CHAMPIONS (FINAL) | LIVERPOOL 0 - REAL MADRID 1
Del Bernab¨¦u a Cibeles
60.000 gargantas vibraron en las pantallas gigantes del coliseo blanco y miles de personas siguieron la fiesta en la fuente de la diosa. Una fiesta como aperitivo de otra.
La historia se escribi¨® y vivi¨® en Par¨ªs, pero el epicentro de la emoci¨®n se sinti¨® en Madrid. Lati¨® el Bernab¨¦u como nunca por La Decimocuarta. Bombe¨® madridismo desde primera hora del d¨ªa hasta la explosi¨®n final. Puro sentimiento desbordado en el templo blanco. M¨¢s de 60.000 gargantas convirtieron el Bernab¨¦u en un Stade de France 2.0. Jolgorio, l¨¢grimas y alegr¨ªa multiplicada por 14.
Confianza absoluta en la previa. De "?La Decimocuarta ya est¨¢ aqu¨ª!" a "?Esta noche el plan est¨¢ en Cibeles!". Selfies, bufandas, c¨¢nticos y bengalas en las calles aleda?as para ponerle color a la tarde. Y dentro, el espect¨¢culo total con un cubo gigante con cuatro pantallas ubicado en el centro del campo. Puro disfrute para un estadio lleno. Turno para corear el nombre de los jugadores. Y rendirse con cada plano de Ra¨²l Gonz¨¢lez, Rafa Nadal y Ronaldo Nazario. La grada entregada. Luego llegar¨ªa el primer recado a modo de insulto para Mbapp¨¦. El segundo, directo para el PSG.
Partido
M¨²sica y baile para sobrellevar el retraso en el inicio del partido. Y por fin luces, acci¨®n y el carrusel de emociones. Susto con el disparo al palo de Man¨¦ y aplausos para Courtois con los paradones. Y m¨¢s gritos de ¨¢nimo: "?Madrid! ?Madrid! ?Madrid!". Luego la grada tan enloquecida como indignada con el gol anulado a Benzema. Y tras un m¨ªnimo respiro, las pulsaciones se dispararon al cielo con el gol de Vinicius. Bufandeo y el estadio entero saltando. "?Que bote, que bote el Bernab¨¦u!". Y de ah¨ª hasta el final un ejercicio de resistencia mental con el temple de las grandes noches. Rendidos a Thibaut Courtois. Parad¨®n tras parad¨®n.
Y con el pitido final el sue?o fue real. Remontada a remontada rumbo a la gloria. "?Reeeyeees de Eurooopa!", core¨® la afici¨®n emocionada. Y con el delirio desatado result¨® dif¨ªcil para el aficionado el encargo de tratar por igual a la victoria y a la derrota del inspirador poema ¡®If¡¯ de Rudyard Kipling.
En Par¨ªs, Ceferin, el Rey Felipe VI y Florentino P¨¦rez, presidente blanco, estrecharon manos a los jugadores y colocaron medallas. Hasta que lleg¨® Marcelo. A las 23:52 horas son¨® el ¡°We are the Champions¡± y el brasile?o levant¨® su t¨ªtulo 25. La Decimocuarta se present¨® en avalancha como ¨¦xtasis final. Y no hay celebraci¨®n blanca, por mucho que haya casi 1.300 kil¨®metros entre Par¨ªs y Cibeles, sin visita a la diosa. Cuatro a?os tard¨® el madridismo en festejar en su plaza por antonomasia y lleva dos en apenas un mes. En el alir¨®n de la trigesimoquinta liga se enton¨® el "?s¨ª se puede, s¨ª se puede!". Y se pudo.
Cibeles
La diosa vallada, el dispositivo policial colocado. El desfile no tard¨® en comenzar. Los jugadores en Par¨ªs, la afici¨®n les arrop¨® en la distancia. Cibeles era una fiesta. Poco a poco llegaba el goteo. "Hala Madrid y nada m¨¢s". Padres con hijos a hombros. Torres humanas aferradas a farolas. Mucho madridismo. En vena y en la piel. Camisetas, bufandas y banderas ti?eron la noche madrile?a de blanco y azul Real Madrid.
"Hoy es un d¨ªa muy importante para todos, un d¨ªa de fiesta. Esta historia de amor del Madrid y la Champions, en la que participamos todos, hay que mantenerlo. Ya lo dijo L'?quipe, 'El Madrid es eterno'", dedic¨® Florentino a la afici¨®n presente en Cibeles desde El Larguero. Miles de madridistas respond¨ªan con su c¨¢ntico de la victoria actualizado: "?C¨®mo no te voy a querer, c¨®mo no te voy a querer, si me has hecho Campe¨®n de Europa por decimocuarta vez!". Ese fue el aperitivo, este domingo tocar¨¢ el plato principal con sus h¨¦roes.