GRUPO D | SHERIFF - REAL MADRID
La loca liga moldava: dirigentes asesinados, intentos de atropello en el c¨¦sped, palizas a ¨¢rbitros...
El Sheriff juega en un campeonato lleno de irregularidades. Un due?o perdi¨® el club y el estadio en una partida de cartas. Los ¨¢rbitros, en constante sospecha por las apuestas.
El f¨²tbol en Moldavia y Transnistria es un microuniverso con sus propias reglas, que generalmente son que las reglas est¨¢n para salt¨¢rselas. Tiroteos, intimidaciones arbitrales, ama?os masivos y una larga lista de episodios donde la realidad rivaliza con la ficci¨®n... Aqu¨ª se mueve el Sheriff sin oposici¨®n, quiz¨¢ simplemente porque es el m¨¢s organizado y mejor financiado de la competici¨®n. Tomemos el Konstructorul moldavo como ejemplo. Al frente, un carism¨¢tico presidente, Val¨¦ry Rotari. Del submundo del hampa moldava a llevar a su club a ganar la liga, no sin emplearse a fondo.
Amenazas a punta de pistola, explosiones en el estadio, un rosario de violencia hasta que fue finalmente asesinado a balazos en su coche. Sus herederos no se tomaron bien un 0-8 contra el CSKA de Sof¨ªa y esperaron al ¨¢rbitro en el aeropuerto para apalizarlo. La UEFA les sancion¨® con dos a?os sin poder jugar competiciones europeas.
O veamos a Grigory Korzun, el due?o del Tiligul de Tiraspol, que perdi¨® el club y el estadio, insignias hist¨®ricas del f¨²tbol local, jugando a los naipes. Se enzarz¨® en una partida en la que, una vez terminada la noche, s¨®lo pod¨ªa pagar su enorme deuda transfiriendo los derechos del club al empresario que le hab¨ªa ganado. El Tiligul desapareci¨® seis a?os despu¨¦s.
Y qu¨¦ decir de Mijail Makhovei, el terrateniente que so?aba con llevar a un equipo desconocido a la ¨¦lite moldava. En 2004 decidi¨® mostrarle su disconformidad a un ¨¢rbitro en pleno partido irrumpiendo con su Audi en el terreno de juego para intentar atropellarlo. Solo la formaci¨®n militar del esquivo trencilla evit¨® la tragedia. El incidente se resolvi¨® con una multa de 2.000 d¨®lares. M¨¢s castigo recibi¨® Iulian Bursuc, un exinternacional moldavo, que perdi¨® los papeles en 2011 durante un partido y respondi¨® a una roja lanz¨¢ndole un gancho al ¨¢rbitro internacional Ghenadie Sidenco. Le supuso un castigo de diez a?os y el fin de su carrera deportiva.
Tampoco se libra de esta ristra de pol¨¦micas pr¨¢cticas el propio due?o del Sheriff, el controvertido magnate Viktor Gusen, que seg¨²n diversas fuentes tiene la costumbre de llamar al vestuario durante los descansos para hacer apreciaciones t¨¦cnicas al entrenador y lleg¨® a despedir a uno por no tenerlas en cuenta...
Los ¨¢rbitros, bajo la lupa
En Moldavia, pa¨ªs fronterizo con Ucrania, la Divizia Nationala es tan fr¨¢gil que casi cuarenta clubes han desaparecido por deudas, las plantillas malviven con salarios de entre 300 y 500 euros al mes y el dinero tiene m¨¢s peso que la pelota. El problema de las apuestas se volvi¨® tan serio que una investigaci¨®n descubri¨® recientemente una veintena de casos de ama?os en partidos.
Los ¨¢rbitros est¨¢n bajo la lupa. En cada jornada una comisi¨®n t¨¦cnica eval¨²a al detalle el arbitraje y si detecta fallos relevantes (que puedan hacer pensar en posibles sobornos) saca el hacha. Es habitual ver ¨¢rbitros sancionados con castigos de hasta ocho partidos. Las penas se hacen p¨²blicas para intentar dotar de algo de transparencia a este salvaje f¨²tbol moldavo que domina en lo deportivo y lo econ¨®mico el Sheriff, el rival madridista de hoy.