Un estallido en el Gran Canaria
La U.D. Las Palmas sufre su primera derrota de la temporada como locales ante un Zaragoza que afin¨® su punter¨ªa.

Arrancaba el partido con algunas novedades en el once amarillo. Especialmente llamativas fueron el debut de ?lex Su¨¢rez esta temporada y por supuesto la vuelta de Viera al once inicial, pero como dec¨ªa Mel "prefer¨ªa al final poner a Johnny de inicio y evaluar y ver c¨®mo va".
Enfrente ten¨ªan a un Zaragoza muy enga?oso. Los aragoneses se presentaban en Gran Canaria con unos 'mentirosos' 12 goles a su favor en 15 jornadas. Un bagaje goleador que podr¨ªa llevar a enga?o. Porque no era tan manso como dec¨ªan esas cifras. Bajo esa superficie de sosiego para los rivales con menos de un gol por partido se mov¨ªan otras m¨¦tricas mucho m¨¢s amenazantes para los amarillos.
Y es que los zaragocistas no eran el equipo inofensivo que uno podr¨ªa esperar. Sino m¨¢s bien al contrario. Las Palmas se enfrentaba a un equipo no estaba afinado de cara a porter¨ªa, simplemente. No a un equipo con problemas para llevar la pelota al ¨¢rea rival o que fuese incapaz de generar peligro, sino lo opuesto. Y es que los amarillos estaban ante uno de los equipos que m¨¢s goles esperados genera en Segunda, movi¨¦ndose en cifras similares a Eibar, Valladolid, la propia U.D. y Tenerife. Solo le faltaba materializarlos.
La hip¨®tesis estad¨ªstica de los goles esperados mide la calidad de una ocasi¨®n. Lo hace calculando la probabilidad de que se marque desde una posici¨®n concreta del campo durante una fase concreta del juego. Se basa en varios factores anteriores a la realizaci¨®n del tiro tomados como el tipo de asistencia, el ¨¢ngulo de disparo y la distancia desde la porter¨ªa, si fue un disparo de cabeza...
Los goles esperados se miden en una escala entre cero y uno, donde el cero representa la imposibilidad de anotar y el uno representa una posibilidad que se espera que el jugador anote cada vez que chuta bajo esas condiciones.
Por eso, cada vez se recurre a modelos avanzados como los goles esperados. Al ser una medida estad¨ªstica que valora la calidad de las ocasiones creadas. Reduciendo el factor suerte, que como dec¨ªa Mel "no me gusta emplear esa palabra porque suena un poco vac¨ªa", por esta m¨¦trica intenta aportar m¨¢s luz.
Pues bien, antes del partido de anoche, los zaragozanos hab¨ªan generado jugadas de ataque a lo largo de la temporada para llevar hasta antes del encuentro en Gran Canaria nueve goles m¨¢s de lo que hab¨ªan anotado. Todo esto bajo los par¨¢metros de los goles esperados.
Por contextualizar. En Primera se anotan pr¨¢cticamente 10 tantos por cada 10 goles esperados ¡ª9,7 para ser exactos¡ª. Mientras, en Segunda por cada 10 goles esperados que los equipos generan se anotan de media 9. Sin embargo, por ejemplo en el caso de la U.D. Las Palmas, los amarillos han generado 23,44 goles esperados y ha marcado 24. Es decir, marcan lo que generan. Aunque tambi¨¦n est¨¢ el caso del Almer¨ªa con un ratio de 12 goles por cada 10 goles esperados generados, el que m¨¢s diferencia positiva tiene de la categor¨ªa.
Pero tambi¨¦n estaba el caso en el otro extremo. Precisamente el del Real Zaragoza. Quienes, hasta anoche, solo anotaban el 65% de los goles esperados, el equipo peor capitalizaba sus ocasiones en Segunda. Hasta anoche. Porque ante los amarillos, se destaparon y sacaron el mayor rendimiento a sus ocasiones de toda la temporada. En un partido que termin¨® 2-3 y que ¡ªseg¨²n esa m¨¦trica¡ª acabar¨ªa en 2,06 goles esperados por los locales frente a 1,94 de los visitantes. Y esa desatinada voracidad aragonesa que hab¨ªa estado acumulando desde el inicio de temporada le acab¨® estallando en la cara a la U.D.