La hojarasca del Espanyol
Ca¨ªan sobre Vallecas las hojas por su propio peso como ca¨ªa la banda derecha perica, como la zaga en el 1-0 e igual que sacud¨ªa el juego la entrada de Morlanes.
Una banda. Del diluvio, del agua de Solares que le cal¨® los huesos el mi¨¦rcoles, en la Copa del Rey, pas¨® el Espanyol al viento. A la hojarasca de los plataneros acumulada sobre una de las ¨¢reas de Vallecas, cual campo de f¨²tbol modesto, de horario a pleno sol y torreznos en el bar. Hojas secas que caen por su propio peso y a la m¨ªnima sacudida, igual que la banda diestra perica ante ?lvaro Garc¨ªa. Desperdician los blanquiazules a un notable extremo como Aleix Vidal ¨Clo demostr¨® con su centro a Ra¨²l de Tom¨¢s, medio gol¨C situ¨¢ndolo en el lateral, en favor de un Embarba que lo ha jugado todo en esta Liga sin reivindicarse ni siquiera en su patria chica, ante la calle del Payaso Fof¨®. Ni las ayudas ahora de RdT, luego de Puado, m¨¢s tarde Darder, casi siempre de Yangel Herrera ocultaron la calamidad. La m¨¢s visible de un Espanyol que solo pod¨ªa acabar como acab¨®. Perdiendo ante un rival que ni remat¨® a puerta.
La resistencia. Suele suceder esta temporada a domicilio, y ¨²ltimamente ya en cualquier escenario. Desde el Camp Nou, donde se sublim¨® ese patr¨®n, al RCDE Stadium frente a la Real Sociedad, con un resultado inmejorable. Lo emul¨® en Vallecas por tercer partido consecutivo, pero esta vez no sali¨®. Se trataba de resistir, de jugar con el tiempo como aliado. De festejar en el fuero interno un 0-0 al descanso, si bien es cierto que ante el Rayo al menos traz¨® en la primera parte el Espanyol algunas acciones de juego posicional, triangulaciones, control. De nuevo, hojarasca. Bajo el polvo, un autogol matador en el minuto 54 para anular el plan A.
Morlanes es el plan B. Lo que no se le puede negar al Espanyol, incluso en sus peores actuaciones, es que rara vez llega vencido a los minutos finales. En Vallecas estuvo a punto de demostrarlo Puado, primero exigiendo a Dimitrievski y, despu¨¦s, cruz¨¢ndola en exceso a asistencia de RdT. Pero, sobre todo, reaccion¨® el Espanyol en ese tramo definitivo con la entrada de Morlanes, que cada vez m¨¢s se est¨¢ confirmando como el gran revulsivo que agita positivamente los engranajes del equipo de Vicente Moreno como si fueran esos mismos ¨¢rboles que desnudan el tronco de hojas. Se va ganando el mediocentro del Villarreal, que ya maravill¨® en el segundo tiempo contra la Real Sociedad, la titularidad.
La constataci¨®n. La viva imagen de lo que nunca har¨ªa el Espanyol de casa ¨Ccon 17 puntos y cinco victorias¨C pero s¨ª puede ocurrirle al de fuera ¨Ccon tres puntos, cinco derrotas y ning¨²n triunfo¨C fue la acci¨®n del 1-0 del Rayo. Un mal despeje de Cabrera, siempre tan seguro en tareas de contundencia defensiva, una indecisi¨®n de Sergi G¨®mez y de Aleix Vidal para acabar de redondear su d¨ªa 'horribilis' y, de vuelta, un gol en propia meta del uruguayo que bien podr¨ªa haber firmado cualquiera de los 'nueves' que jugaron en Vallecas: Guardiola, De Tom¨¢s o Falcao.
Se?ales. Que no iba a ser el d¨ªa de los pericos lo anticiparon, m¨¢s all¨¢ del planteamiento o de la superioridad rayista, algunos hechos. Como la dificultad para encontrar entrada de algunos aficionados que se hab¨ªan recorrido m¨¢s de 600 kil¨®metros a la aventura, al no existir localidades para el p¨²blico visitante ni despacharse de ning¨²n tipo por internet. Como el pelotazo de Sergi G¨®mez a las partes nobles de Yangel Herrera en los primeros compases. O como el choque cabeza con cabeza entre el venezolano y Darder, resultando el de Art¨¤ tan damnificado que acab¨® jugando con una visible venda a lo 'Evasi¨®n o Victoria'. Y sali¨® evasi¨®n, claramente. La bestia negra del Espanyol en Segunda lo ha vuelto a ser en Primera. E Isi, de nuevo 'Isinho'. Siempre quedar¨¢ Cornell¨¤. Al menos en primavera ya no quedar¨¢ hojarasca.