin embargo, se confi¨® en la acci¨®n del 1-1. Barella aprovech¨® el regalo y la noche se torci¨® para los azulgrana. Lo que sucedi¨® despu¨¦s fue un festival de imprecisiones de un jugador que ya estaba nervioso y, como el resto del equipo, fuera de sitio. Lautaro le volvi¨® a sacar de su zona en la acci¨®n del 3-3.
La afici¨®n perdi¨® la paciencia y la tom¨® con Piqu¨¦, que termin¨® siendo pitado. Una imagen dur¨ªsima para un futbolista que est¨¢ en el podio de mejores centrales de la historia del club, que ha formado parte de la mejor plantilla de siempre y que, en plenitud, fue un espect¨¢culo. Nadie tiene, ni Piqu¨¦, el elixir de la eterna juventud. Los a?os pasan para todos y por cruel que parezca para un jugador de su trayectoria, el barcelonismo tambi¨¦n expres¨® su frustraci¨®n por a?os de sucesivos fracasos europeos.
Piqu¨¦ empez¨® ayer a despedirse de la Champions anoche y, seguramente, tambi¨¦n del Bar?a. La temporada se le puede hacer largu¨ªsima, como se le ha hecho el a?o a nivel futbol¨ªstico y personal. Jugador monumental, empresario de ¨¦xito, estrella de la prensa rosa, Piqu¨¦ se desfigura estos d¨ªas. Seguramente, en el periodo de transici¨®n hacia su retirada y a una nueva realidad en la que pueda ser feliz. En el f¨²tbol, como dir¨ªa un amigo suyo, ya no le alcanza.