Fernando Torres levanta pasiones en Los Anexos
La visita de 'El Ni?o', que integra el cuerpo t¨¦cnico del Juvenil del Atl¨¦tico, atrajo a varios de personas a su encuentro con Borja Fern¨¢ndez.
"Pues si que se ha puesto cachas", se escuchaba cuando enfilaba el camino hacia vestuarios antes del calentamiento. "?Pero entonces es el entrenador?", preguntaba alguno ya con el bal¨®n en juego, cuando Ricardo Ortega daba indicaciones y le ve¨ªa sentado en el banquillo, sin la sorna de quien conoce la pol¨¦mica alrededor de su licencia. Hab¨ªa alguna camiseta m¨¢s de lo normal de su equipo. E incluso alguien con prism¨¢ticos.
Sobre el blanco del calendario hab¨ªa aficionados que subrayaron en rojo la visita de Fernando Torres a Los Anexos, para enfrentarse con su equipo juvenil al del Real Valladolid que dirige otro excapit¨¢n como es Borja Fern¨¢ndez. As¨ª debi¨® de ser si se tiene en cuenta que varios cientos de personas, bastantes m¨¢s de las que suelen acudir a los encuentros de Divisi¨®n de Honor, que suelen ser principalmente entrenadores y padres, poblaron la grada.
Cuando el duelo arranc¨®, el conjunto colchonero mostr¨® una solidez tal que le permiti¨® llevarse los tres puntos sin demasiada dificultad, tras aprovechar un 'penaltito' en la primera mitad y un error en la entrega en la segunda. Entretanto, los pucelanos acumularon bastante posesi¨®n, pero no tuvieron las herramientas suficientes para desarmar una zaga solvente y para poner en aprietos a Iturbe, quien solo tuvo que hacer una parada de m¨¦rito al final a Frimpong.
Una vez el colegiado, Ca?ibano Arias, decret¨® el final, hasta ¨¦l se inmortaliz¨® con la leyenda del Atleti. No solo ¨¦l; el reguero de aficionados que aguard¨® su salida fue tan numeroso que destap¨® bromas de empleados del Real Valladolid con el conductor del autob¨²s atl¨¦tico, que reconoc¨ªa a estos que ya en partidos anteriores les sucedi¨® algo parecido, que tuvieron que esperar un buen rato hasta que terminase de atender al p¨²blico.
Porque si algo cupo destacar fue que Fernando Torres no dej¨® a un fan sin atender, como estos se?alaban luego. Daba igual que le llevasen una camiseta para firmar, que le pidieran un selfie o que la foto la hiciera otro y hubiera que repetirla porque no hab¨ªa atinado con el bot¨®n; ¨¦l, atento, incluso participaba de bromas y devolv¨ªa el cari?o recibido con m¨¢s cari?o, ya fueran mayores, j¨®venes o ni?os, que alguno hab¨ªa que, sin tener edad para haber visto aquel gol con el que decidi¨® la Eurocopa de 2008, escuchaba a su padre narrar el jugador que fue.