Experimento fracasado
Koeman vuelve al sistema de tres centrales y se salva de una derrota m¨¢s contundente de lo que se merec¨ªa. Braithwaite hizo el gol blaugrana.


El Barcelona cerr¨® su semana de stage centroeuropeo con un invento que explot¨® en la cara de Koeman con una derrota m¨¢s que merecida por 2-1. Ante el Red Bull Salzburg plante¨® el t¨¦cnico por primera vez en esta pretemporada un regreso al dibujo de tres centrales y el Bar?a regres¨® a la nada. Acab¨® perdiendo en el 90¡¯, pero los boletos para la derrota el Bar?a los hab¨ªa comprado mucho antes. El experimento fracas¨® y el f¨²tbol hizo justicia, de hecho perder por s¨®lo 2-1 fue un milagro.
Que era el test m¨¢s exigente para el Barcelona hasta el momento se confirm¨® nada m¨¢s empezar el partido cuando el Red Bull impuso un ritmo de partido bajo la lluvia que le vino grande al Bar?a. Los austriacos, ya perfectamente rodados porque llevan dos partidos de su Liga ahogaron al equipo cul¨¦ desde el inicio.
S¨®lo la nefasta punter¨ªa, de los delanteros locales evit¨® que el equipo blaugrana se fuera al descanso con un castigo m¨¢s severo que el 1-0. Ulmer y Okafor fallaron dos goles inexplicables a porter¨ªa vac¨ªa, pero al final, la inercia del empuje austr¨ªaco se impuso en una paradoja digna del f¨²tbol. Tras fallar dos ocasiones escandalosas, el Red Bull inaugur¨® el marcador con un disparo lejano de Sucic que toc¨® en De Jong y descoloc¨® a Neto.
El 1-0 hac¨ªa justicia a lo que se hab¨ªa visto sobre el c¨¦sped, donde el Bar?a apenas dio noticias en ataque. Una jugada de Memphis y alg¨²n saque de esquina fueron las ¨²nicas aproximaciones de un equipo en el que destacaban los j¨®venes Nico, Gavi y Ara¨²jo y naufragaba Jordi Alba.
En la segunda parte se mantuvo el paisaje de la primera. El Red Bull dominando a pesar de cambiar medio equipo y fallando ocasiones claras y un Bar?a que no se encontraba m¨¢s all¨¢ de las apariciones de Balde y muy poco m¨¢s hasta que en un arranque sin demasiado sentido de Dest, Braithwaite empat¨® de manera c¨®mica en un rebote, pero al final, Aaronson decidi¨® el partido para demostrar en el marcador que el experimento hab¨ªa fracasado.