Vilhena en las ruinas de La Catedral
Ni 17 d¨ªas de entreguerras le han bastado al Espanyol para desterrar uno solo de sus defectos, cada vez m¨¢s peligrosos. A las puertas del derbi contra el Bar?a, se salv¨® el debutante Vilhena.
La marmota no ha muerto. La pel¨ªcula que el Espanyol proyect¨® en La Catedral no hubiera requerido de 17 d¨ªas de rodaje, los que tuvo entre partidos a diferencia de un Athletic de multicine. Ofrecieron los pericos lo de siempre desde que comenz¨® este terror¨ªfico 2022, con alg¨²n tramo de esperanzador f¨²tbol ¨Cque, probablemente, le conven¨ªa al rival¨C y otros ratos, la mayor¨ªa, de una preocupante desconexi¨®n. Con un gol a favor y una remontada en contra, la segunda tras la de un Betis que les gole¨® como hubieran podido hacer los leones de haberlo necesitado. Sin Ra¨²l de Tom¨¢s ni Keidi Bare en esta ocasi¨®n, cierto. Pero con un punto sobre 12 posibles y en la semana ya del derbi, del Espanyol-Barcelona ¨Capunten ya la baja por sanci¨®n de ?scar Gil¨C, y ante un calendario que provoca temblor de piernas hasta al m¨¢s atrevido. Dicen que la marmota hab¨ªa muerto. Mentira. El d¨ªa de la marmota se vive en blanquiazul.
La revelaci¨®n Vilhena. Fue la sorpresa en la alineaci¨®n, el debut como titular de Vilhena tras su testimonial estreno ante el Betis. Lo hab¨ªa presentado Rufete, en su presentaci¨®n, como un jugador polivalente. Y lo demostr¨®. No solo por ese madrugador gol, en el primer bal¨®n que tocaba y con la diestra (detalle nada casual para un te¨®rizo zurdo), sino tambi¨¦n por la posici¨®n nada habitual en que le toc¨® desplegarse ¨Cpegado a la banda izquierda, pero por delante del lateral que ven¨ªa de defender en el Krasnodar¨C y por su constante participaci¨®n e incidencia en el juego del Espanyol. Adem¨¢s de goleador, defendi¨®, reparti¨®, se movi¨® con criterio y pudo ser asistente en un cabezazo de Dimata ¨Creemplazo del sancionado Ra¨²l de Tom¨¢s¨C que record¨® al del derbi. Si no fue el neerland¨¦s el mejor de los pericos, desde luego lo pareci¨®.
Si la vida te da limones, haz limonada. Y si el mercado te quita extremos y te da (a¨²n m¨¢s) interiores, utiliza los interiores. Es lo que debi¨® pensar Vicente Moreno, quien adem¨¢s de Vilhena repiti¨® con Darder y Morlanes por dentro, adem¨¢s de Melendo m¨¢s escorado al carril diestro que de costumbre. Ning¨²n extremo en la alineaci¨®n. Sirvi¨® para confundir muy temprano al Athletic, con esa vertiginosa carrera de Puado ¨Cautopase incluido¨C que desemboc¨® en el 0-1. Y tambi¨¦n para conservar la posesi¨®n, eso s¨ª, ya con el marcador en contra y unos leones ¨Cda igual con titulares que con rotaciones¨C que viven c¨®modos a la contra. Una disposici¨®n muy v¨¢lida para mantener un resultado, m¨¢s compleja cuando marcar es una necesidad.
Fragilidad. Porque poco se puede hacer, y menos si Ra¨²l de Tom¨¢s no puede solventarte la papeleta, cuando aquella misma defensa otrora incorruptible, al menos en los metros finales, se vuelve tierna, inconsistente, quebradiza. Err¨® Cabrera en el tanto del empate por romper el fuera de juego, acaso tambi¨¦n Diego L¨®pez por no salir ante Sancet. Y el fallo fue grupal en el 1-2, descolocada la zaga tras un rebote en la barrera, en una falta desde la frontal, lo que habilit¨® a un ??igo Mart¨ªnez completamente solo de principio a fin. 17 d¨ªas hab¨ªa tenido el Espanyol para tapar esas fugas, preocupante que se mantengan con lo que viene.
Una mano con memoria. Tampoco estuvo exento de pol¨¦mica este hist¨®rico partido de LaLiga. No vio Soto Grado punible la mano de Balenziaga desviando la trayectoria del bal¨®n en un centro de ?scar Gil, ni le desminti¨® el VAR por no ser clar¨ªsima. Esgrimi¨® el ¨¢rbitro ante las quejas de Puado que estaban bajas y muy pr¨®ximas al tronco. Poco convenci¨® a un banquillo del Espanyol que con retardo vio la acci¨®n en una tableta y vocifer¨®. Inevitable para cualquier perico fue recordar esa otra mano de la jornada anterior, ante el Betis, que comenz¨® a desestabilizar el moment¨¢neo 1-0 a favor. Aquella de Aleix Vidal, muy similar a la de San Mam¨¦s, s¨ª fue sancionada con penalti en contra.
De tres en tres. Poco amante de las revoluciones, y a pesar de que el Espanyol se estaba desplegando con soltura ¨Caunque relativo peligro¨C, orden¨® Vicente Moreno tres cambios de una tacada. Entraron David L¨®pez, Embarba y Loren por Sergi G¨®mez, Melendo y Dimata. Luego, otros dos: Yangel Herrera y Wu Lei en lugar de Morlanes y Vilhena. Claro que Marcelino ech¨® mano de un fondo de armario tal como Muniain o I?aki Williams. El resultado, un Espanyol que merode¨® el gol¡ Concretamente, adem¨¢s de un disparo contundente de Darder que desbarat¨® Unai Sim¨®n, el 1-3 de Embarba en propia meta. Hubiera sido un golazo.