El Racing muestra sus limitaciones en Las Gaunas

El Logro?és pega primero en el duelo entre dos de los supuestos aspirantes a luchar por el ascenso y al Racing se le empiezan a ver las costuras. Su entrenador apuesta por la experiencia y la seguridad defensiva antes que por el dinamismo y la profundidad y acaba concediendo demasiado, y demasiado fácil, sobre todo por la izquierda, a un rival que arriesgó poco pero que gobernó mucho mejor el choque cuando tuvo el viento de popa. Romo, además, debe reflexionar porque cada intervención que tuvo en el partido, en los cambios, empeoró a su equipo. Y, además, perdió.

Al partido le costó despegar. Faltaba fluidez con el balón en ambos equipos y parecía que se estaban midiendo. A los 4' llegó un aviso de los riojanos, que vieron como a Sierra le dejaban los racinguistas entrar hasta la cocina entre central y lateral izquierdo. Demasiado fácil. El prólogo del gol, que llegaría en una jugada idéntica, solo que en esa ocasión, en el 39? Dubasin tuvo más suerte (y colaboración de Isma López) al dar el pase de la muerte, que llegó a Guarrotxena en el segundo palo.

Entre ambas acciones, la verdad, el Racing fue mejor que el UD Logro?és. A los diez minutos se hizo con el balón, comenzó a trenzar pases en campo rival y se iba acercando a la portería de Serantes. Un tiro de Bustos (13'), una doble ocasión de Soko y Medina (25'), una caída de Pablo Torre dentro del área, que pareció demasiado poco como para pitar el penalti que reclamaba el de Soto de la Marina, dos incursiones de Cedric..., parecía más cerca el gol cántabro. Hasta que Dubasin atacó el espacio generado entre Sergio Marcos, Isma López y Satrústegui y la lio.

El marcador con el que se fueron al descanso no reflejaba lo que habían hecho ambos equipos en los primeros 45', pero en la reanudación el Racing se fue empeque?eciendo. Más aún cuando en el 56' metió en el campo a Borja Domínguez y Manu Justo por Sergio Marcos y Bustos. El equipo se desordenó y fue todavía más lento, si es que eso era posible, quedando únicamente al albur de un arranque de Soko, que a punto estuvo de llegar y que anuló Serantes con una gran parada. Entretanto, los logro?esistas hacían todo lo posible porque el partido se durmiera. Lo normal cuando vas ganando y tampoco andas sobrado de fútbol.

En los últimos minutos, ya a la desesperada, el Racing no se encontraba a sí mismo. Pablo Torre perdió gas, Borja Domínguez y Manu Justo evidenciaban estar todavía faltos de su mejor versión, a Carlos Castro no se sabía a qué demarcación le habían sacado a jugar, todo era un sinsentido..., y realmente ya estaba más cerca el segundo del Logro?és (que llegó a mandar una contra de dos contra el portero al palo) que el empate racinguista. Que no llegó.