El Espanyol de (casi) siempre
Los blanquiazules cayeron sin alma contra el Mallorca en una derrota en Copa del Rey que no es una m¨¢s en la presente temporada y que hace bastante m¨¢s dif¨ªcil sobrellevar el curso.


Una campa?a m¨¢s. La Copa no es LaLiga, donde el Espanyol, por presupuesto e historia, en contadas ocasiones ha podido encadenar alegr¨ªas y tristezas supremas. En sus 86 temporadas en Primera, ha descendido en cinco ocasiones y en otras cinco ha quedado entre los cuatro primeros. Las otras 76 temporadas restantes ha caminado entre la calma de acabar en la mitad de tabla, los sustos de las salvaciones ag¨®nicas y las alegr¨ªas de las clasificaciones europeas tambi¨¦n colmadas en esas ¨²ltimas jornadas taquic¨¢rdicas. Podr¨ªamos definir al Espanyol como un club en el que casi nunca ocurre nada en lo futbol¨ªstico, donde su latido principal es seguir sobreviviendo pese a las dificultades de toda ¨ªndole. De ah¨ª esa manida expresi¨®n de El D¨ªa de la Marmota.
No es una derrota m¨¢s. Por eso, una competici¨®n como la Copa une a los abuelos que vieron o escucharon las historias de los Zamora, Saprissa, Martorell o Gabriel Jorge en los t¨ªtulos del 29 y el 40 con los nietos que idolatraron al 'murri' Tamudo, a Sergio Gonz¨¢lez o Luis Garc¨ªa y De la Pe?a en las del 2000 y 2006. La Copa es especial. La Copa debe ser la reivindicaci¨®n del Espanyol, el golpe encima de la mesa, m¨¢s a¨²n en una campa?a en la que el conjunto blanquiazul ha ido funcionando en LaLiga, donde tiene una ventaja holgada con el descenso y Europa se est¨¢ convirtiendo en un imposible. La derrota en Mallorca no es una m¨¢s en el camino del Espanyol este curso, hiere.
Falta sin alma. En Mallorca se reunieron los d¨¦ficits del Espanyol. Un equipo que en ocasiones act¨²a sin alma, especialmente fuera de casa, donde se vio sometido por un Mallorca que este a?o le tiene tomada la medida, conjunto de inferior presupuesto. Los blanquiazules no se amoldaron al juego, previsibles como de costumbre. Es sota, caballo y rey anularles: presionar la salida de Cabrera, tener paciencia con el bal¨®n ante la nula presi¨®n perica y percutir principalmente por el costado derecho, un agujero negro de nuevo. No se rebel¨® Dimata ni Aleix Vidal, tampoco Loren. No estuvieron c¨®modos con bal¨®n los blanquiazules, ni crearon ocasiones claras por sus propios m¨¦ritos. Tampoco RdT, el jugador m¨¢s caro en todos los sentidos de la historia del club, fue diferencial. El Mallorca demostr¨® querer m¨¢s o, al menos, aun¨® su voluntad con su juego, mientras que todo fue inconexo en el Espanyol.
A flote sin rumbo. Sin un rumbo claro en LaLiga, con jugadores que no acaban de dar ese rendimiento que se espera de ellos y con un Espanyol que alterna una de cal y otra de arena, el modo de caer en Mallorca no es el id¨®neo para sobrellevar lo que resta de campeonato. Lo coment¨® Moreno en sala de prensa, quiz¨¢s en una expresi¨®n que no midi¨® por completo, la de "la ilusi¨®n se recupera con una victoria el martes". Esa ha sido la t¨®nica cortoplacista del curso. Ilusionar con la victoria y desilusionarse a la semana siguiente mientras el barco del Espanyol se mantiene a flote pero sin saber a¨²n cu¨¢l es el rumbo adecuado. Pero Vicente Moreno es uno m¨¢s dentro de la din¨¢mica perica en los ¨²ltimos a?os. Es el Espanyol de siempre. O el de (casi) siempre.