Para Karim, tiembla el Madrid
Ancelotti da descanso al franc¨¦s. Jovic, que no marca de blanco desde hace a?o y medio, apunta a titular. El Elche, de gala y con Escrib¨¢ cuestionado.
Hace casi ocho meses que el Madrid no juega un partido sin Benzema, cuyas ausencias aterran. Por su rendimiento (98 goles desde la marcha de Cristiano, hace poco m¨¢s de tres a?os) y por la falta de alternativas. Benzema pas¨® seis a?os dedicados por entero al Madrid debido su exclusi¨®n de la selecci¨®n francesa. En parte gracias a ello, desde 2018 s¨®lo ha faltado en trece partidos, once de ellos por lesi¨®n y dos por descanso, pero ahora Deschamps le considera clave y el sobreesfuerzo, mezclado con sus casi 34 a?os, invitan a Ancelotti a dosificarle. Desde agosto suma 18 encuentros y m¨¢s de 1.500 minutos y el italiano ha decidido ahorrarle el viaje a Elche sin lesi¨®n de por medio (sigue el partido en directo en AS.com).
Es la hora de Jovic, futbolista invisible desde su fichaje. Pinch¨® en su primer a?o, fue cedido en el segundo al Eintracht y regres¨® sin mejora apreciable. S¨®lo ha marcado dos goles con el Madrid, el ¨²ltimo en febrero de 2020. Ancelotti le ha puesto seis ratitos (86 minutos en total), pero nunca ha sido titular. A ello apunta hoy salvo que el italiano busque una soluci¨®n menos ortodoxa (Asensio, Hazard...). La alternativa de Mariano se antoja imposible: ni siquiera ha debutado con el italiano en el banquillo.
Modric, al rescate
A cambio regresa Modric. Hace m¨¢s de seis a?os que Casemiro volvi¨® de su a?o de erasmus en Oporto para formar tr¨ªo con el croata y Kroos. Desde entonces el Madrid ha fichado a James, Kovacic, Odegaard, Ceballos, Valverde y Camavinga y ha dejado salir a Medr¨¢n, Llorente, Mascarell, Torr¨® y ?scar Rodr¨ªguez. Ni con la cartera ni con la cantera ha encontrado relevo a la terna. As¨ª que la vuelta de Modric, ausente el mi¨¦rcoles ante Osasuna, merece el brindis de Ancelotti. No hay futbolista que blanquee m¨¢s el juego del Madrid. En el Mart¨ªnez Valero rematar¨¢, pues, el mejor equipo posible porque Levante, Espanyol, Osasuna y Sheriff ya le han demostrado al Madrid que le sobra muy poco. Nada que no le ocurriera antes a Zidane, que ya pag¨® la factura de un banquillo menguante: Marcelo, Hazard o Bale han ca¨ªdo en picado, Asensio es un s¨ª pero no, Isco anda en paradero desconocido y Valverde est¨¢ lesionado. As¨ª que un plantilla larga en la teor¨ªa anda con lo puesto en la pr¨¢ctica.
En realidad, todos los puestos tienen due?o menos el de extremo derecho. Por ah¨ª han pasado Bale, Hazard, Asensio y Rodrygo, y circunstancialmente, Lucas V¨¢zquez y Valverde. Y del casting, por medio cuerpo, gana Rodrygo, a¨²n en formaci¨®n pero con mejores perspectivas que el resto.
Boy¨¦, en el escaparate
El Elche tampoco tiene demasiado que celebrar. Est¨¢ dos puntos por encima del descenso, viene de sumar un punto de nueve ante tres equipos de su Liga y el nivel de cr¨ªtica a Fran Escrib¨¢ ha subido de volumen. Superar¨¢ hoy a Otto Bumbel como t¨¦cnico del Elche con m¨¢s encuentros en Primera (ser¨¢ su partido 105), pero empieza a generar desconfianza en la propiedad.
En su primera etapa ascendi¨® al equipo con r¨¦cord de puntos en la primera vuelta y lo mantuvo dos a?os, aunque en el segundo fue descendido por razones econ¨®micas. Volvi¨® en febrero del a?o pasado y lo salv¨® contra pron¨®stico Ahora Bragarnik ha metido siete argentinos en el vestuario y no todos caben en el once. Marcone, que no juega desde septiembre, y Benedetto, suplente habitual, son los casos m¨¢s conflictivos. Adem¨¢s, se ha extendido la corriente de que el equipo se acula demasiado. Hoy pondr¨¢ a su once de gala, quiz¨¢ con Lucas P¨¦rez en una banda y Boy¨¦ en punta. Curioso el caso del argentino, que no cuaj¨® ni en River, ni en Newells, ni en Torino, ni en Celta, ni en AEK, ni en Reading, pero que es ¨ªdolo en Elche. Admirador de Falcao y autor de ocho goles el curso pasado, las opciones del Elche pasan por ¨¦l y por los 23.000 hinchas que pondr¨¢n aprietos a un Madrid que no pierde con los franjiverdes desde los tiempos de Trobbiani, en 1978.
