El nuevo Vinicius
Su caracter ha explotado. Si tiene algo que decirle al ¨¢rbitro o un rival, no duda. Ya no se calla. Ancelotti lleg¨® a pedirle que se tranquilizara en San Mam¨¦s.
A Vinicius se le ha hinchado la vena. Su hartazgo alcanza niveles muy altos y ha decidido dejar de callarse. Poco queda de ese brasile?o reci¨¦n aterrizado en Madrid con cierta timidez e inevitable v¨¦rtigo. Ahora es un peso pesado que no esconde su rabia cuando considera que se ha actuado con injusticia. Que ha aceptado que a partir de ahora quiere exteriorizar sin miedo sus enfados, bien sean con ¨¢rbitros o rivales. Ya son muchos cap¨ªtulos; el ¨²ltimo, la gresca con Piqu¨¦ en el Cl¨¢sico tras caer en un mano a mano ante Ter Stegen. El central le pas¨® el brazo por encima del hombro y estuvieron casi un minuto hablando ante el estupor de Mart¨ªnez Munuera y la melod¨ªa de viento del Bernab¨¦u. Ambos quisieron tener la ¨²ltima palabra. Tambi¨¦n Vinicius.
Est¨¢ ah¨ªto de sentir que tiene una diana en la espalda. Y en el Madrid, como cont¨® AS, hay una notable sensaci¨®n de que los ¨¢rbitros no protegen al brasile?o todo lo que deber¨ªan ante la 'excesiva dureza' con la que le entran algunos rivales. ?l ya ha explotado. Su paciencia ha entrado en reserva. Esa nueva versi¨®n -renegona- del brasile?o tambi¨¦n se vio en Mallorca, fuera de s¨ª ante la entrada que Maffeo le hizo a la altura de la rodilla. Sus protestas le hicieron encararse con ?ngel y ver, incluso, una amarilla. "Hay que reflexionar. Son entradas muy duras, dur¨ªsimas. Debemos conseguir que dejen de producirse por el bien del f¨²tbol", dijo Butrague?o en su defensa al terminar el partido.
Pero, sin duda, uno de los cap¨ªtulos de mayor tensi¨®n fue el que se vivi¨® el 3 de febrero, en San Mam¨¦s, ante el Athletic en Copa. Lo que produjo su roce con Dani Garc¨ªa no fueron chiribitas, sino rayos. Tras varias faltas del centrocampista y ver como Gil Manzano no le mostraba la tarjeta, corrieron durante casi 30 metros a la par dici¨¦ndose de todo... Y acabando con el Le¨®n por los suelos. El colegiado les pidi¨® paz en varias ocasiones, todas sin suerte. El propio Ancelotti, templanza y neutralidad suiza personificada, lleg¨® a dirigirse hacia el para rogarle que bajase las revoluciones: "Calma. No hables, no hables...", captaron las c¨¢maras de Gol que le dijo en la segunda parte.
Miedo a una distracci¨®n
Vinicius lleva, en Liga, las mismas asistencias que tarjetas amarillas (6). "Le sacan de los partidos demasiado f¨¢cil y demasiadas veces. Cada domingo. Sea Piqu¨¦ u otro. Se preocupa m¨¢s del ¨¢rbitro y de los jugadores que de jugar al f¨²tbol; es la realidad. Y al final eso le est¨¢ mermando. Se tiene que dedicar a jugar. Alguien deber¨ªa cogerle y decirle 'este no es el camino, as¨ª no", opin¨® Guti, el pasado martes, en El Chiringuito. Tajante y sin pelos en la lengua.
El temor en el madridismo es, precisamente, ese. Que esta predisposici¨®n a protestar le est¨¦ afectando a su rendimiento. Desconcentr¨¢ndole. De momento, por X o por Y, s¨®lo lleva dos goles en sus ¨²ltimos 12 partidos con el Real Madrid. Aunque hay otros n¨²meros que respaldan el hartazgo del brasile?o: es el segundo jugador que m¨¢s faltas recibe de LaLiga (66), s¨®lo por detr¨¢s de Fekir (67). Recibe, recibe y recibe. Pues ahora, tambi¨¦n salta. Es lo que tiene el 'nuevo' Vinicius, que ya no se calla.