"Manolete es la mejor herencia que puedo dejar para el futuro¡±
Manuel Esteban recuerda y se recuerda en AS. Toda una carrera dedicada al periodismo que comenz¨® en la Plaza del 2 de Mayo. De su padre, ferroviario, le viene el Atleti.

Manolo abre el caj¨®n. Ese gesto cotidiano, tan de cada d¨ªa, hoy lleno de emoci¨®n. Lleva tiempo sin pisar AS. Ese trombo en enero de 2020 ha derivado en una incapacidad permanente, su jubilaci¨®n, a los 64. Puede que hoy sea la ¨²ltima vez que lo haga. Abrir ese caj¨®n lleno de papeles, bolis sueltos, libros y unas gafas para ver de cerca. "Estoy feliz por veros pero mustio", suspira, cerr¨¢ndolo. Echa mucho de menos lo que ha terminado. El ruido, la redacci¨®n, el periodismo.
?-?A qu¨¦ se dedicaban sus padres?
-Mi madre a las labores de casa y mi padre era ferroviario. Trabajaba en Atocha, era el que arreglaba todos los trenes porque era ferroviaro-tapicero.
-Naci¨® en 1957, ?d¨®nde?
-En la Plaza Dos de Mayo. Una de las cosas de las que m¨¢s presumo.
-?En su casa hubo f¨²tbol de siempre?
-S¨ª. Mi padre fue el que me meti¨® los genes atl¨¦ticos desde el principio. Uno de mis primeros recuerdos m¨¢s bonitos, con ocho a?os, tuve la suerte de visitar el viejo Metropolitano. Un Atl¨¦tico-C¨®rdoba. Jugaba Mendon?a. Aquello me impresion¨®, me encant¨® para los restos. Con ocho, diez a?os, me empec¨¦ a aficionar al mundo del periodismo tambi¨¦n. Era mucho de transistor. Me aficion¨¦ a meterme en la cama y a dormirme escuchando la radio. A partir de ah¨ª se me meti¨® en la cabeza que esta ten¨ªa que ser mi profesi¨®n.
-?Era hijo ¨²nico?
-Tengo un hermano al que saco casi dos a?os, que tambi¨¦n est¨¢ de ferroviario, de maquinista. Yo soy el mayor. Aqu¨ª en Madrid ten¨ªamos t¨ªos, primos y mis primeras andanzas fueron por todo el barrio de Chamber¨ª. Cuando yo ten¨ªa cuatro, cinco a?os, por cuestiones de trabajo, porque mi padre se traslad¨® a la estaci¨®n de Atocha, nos fuimos a vivir a Pac¨ªfico, donde he vivido el resto de mi vida.
-?Era ser ferroviario su destino, como su hermano?
-No. Mis padres me daban libertad. Los estudios de joven fueron buenos, ten¨ªa buenas notas y, cuando tuve que elegir la carrera, periodismo. Ellos al principio se mostraron un poco recelosos. Ve¨ªan economista, abogado¡, otras cosas para que el futuro fuese mejor. No ve¨ªan como que el periodismo fuera algo que pudiera darme una vida agradable. Pero siempre estuvieron conmigo, siempre apostaron por m¨ª.
-?De aquellas ya exist¨ªa la carrera de periodismo?
-S¨ª, yo llegu¨¦ a ir a la facultad de Ciencias de la Informaci¨®n en la Complutense. F¨ªjate, me acuerdo que era en los inicios de la democracia y, cuando cog¨ªa el metro a Moncloa, me bajaba andando. Llevaba El Pa¨ªs en la mano, y cuando un Polic¨ªa te ve¨ªa, se pon¨ªa nervioso, como diciendo: "Ay este rojo, d¨®nde ir¨¢".
-?Ya quer¨ªa ser periodista deportivo o periodista a secas?
-S¨ª, s¨ª. Siempre he querido ser periodista deportivo. El modelo era Jos¨¦ Mar¨ªa Garc¨ªa.
-?Su padre por qu¨¦ era del Atleti?
-Pues, f¨ªjate, su padre, mi abuelo, no creo que fuera del Atleti. Porque le gust¨® desde el principio la Delantera de Seda: Juncosa, Silva, Vidal, Campos y Escudero. Y tambi¨¦n porque mi padre era un poco luchador e ir a la contra. Y, claro, todos eran del Madrid y le gustaba tocar las narices.
-?A usted le pasaba? ?Qu¨¦ era el ¨²nico de su clase del Atleti?
-Tampoco en aquella ¨¦poca recuerdo que no era un tema, el f¨²tbol, del que se hablase mucho. Jugar al f¨²tbol s¨ª jugaba mucho, siempre que pod¨ªamos.
-?Era bueno jugando a f¨²tbol?
-Pues (r¨ªe) m¨¢s que bueno me gustaba lo de ser entrenador. Con los compa?eros y amigos del barrio, ah¨ª en Pac¨ªfico, hicimos una vez un torneo organizado por la Federaci¨®n Castellana de F¨²tbol. Llegamos a la final. La perdimos contra el Rayo Lourdes y, ?sabes qui¨¦n jugaba en el Rayo Lourdes¡? Juan Se?or. Que luego f¨ªjate lo que consigui¨® con Espa?a. Y, a partir de ah¨ª, me gustaba m¨¢s los cachivaches del 4-3-3 del 4-2-3-1¡, la t¨¢ctica. M¨¢s que la pelota. Tampoco era bueno. Aunque en f¨²tbol sala s¨ª llegu¨¦ a jugar de portero. Pero enseguida vi que lanzaban unos pelotazos que asustaban y dije: 'Fuera'.
-?C¨®mo entr¨® en una redacci¨®n?
-Muy f¨¢cil, te lo digo. Un d¨ªa me sent¨¦ con una gu¨ªa de tel¨¦fonos y busqu¨¦ las direcciones de todos los medios. Escrib¨ª a todos. Peri¨®dicos, agencia Efe, todas las radios. A ver si hab¨ªa una oportunidad para las pr¨¢cticas de verano. El que me contest¨® fue Efe, el primer medio en el que yo estuve. Y muy bien. Llegu¨¦ incluso a coincidir con unos Juegos Ol¨ªmpicos en Estados Unidos, Los ?ngeles, incluso, me toc¨® el turno de madrugada para ir pasando todos los resultados.
-?Y c¨®mo eran esas cartas? ?Manuscritas?
-A mano escritas. Hab¨ªa m¨¢quina de escribir pero yo las escrib¨ª a mano. Y gracias a Dios parece que hab¨ªa gente interesada y lo consegu¨ª.
-Tras Efe ?c¨®mo sigue su carrera?
-Sigo all¨ª hasta que me contestan del Diario Marca. No. Miento: no era del Diario Marca, era del Diario Arriba, que en aquella ¨¦poca Prensa del Movimiento. Entonces yo voy a Arriba a preguntar y es cuando me dicen que ven que ya est¨¢ todo el cupo cubierto y que pruebe en el Marca. Subo al Marca, me dicen que vale y empiezo all¨ª.
-?Cu¨¢nto tiempo estuvo en el Marca?
-Ocho, diez a?os. Primero en pr¨¢cticas, despu¨¦s como colaborador. Incluso, como curiosidad, estando en Marca llegu¨¦ a tener mi primer contacto con AS. Me lam¨® Manuel Sarmiento Birba. Me convoc¨® a una comida para hacerme una oferta que no me convenci¨® y segu¨ª en Marca.
-?Ya hac¨ªa la informaci¨®n del Atl¨¦tico?
-?No! Lo hab¨ªa hecho con Goles con Parrado, en la radio, pero en Prensa yo me especialic¨¦ en cosas de despachos. Es decir, la AFE, hice la primera huelga con Quino, en la Federaci¨®n de F¨²tbol, en Alberto Bosch, que era mi segunda casa, con Antonio, el conserje, que ya dec¨ªa: "Qu¨¦ pesado eres". Tambi¨¦n en el Consejo Superior de Deportes¡ Todas las cosas de despachos. Me lo pasaba bien, disfrutaba. Y hac¨ªa eso que m¨¢s siempre me ha gustado del periodismo: el reporterismo. Salir a la calle a buscar noticia.
-?C¨®mo eran esas primeras redacciones?
-Hab¨ªa m¨¢quinas de escribir. A m¨ª al principio me toc¨® estar junto a Manolo Saucedo que en aquel tiempo hac¨ªa baloncesto. Y, claro, como persona de pr¨¢cticas lo que m¨¢s me costaba encontrar una maquinita que en ese momento estuviera libre y pudiera hacer las cosas.
-Despu¨¦s de Marca, lleg¨® el AS.
-S¨ª, en 1996. Cuando lo compr¨® PRISA y lleg¨® Alfredo Rela?o me hizo una oferta. Ya estaba entonces en la SER. Justo despu¨¦s de los Juegos Ol¨ªmpicos de Barcelona, los ¨²ltimos que yo hago con Marca, me llam¨® De la Morena, para El Larguero.
-?C¨®mo era la vida de enviado especial entonces?
-Tambi¨¦n apasionante. ?Ya te he contado mi an¨¦cdota con Di St¨¦fano en R¨ªo de Janeiro?
-No.
-Fue en la Copa Am¨¦rica de R¨ªo. Una televisi¨®n le llevaba y pude comer con ¨¦l. Y que te contase catorce mil an¨¦cdotas de lo que era el Madrid de Santiago Bernab¨¦u.
-Tendr¨¢ mil an¨¦cdotas.
-Buf. En un Mundial recuerdo venir en coche desde Francia, despu¨¦s de que nos eliminaran, del tir¨®n. En los Juegos de Barcelona me vine despu¨¦s del oro en f¨²tbol con Jos¨¦ Vicente Hern¨¢ndez y nos cay¨® tal tromba de agua que nos tuvimos de parar en un t¨²nel porque si no nos inund¨¢bamos. Despu¨¦s como Maradona, en R¨ªo, intentando hablar con ¨¦l y era absolutamente imposible porque se levantaba a la hora de Dios quer¨ªa. Antes tambi¨¦n hab¨ªa mucho m¨¢s contacto con los jugadores, con los protagonistas.
-?C¨®mo eran las relaciones?
-Yo no tengo queja. Tomando cervezas. Yo he llegado a ir con I?aki Cano, su mujer, mi mujer y yo a cenar en la casa de M¨ªchel. Pero cuando M¨ªchel era Dios en el Real Madrid. Y tan bien y tan ricamente. Y en el Madrid, cuando me tocaba hacer alguna vez entrenamiento ¨ªbamos antes a la antigua ciudad deportiva y en la cafeter¨ªa coindi¨ªas con los jugadores y hablabas con ellos de manera m¨¢s normal que ahora.
-Eso se echa de menos.
-Much¨ªsimo. Ahora hablar con ellos es casi imposible. Es m¨¢s f¨¢cil hablar con el presidente de Estados Unidos.
-?Qui¨¦n ha sido la persona dentro del f¨²tbol que mejor se ha portado con usted?
-No puedo tener queja de casi nadie. Por ejemplo Santiago Bernab¨¦u me lleg¨® a decir: "Hombre, manolo, qu¨¦ pinta de Satan¨¢s tienes" (r¨ªe). Pero luego muy bien (r¨ªe).
-?De d¨®nde vino lo de Manolete? ?Qui¨¦n se lo puso?
-De la Morena.
-?Y por qu¨¦?
-Por los toros. "Manolete, si no sabes torear pa'qu¨¦ te metes".
-?Fue nada m¨¢s ficharleSER?
-No. Al a?o o as¨ª. Empec¨¦ a ser su mano derecha delante del micr¨®fono. Yo intentaba siempre poner el tono de broma, cr¨ªtica ¨¢cida y por eso empez¨® con? ¡®Manolete¡¯, ¡®Manolete¡¯.
-Y hasta hoy.
-Es algo que llevo a mucha honra y lo seguir¨¦ llevando como bandera.
-?Cu¨¢ndo empez¨® a hacer la informaci¨®n del Atl¨¦tico?
-Aqu¨ª en el AS. Tuve la ¨¦poca de Jes¨²s Gil. Estaba m¨¢s en sus oficinas que en la redacci¨®n.
-Un personaje irrepetible.
-S¨ª. Que sirvi¨® un poco para que el Atleti volviera a sacar pecho. Aunque lo mejor fue que se llevase a Enrique Cerezo como segundo a bordo. Y ahora la pareja Cerezo-Miguel ?ngel Gil creo que est¨¢n haciendo una labor encomiable.
-?Desde cu¨¢ndo no trabaja?
-Desde el 6 de enero de 2020.
-?Qu¨¦ pas¨® ese d¨ªa?
-Simplemente que estaba en la SER, baj¨¦ a por la cena y, cuando volv¨ªa, me empec¨¦ a marear y no pod¨ªa andar, me ca¨ªa al suelo. Me tuve que sentar en un banco de la parada de autobuses, bajaron dos compa?eros, me metieron en un taxi y me llevaron a Sanitas a la Moraleja donde me operaron de un trombo en la pierna izquierda que me subi¨® al pulm¨®n y al coraz¨®n.
-Tuvo un trombo.
-S¨ª, un trombo en la pierna izquierda que me subi¨® al pulm¨®n y al coraz¨®n. Dej¨® secuelas. Tengo que llevar unas medias en las piernas. Vigilar el coraz¨®n. Tomarme pastillas. Y r¨¦gimen. A m¨ª que me gustaban las pizzas¡, eso, olvidado.
-Es como aquel socio n¨²mero 1 del anuncio de Rushmore, Agust¨ªn de la Fuente Quintana. Pero el Atleti no se lo quita.
-No, eso nunca. Imposible. Yo espero y conf¨ªo que gane la Champions, tengo esa convicci¨®n. Y la retirada la voy llevando. Me siento mustio. El periodismo lo sigo llevando en la sangre. Y lo extra?o bastante.
-Siempre dice que el f¨²tbol que a usted le gusta es el de Brasil de los 70.
-Porque me gusta la calidad por encima de la condici¨®n f¨ªsica. Por eso en Espa?a es para m¨ª es imborrable el Bar?a del tiqui-taca. Soy de paladar exquisito.
-Usted que pis¨® el viejo Metropolitano. ?C¨®mo ve el nuevo?
-Poco a poco creciendo. La magia que ten¨ªa el Calder¨®n no la tiene. El f¨²tbol lo que m¨¢s necesita de manera urgente es volver a colocar a los aficionados en el lugar que se merecen. Parece que los aficionados son meros accidentes. Y para m¨ª el f¨²tbol son los aficionados.
-?Qu¨¦ es el Cholo Simeone para usted?
-Una figura emblem¨¢tica. Junto con Luis. Los mejores que han existido. Yo desde para el futuro el Wanda Metropolitano har¨ªa una encuesta entre los aficionados para que pudiera llamarse o estadio Luis Aragon¨¦s o estadio Cholo Simeone. Y si al final cayera la Champions el estadio deber¨ªa ser Cholo Simeone.
-Como era Luis. ?Ten¨ªa mucho trato con ¨¦l?
-S¨ª. En el Mundial de Italia coincidi¨® que tambi¨¦n la Ser lo llev¨® de comentarista. Tuvimos muchas conversaciones y era diferente. Tambi¨¦n una vez aqu¨ª me llam¨® una vez, por algo que hab¨ªa publicado y que dec¨ªa que era una filtraci¨®n de Jes¨²s Gil. ?Incluso me hizo que le pusiera al tel¨¦fono a Rela?o!
-?La noticia o reportaje del que m¨¢s orgulloso se siente en su carrera?
-Cuando en el Tour de Francia se detect¨® un positivo y se hablaba de que le iban a quitar el t¨ªtulo a Perico. Y yo sal¨ª en Marca diciendo que Perico iba a ser el rey, que no hab¨ªa problema. Se present¨® una portada doble: ¡°Amarillo hasta Par¨ªs¡±, con Perico. No voy a olvidar. Quiz¨¢ ah¨ª por exceso de ego.
-Se hizo especialista en mercado y fichajes... Aunque muchos despu¨¦s no se cumpl¨ªan.
-(R¨ªe) Muy f¨¢cil. Primero con las llamadas con los agentes, que te intoxican mucho. Luego con la llegada de internet, entraba en webs especializadas. Fichajes.net, fichajes.com. Lo que m¨¢s buscaba era lo que se dec¨ªa en el extranjero y que afectase al f¨²tbol espa?ol.
-?C¨®mo ha vivido en estos ¨²ltimos a?os la irrupci¨®n de las tecnolog¨ªas en las redacciones?
-Yo la tecnolog¨ªa, el ordenador, lo veo sensacional. En cambio, soy un enemigo irreconciliable del m¨®vil y las redes sociales. Creo que han sido perjudiciales. Mira, en mis tiempos, cuando los clubes se transformaron en sociedades an¨®nimas, estuvimos en el CSD hasta las cinco de la ma?ana. Ahora, por desgracia, la informaci¨®n en la calle no se hace. Est¨¢s con las redes. Mira qu¨¦ hace este, mira qu¨¦ hace el otro. Eso es algo que no puedo.
-Muy alejado del periodismo que usted hac¨ªa.
-En el que yo cre¨ªa.
-?Qu¨¦ echa m¨¢s de menos?
-A toda la gente, a todos mis amigos. Desde que la Ser me dijeron el homenaje, lo que m¨¢s me est¨¢ gustando de todas las llamadas, de todos los contactos, es que no he debido de ser mala persona.
-?Ten¨ªa pensado contarlo as¨ª?
-No, no. Fueron ellos, Pacojo. Cuando me dieron la incapacidad permanente, les dije: ?Si quer¨¦is, en La Barra Libre puedo seguir. No cobro pero para mantenerme en el candelero'. Mi asesor me avis¨®: 'No lo hagas. No vaya a ser que le llegue a la Seguridad Social y tengas problemas'. Fue al decirles que lo ten¨ªa que dejar cuando lo contaron.
-Y lleg¨® la avalancha de Twitter.
-Eso es lo que m¨¢s me enorgullece. Es el mejor regalo que me deja la vida.
-?Y ahora? ?Manolete queda atr¨¢s y ser¨¢ s¨®lo Manuel Esteban?
-No. Los dos son ya Manolete. Y estoy contento con ello. Viendo el cari?o que me he dado a la gente creo que es la mejor herencia que puedo dejar para el futuro. A Manolete.
(Cuando cruza la puerta de la redacci¨®n, para irse, decenas de fotos con compa?eros despu¨¦s, sus cosas en el caj¨®n quedan intactas. Los bolis, los folios, los libros, las gafas de cerca, como testigo mudo de esa figura que ninguno de los trabajadores del peri¨®dico olvidar¨¢).