Todo est¨¢ por hacer
Un Rangers ambicioso prueba que Ancelotti tiene trabajo por delante. Gran gol de Rodrygo y remontada escocesa. S¨®lo lucieron Lunin y los canteranos. Nacho fue expulsado.
En Glasgow, al inicio de su segundo cap¨ªtulo en el Madrid, descubri¨® Ancelotti que los ¨²ltimos apuntes que le dej¨® Zidane eran bastante precisos: que quienes pasaron el curso pasado en el banquillo (Isco, Marcelo...) no sufrieron un trato injusto; que los que salieron cedidos (Odegaard, Jovic...) lo merecieron; que Nacho es m¨¢s que un tercer central y que volver la vista a la cantera tuvo justificaci¨®n. Ibrox dej¨® muestras suficientes de que est¨¢ todo por hacer, de que Lunin puede cuajar, de que Rodrygo tiene un encanto intermitente y de que j¨®venes como Arribas o Miguel Guti¨¦rrez pueden completar la plantilla en tiempos de carest¨ªa. Los canteranos, que entraron masivamente en la segunda mitad, equilibraron con su vigor la abrumadora superioridad inicial del Rangers que, sin embargo, remont¨® muy al final, cuando sus semanas de rodaje se abalanzaron estrepitosamente sobre el Madrid.
A Roy Evans, que entren¨® al Liverpool a mediados de los noventa sin demasiado de qu¨¦ presumir (una Copa de la Liga en cuatro a?os), le encantaban los veranos, ¡°esa ¨¦poca del a?o en la que no se pierden partidos¡±. Ahora tambi¨¦n se pierden y no son derrotas tan indoloras como crey¨® Evans. Pregunten el Madrid por aquel 7-3 ante el Atl¨¦tico en Nueva Jersey. Pero es cierto que las derrotas estivales apenas dejan cicatrices. Eso queda para oto?o, invierno y primavera, las estaciones del drama. Ahora es tiempo de ilusi¨®n, de creer que el que llega ser¨¢ mejor que el que se fue. Y si no hay caras nuevas, como en este Madrid, se inventan. Y se mira a Odegaard o Jovic como si nunca hubieran estado aqu¨ª. De hecho, hubo momentos en que parecieron no estar.
Ancelotti empez¨® con los dos, sospecho que con fines distintos. El club espera que el noruego acabe siendo jugador de provecho y el serbio, fuente de ingresos. Y no toc¨® el dibujo de m¨¢s ¨¦xito de Zidane, el 4-3-3, con s¨®lo dos canteranos, Chust y Blanco, los que m¨¢s opciones tienen de hacer plantilla tras otro verano en que el club se ha perdonado acudir al mercado (con la excepci¨®n de Alaba) salvo que Mbapp¨¦ lo remedie. Pero Odegaard y Jovic parecen estar donde lo dejaron y al resto a¨²n se le notan las marcas de las chanclas. As¨ª que el ensayo sirvi¨® para crecer, a partes iguales, en ritmo e inquietud.
Veteranos y noveles
Ancelotti tiene mucho trabajo por delante: encontrar un nuevo jefe de tribu, estirar los restos venidos a menos de la ¨¦poca imperial (Marcelo, Isco, Bale, Modric¡) y conseguir que una docena de futbolistas, inversiones a futuro, salga al fin del cascar¨®n. Pero antes de llegar es obligado poner al equipo a velocidad de despegue. A tres semanas de la Liga y con los principales reci¨¦n llegados de vacaciones, est¨¢ preocupantemente lejos de ello. En Ibrox se vio a merced del oleaje inicial del Rangers, un equipo al que la bancarrota no limpi¨® el orgullo.
De salida se llev¨® por delante al Madrid con un juego tan poco escoc¨¦s como el d¨ªa, ins¨®litamente soleado. Con una presi¨®n a revientacalderas, doblando a sus laterales, jugando al espacio con precisi¨®n, meti¨® a este primer Madrid en su campo y casi en su ¨¢rea. Un env¨ªo cruzado al que no lleg¨® Sakala, otro centrochut del zambiano, un cabezazo de Goldson, un zurdazo de Kent (los dos ¨²ltimos salvados por Lunin) y un remate al larguero de este ¨²ltimo casi a puerta vac¨ªa resumieron esa riada imparable con un par¨¦ntesis: el gran gol de Rodrygo, nacido de una contra de Odegaard. El noruego abri¨®, al final de su aventura, el pase al brasile?o, que despej¨® el ¨¢rea con doble recorte, hacia dentro primero, hacia fuera despu¨¦s, y remat¨® con sutileza a la red. De cuantas promesas ha comprado el club en los ¨²ltimos tiempos, es el de m¨¢s gol. Ah¨ª est¨¢ su gran virtud. Y en la falta de continuidad, su pecado.
En manos del portero
En la primera mitad s¨®lo se supo de Lunin, providencial en cuatro ocasiones, y de los dos centrales, Chust y Nacho, que apagaron todos los focos del incendio. Fue un bombardeo en toda regla a un Madrid a la deriva, al que ni Isco ni Odegaard ofrecieron salida y con tres puntas n¨¢ufragos, testigos silenciosos del extremo sufrimiento del equipo. El Rangers, inflado por su p¨²blico, fue extraordinariamente superior en piernas, ambici¨®n y elaboraci¨®n. Luego, en el remate, lo ech¨® todo a perder.
En el descanso decidi¨® Ancelotti que era mejor jugar sin nueve que con Jovic y puso ah¨ª a Arribas, un jugador de dif¨ªcil catalogaci¨®n: es casi extremo, casi mediapunta, casi armador. Con ¨¦l mejor¨® el Madrid. O al menos el partido empez¨® a tener dos direcciones. Un cabezazo del habilidoso canterano pudo aumentar la ventaja blanca, pero un exceso de confianza en la salida de Lucas V¨¢zquez acab¨® en el empate. Rob¨® Kamara y fusil¨® Sakala, que hab¨ªa merecido colgarse esa medalla mucho antes.
Con diez
En cierto modo el Rangers acompas¨® mal sus m¨¦ritos y el marcador. Porque los j¨®venes del Madrid equilibraron mucho el partido en el tramo final. La entrada de Miguel Guti¨¦rrez liber¨® a Marcelo y ambos fueron c¨®mplices de las mejores travesuras del Madrid. En una de ellas el canterano estrell¨® un bal¨®n en el palo.
Con el Madrid rozando ya el combate nulo, Nacho vio la segunda amarilla por una plancha aparatosa y quedarse con diez en el primer partido de pretemporada acab¨® por liquidar las energ¨ªas del equipo de Ancelotti. Sin los dos centrales del comienzo, Itten caz¨® una media vuelta en el coraz¨®n del ¨¢rea y culmin¨® la remontada escocesa. Sobraron motivos en esa recta final, como al principio, para que el t¨¦cnico italiano alzase la ceja, ese gesto tan suyo que indica alerta m¨¢xima. As¨ª seguir¨¢ hasta el inicio de Liga.