Alaba, capital victoria
El Madrid gana en el Camp Nou con un gol del austriaco y otro de Lucas en el descuento. Vinicius atorment¨® al Bar?a. Discret¨ªsimos Ansu, Memphis y De Jong.
El tiempo del Bar?a est¨¢ a¨²n por llegar. El del Madrid anda m¨¢s cerca porque todav¨ªa est¨¢n en muy buen uso algunas de sus referencias (la troika de su centro del campo y Benzema), porque Vinicius parece m¨¢s hecho que los escolares azulgranas y porque Alaba fue una mejor elecci¨®n de mercado que las de Laporta. El austriaco, que siempre le ha ganado al Bar?a, fue por fin el mariscal que buscaba el Madrid. Ofreci¨® su mejor cara en el mejor escenario posible. Al Bar?a, en cambio, le fallaron los tutores de su transici¨®n, Frenkie de Jong y Memphis.
El Cl¨¢sico fue cl¨¢sico: 4-3-3 contra 4-3-3. En el Bar?a, porque Laporta estuvo tentado de meterlo en esos estatutos sometidos al oleaje de la asamblea del s¨¢bado por si a Koeman o el que venga se le ocurre profanar el libro sagrado del cruyffismo. En el Madrid, por eliminaci¨®n: la semana en que Ancelotti se sali¨® de ese carril y cometi¨® alineaci¨®n indebida el equipo termin¨® dando tres vueltas de campana. As¨ª empez¨® el Cl¨¢sico, en el que el t¨¦cnico italiano, para ser un te¨®rico del miedo, anduvo m¨¢s valiente que el holand¨¦s: ¨¦l puso un extremo de lateral (Lucas V¨¢zquez) en zona s¨ªsmica (la que sacud¨ªan Jordi Alba y Memphis) y su colega repiti¨® con un lateral de extremo (Dest), por si conven¨ªa durante el pleito pasar a un 5-3-2 por el camino.
Y si cl¨¢sicos fueron los formatos, tambi¨¦n lo fue el inicio. El Bar?a avanz¨® su l¨ªnea defensiva casi al centro del campo. Es la primera parte de su plan. La segunda, reducir la superficie ¨²til, forzar la salida del rival por las bandas y emboscarle all¨ª, en esa ratonera que es su primera presi¨®n. Sabe que todo lo bueno sucede en campo contrario y todo lo malo en el propio, sobre todo si un rival como el Madrid suelta sus galgos. Tambi¨¦n es el culto a un estilo en el que el c¨®mo importa tanto como el qu¨¦, en el que se valora m¨¢s el buen pie que la pierna dura de un central. Ese extremismo no siempre est¨¢ justificado. Para todo hay remedio. Tambi¨¦n para esto: la pericia en la salida de la pelota (y ah¨ª Kroos tiene la llave maestra) y la precisi¨®n del juego en largo, porque el andamio del Bar?a se viene abajo ante la profundidad ajena.
Vinicius rompe la baraja
No tuvo ant¨ªdoto el primer Madrid, que cumpli¨® la peor de las previsiones, la p¨¦rdida r¨¢pida y la ausencia de escapatorias para Rodrygo y Vinicius, su patrulla ¨¢guila. Para el segundo reserv¨® Koeman una guardia doble: Mingueza m¨¢s Dest. Fracasaron ambos.
Fue una angustia ef¨ªmera la del Madrid. Lo que tardaron Modric y Kroos en ver por d¨®nde iba la mano y en darle carrete a Vinicius, que lleg¨® al partido con ese echarle cara a esto que le ha hecho pasar de meme a peligro p¨²blico. Por ¨¦l se rompi¨® el partido. Bail¨® claqu¨¦ entre Mingueza, Dest y Eric y el primero le toc¨® en el ¨¢rea. Una jugada de gris profundo, de medio penalti. Si se pita, cuela. Si no, tambi¨¦n. S¨¢nchez Mart¨ªnez y el VAR votaron por lo segundo. Y de inmediato, una ocasi¨®n inmejorable de Dest, casi en ¨¢rea peque?a, sin oposici¨®n. Mand¨® el bal¨®n a la Diagonal. Le sali¨® el defensa que lleva dentro.
El contragolpe
Mal asunto perdonarle as¨ª al Madrid y a¨²n peor dejarle correr. Porque en una contra hizo m¨²sica. Dos balones cruzados, de Vinicius, previo recorte, y Rodrygo, acabaron dejando a Alaba frente a Ter Stegen. Su izquierda no es la derecha de Dest y su alma tampoco es la de un defensa. El trallazo cruzado result¨® imparable.
El partido ten¨ªa ya todas las puertas abiertas, sobre todo las de la defensa azulgrana. Lo m¨¢s notable del Bar?a antes del descanso fue un cabezazo cruzado de Piqu¨¦ en un c¨®rner mientras Vinicius le buscaba siempre la espalda a Mingueza, lateral atormentado. En el intermedio acab¨® Koeman con su sufrimiento, para meter a Coutinho y retrasar a Dest. No se hizo el Bar?a para correr hacia atr¨¢s. Tambi¨¦n le dio un aire m¨¢s natural a su ataque: Ansu a la izquierda, Memphis en la punta.
Coutinho, el despertador
Le fue mejor al Bar?a, que por momentos quebr¨® la estabilidad del Madrid a base de empuje, nervio y una mayor presencia de Ansu Fati. Tambi¨¦n se vio atenuada la influencia de Vinicius, que se durmi¨® ante un regalo de Dest, su nuevo centinela. Ese cierto cambio de tendencia no tuvo grandes efectos pr¨¢cticos. A lo m¨¢s que lleg¨® el Bar?a en esos primeros instantes fue a un remate sencillo de Ansu Fati a las manos de Courtois, aunque Coutinho, uno de los malditos, le dio un mejor aire a su juego. El Madrid, aun m¨¢s encogido, estuvo m¨¢s cerca del gol, en un disparo alto de Rodrygo y una volea sin colocaci¨®n de Benzema en asistencia de fantas¨ªa de Modric.
A esas alturas concluy¨® Ancelotti que el Madrid necesitaba un partido m¨¢s sosegado: la hora de Valverde, jugador con piernas y sacrificio. Tuvo el gol nada m¨¢s llegar, pero le falt¨® ¨¢ngulo.
- 1 Ter Stegen
- 3 Piqu¨¦
- 22 ?scar Mingueza (45') -
- 24 Eric Garcia
- 18 Alba
- 30 Gavi (84')
- 5 Busquets
- 21 Frenkie De Jong (76') -
- 9 Depay -
- 2 Sergi?o Dest
- 10 Ansu Fati (73')
- Banquillo
- 11 Yusuf Demir
- 23 Umtiti
- 15 Clement Lenglet
- 14 Coutinho (45')
- 19 Ag¨¹ero (73')
- 17 Luuk de Jong (84') SC
- 13 Neto
- 26 I?aki Pe?a
- 6 Riqui Puig
- 28 Nico Gonz¨¢lez
- 31 Alex Balde
- 20 Sergi Roberto (76')
- 1 Courtois
- 3 Eder Militao
- 23 Ferland Mendy
- 4 Alaba
- 17 Lucas V¨¢zquez
- 14 Casemiro
- 8 Kroos
- 10 Modric
- 9 Benzema
- 21 Rodrygo (71')
- 20 Vinicius Junior (86')
- Banquillo
- 15 Federico Valverde (91')
- 24 Mariano
- 27 Antonio Blanco
- 12 Marcelo
- 7 Hazard
- 13 Andriy Lunin
- 26 Luis L¨®pez
- 11 Marco Asensio (86') SC
- 25 Camavinga
- 6 Nacho
- 2 Dani Carvajal (91') SC
- 5 Jes¨²s Vallejo