La implosi¨®n emocional de Las Palmas

Uno de los t¨ªpicos relatos t¨®picos en el cine estadounidense es el del padre que no ejerce como tal. A lo largo de la pel¨ªcula intentar¨¢ mejorar su relaci¨®n con sus hijos hasta llegar al cl¨ªmax cuando su v¨¢stago tiene un partido de b¨¦isbol o una actuaci¨®n de teatro del colegio. Momento ideal para demostrar el cambio. El padre con toda su mochila de desatinos y enmiendas quiere asistir. Pero algo ocurre, su determinaci¨®n se pone a prueba y no llega a tiempo. Cuando la esperanza est¨¢ perdida, aparece, hay reconciliaci¨®n y redenci¨®n.

Este s¨¢bado ante el Zaragoza, Las Palmas se ausent¨® al comienzo del partido como el padre reincidente de las pel¨ªculas. Y los aficionados, ve¨ªan desilusionados como la pel¨ªcula se volv¨ªa a repetir. Dejando en inocua la letan¨ªa que acompa?a desde hace unos meses: "si queremos estar arriba¡­".

Sin aparente soluci¨®n de continuidad, los grancanarios parecieron saltar a La Romareda arrastrando el mismo esp¨ªritu tras el primer gol encajado ante el Burgos. Un estado emocional que dur¨® casi 90 minutos, los que fueron desde el minuto 48 de la jornada anterior hasta el 46 de esta.

Y como ese padre en busca de la redenci¨®n, Las Palmas apareci¨®, tarde pero apareci¨®. Consigui¨® hacerse con el control del partido e igualar una contienda a la que se hab¨ªa inscrito con 45 minutos de retraso. Y empez¨® a esbozarse de nuevo el equipo al que se aferra, ya m¨¢s creencia que realidad, el objetivo de alcanzar la promoci¨®n. Aquella esperanza que dice, si jugara as¨ª, si mantuviera el nivel, si no cometiera errores. Demasiados condicionales a estas alturas de la pel¨ªcula para un aspirante.

Sin embargo, a diferencia del padre redimido, Las Palmas arranc¨® la penca cuando quedaban veinte minutos y se march¨® del partido, como si dijera, ¡®en verdad, no es mi hijo¡¯ o ¡®vaya obra de teatro m¨¢s aburrida¡¯. Porque en dos minutos todo cambi¨®, los que fueron del 67 a 69. "Era un momento complicado para el Zaragoza por el buen hacer de Las Palmas", dec¨ªa Garc¨ªa Pimienta a la conclusi¨®n del partido. Y es que de nuevo un error desencadena unas derivadas que acaban en gol en contra. Con el agravante de que el fallo, en esta ocasi¨®n, fue en la puerta rival y acab¨® generando un estado de ¨¢nimo que cost¨® un tanto en la puerta amarilla. "Hemos tenido la ocasi¨®n tan clara del 1-2 que creo que en el 99 por ciento de los casos hubiese sido gol y condiciona el partido". Y es que ese fallo de Hernani, espole¨® a los locales que necesitar¨ªan dos minutos para ponerse de nuevo en ventaja.

Es ese reiterado "condiciona" del que habla Garc¨ªa Pimienta, es el que viene determinando el destino amarillo. Y se escondi¨® tambi¨¦n en el subtexto de la reacci¨®n de un resignado Jonathan Viera tras la conclusi¨®n del partido. "Otra vez error de concentraci¨®n en las dos ¨¢reas" y tras esos fallos que acaban en gol rival ¡°es m¨¢s complicado todo¡±. Ese condicionante repetido que viene marcando muchos de los partidos de Las Palmas y que va alejando poco a poco, m¨¢s en esp¨ªritu que en puntos, la promoci¨®n.

Se habla de que hay equipos a los que hay que ganarle varias veces durante un encuentro. Equipo mitificados que se despiertan en su velatorio. Pues bien, Las Palmas esta temporada es la ant¨ªtesis de eso. Un equipo que pierde varias veces cada partido por sus fallos y que repite un patr¨®n demasiado habitual: error, gol en contra, recuperaci¨®n del juego, (puede que) gol a favor, error grosero, gol en contra.

Un ciclo que al comienzo de la temporada era corto. Pero con el paso de las jornadas alcanzar de nuevo la fluidez en el encuentro se va alargando cada vez m¨¢s, si es que llega. Da la sensaci¨®n que cada nuevo error tiene un efecto de multiplicaci¨®n factorial. Una losa que persigue a Las Palmas desde el inicio de la campa?a y que ha transformado en cristal la mand¨ªbula del equipo. La energ¨ªa transmitida a cada fallo ha ido evolucionando de rebeld¨ªa a resignaci¨®n. Ya no se trata solo de juego, de capacidades o de propuesta sino de estado emocional.