El regreso de Kang-in a Mestalla: No siempre son felices los finales
El partido del surcoreano fue una met¨¢fora de su etapa en el club: luces, sombras y un final agridulce tanto para el club como para el propio jugador.
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VALENCIA CF - RCD MALLORCA
TARJETA ROJA
EXPULSION
KANGIN LEE KANG IN"
Volv¨ªa Kang-in Lee a la que fue su casa durante tantas temporadas. Lo hac¨ªa con la felicidad de volver a la querida ciudad que le abri¨® las puertas desde Corea cuando era solo un ni?o, pero tambi¨¦n con la rabia y las ganas de querer demostrar delante de 30.000 personas que su salida del club fue un error. Era un reencuentro con aroma a revancha, tanto con el club, como con parte del equipo como con parte de la grada.
Y as¨ª fue. Lee fue pitado por gran parte del estadio cuando su nombre son¨® en la megafon¨ªa y de hecho ya en el calentamiento los aficionados que se encontraban detr¨¢s de la porter¨ªa en la que calent¨® le tuvieron en el punto de mira. Con el partido ya comenzado la rivalidad fue con sus excompa?eros. La relaci¨®n de Lee con una parte del vestuario no fue id¨ªlica el curso pasado y eso se pudo apreciar hoy sobre el terreno de juego, donde saltaron chispas desde el primer momento.
Primero con Gabriel y posteriormente con Gay¨¤, el surcoreano tuvo alg¨²n que otro 'careo' con dos de sus capitanes la temporada pasada. Lee vio la amarilla por una acci¨®n en la que dio un manotazo a Gay¨¤, si bien fue con el hispanobrasile?o con el que m¨¢s se las vio, tanto con el bal¨®n en juego como sin ¨¦l. Desde empujoncitos del central, hasta regates del jugador del Mallorca, la tensi¨®n era mas que palpable.
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Lee sac¨® entonces su magia, esa que todo el mundo sabe que tiene pero que tan poco se pudo disfrutar en el estadio de Mestalla. Lo hizo para hacer un bonito regate a Racic y ceder una asistencia a ?ngel que supuso el 0-1. Eso fue lo bonito, pero tras esa acci¨®n lleg¨® el Kang-in con el car¨¢cter complicado que tambi¨¦n conoci¨® Mestalla, la revancha con la grada llegaba.
Lee asisti¨® de maravilla, pero celebr¨® de manera cuestionable dicho pase de gol mirando a la grada y alz¨¢ndoles el pu?o en alto en se?al de superioridad. Su momento era de felicidad, esa felicidad que tanto persigui¨® en Mestalla y nunca pudo conseguir como jugador del Valencia, pero luc¨ªa con la el¨¢stica bermellona.
Pero esa felicidad dur¨® poco. Una entrada a destiempo le supuso la segunda cartulina amarilla y que su participaci¨®n se acabara. Kang-in se tiraba a la hierba consciente de su error y que su partidazo quedar¨ªa empa?ado por la expulsi¨®n, que a la postre fue decisiva para que el Valencia remontara. Lleg¨® entonces la 'revancha' de un gran sector de la grada, que le despidi¨® con una sonora pitada.
Al final, el reencuentro de Kang-in con el Valencia fue un resumen de lo que fue su historia. Un c¨²mulo de emociones que dejaron un final agridulce tanto para el propio surcoreano, que se luci¨® pero se fue expulsado, como para la entidad que no se fue contenta con un empate y vio como un exfutbolista suyo bailaba sobre la que fue su casa. No siempre los finales son felices.