Francho pide paso
El mediocentro aragon¨¦s y Chavarr¨ªa apuntan a ser dos de las novedades del Zaragoza en Montilivi, donde todo lo que no sea una victoria o un empate cargado de m¨¦ritos abrir¨ªa un escenario muy dif¨ªcil, del que nadie estar¨ªa ya a salvo.
Francho y Chavarr¨ªa apuntan a ser dos de las novedades del Real Zaragoza en Montilivi, en un duelo en la cola de la clasificaci¨®n que terminar¨¢ de determinar si el estado de alarma en el que acaba de entrar el equipo aragon¨¦s deriva o no en una crisis. Los resultados mandan en el f¨²tbol -siempre han mandado y mandar¨¢n- y todo lo que no sea una victoria o un empate cargado de m¨¦ritos abrir¨ªa un escenario muy dif¨ªcil, del que nadie estar¨ªa a salvo. Tampoco Juan Ignacio Mart¨ªnez. Y hasta el director deportivo Miguel Torrecilla, el arquitecto de esta plantilla que no le gana a nadie, y a la que habr¨¢ que meter mano en el mercado invernal.
La crisis de resultados, pero tambi¨¦n de juego, del Zaragoza ya no hay quien la enmascare ni la justifique. El equipo propone cada vez menos f¨²tbol, sus s¨ªntomas son cada d¨ªa m¨¢s preocupantes y ¨²nicamente es capaz de incomodar al rival cuando se conduce por la heroica o a la desesperada, as¨ª que JIM empieza a estar tan expuesto como cualquier entrenador que no gana partidos. El veterano t¨¦cnico alicantino es el menos culpable de esta peligros¨ªsima din¨¢mica -una sola victoria en once jornadas-, pero est¨¢ tomando decisiones que son m¨¢s que cuestionables y que le empiezan a aproximar al centro de la diana. Por ejemplo, su insistencia en ?lvaro Gim¨¦nez, que acumula minutos y minutos de ausencia, o en Zapater, que no tiene peso real en ninguna zona del campo, m¨¢s all¨¢ de que sea el responsable de ejecutar la pelota parada, eso s¨ª, menos los penaltis.
Al Zaragoza lo han sostenido hasta ahora Jair, Franc¨¦s y Eguaras, pero a la que el mediocentro navarro tiene un mal d¨ªa o el rival logra taparlo, el equipo se vuelve lento, previsible e impreciso, y se acaba diluyendo en sus propias dudas. La presencia de Francho le da mayor ritmo y din¨¢mica al juego y su ausencia se ha notado mucho en los ¨²ltimos partidos, porque complementa bien a Eguaras y a Vada, al que le falta energ¨ªa, pero le sobra personalidad. Francho, recuperado ya de su contusi¨®n en la rodilla derecha y de una leve contractura en el s¨®leo, lleva entren¨¢ndose con normalidad toda la semana y llega fresco al partido del lunes en Gerona, porque JIM lo reserv¨® frente a la Ponferradina y no quiso correr con ¨¦l ning¨²n riesgo. Tampoco lo corri¨® con Chavarr¨ªa, cuyas molestias en un gemelo le hicieron descansar el jueves. Ambos apuntan a entrar en el once frente al Girona, el rival que marca el descenso en Segunda y que tiene la misma puntuaci¨®n que el Zaragoza.
No puede descartarse que haya alguna novedad m¨¢s en la alineaci¨®n, porque JIM sigue buscando soluciones para que no se le acabe de caer el equipo. Su cambio de sistema frente a la Ponferradina, pasando del 4-3-3 al 4-4-2, no funcion¨®, como tampoco lo hizo Borja S¨¢inz en la banda derecha. Y eso podr¨ªa derivar en la entrada de Nano Mesa, que recuperado de la herida que sufri¨® en el empeine del pie derecho frente al Huesca, jug¨® la ¨²ltima media hora relevando precisamente a Borja S¨¢inz. El canario tampoco ha hecho m¨¦ritos para ser titular, lo mismo que Bermejo, que no acaba de entender casi ning¨²n partido y se queda en fuegos de artificio.
Por su parte, Petrovic da la impresi¨®n de estar f¨ªsicamente para muy poco, y Adri¨¢n, salvo la segunda parte en La Rosaleda, pr¨¢cticamente s¨®lo ha jugado en los descuentos. Quiz¨¢ merezca una oportunidad, porque, aunque le falta velocidad, es el mejor llegador de la plantilla, junto a Vada.
Y queda Iv¨¢n Az¨®n, cuyo esp¨ªritu, coraje y capacidad de agitaci¨®n y contagio deber¨ªan ponerle siempre por delante de ?lvaro Gim¨¦nez, la gran apuesta para el ataque de Torrecilla, cuyo contrato acaba el pr¨®ximo 30 de junio, salvo que el consejero delegado S¨¢inz de Varanda, que es quien toma ahora las principales decisiones en el Real Zaragoza, decida renov¨¢rselo.