"Franco quiere que se acabe el partido"
Los grandes torneos de verano, lejos de su esplendor de finales del siglo pasado, se resisten a desaparecer, pero la pandemia les ha golpeado con dureza y su existencia es casi residual.
El Teresa Herrera y el Carranza han visto desfilar a los mejores jugadores de la historia y encierran historias y an¨¦cdotas inolvidables. Se podr¨ªa escribir una enciclopedia al respecto. Los torneos de verano, en sus variopintas presentaciones y formatos, ya forman parte de la historia del f¨²tbol en general y del espa?ol en particular. Desde mediados del siglo XX, aunque alguno viera la luz incluso con anterioridad, no exist¨ªa capital, ciudad o villa que no quisiese tener su trofeo, por modesto que fuese. Con la llegada de la nueva centuria la proyecci¨®n alcanz¨® cotas internacionales transform¨¢ndose en eternas giras entre continentes e incluso en una macro competici¨®n, catalogada como la Champions del verano, organizada al otro del Atl¨¢ntico y con la participaci¨®n de los mejores clubes europeos y americanos.
Espa?a fue la cuna de estos torneos que serv¨ªan como preparaci¨®n ante la nueva temporada. Se invitaba a los grandes de Europa y de Sudam¨¦rica para que se midiesen con los mejores equipos del pa¨ªs. La rivalidad super¨® la trascendencia del amistoso puro y duro. Muchos, adem¨¢s, eran rentables. Ganaban los organizadores y los participantes. Durante el mes de agosto el territorio patrio se convert¨ªa en un desfile incomparable de clubes y de jugadores. De Pel¨¦ a Cruyff pasando por Beckenbauer, Eusebio, Did¨ª, Garrincha, Rivelino, Blokhine¡ Aunque proliferaron hasta cerca del centenar, dos, preferentemente, copaban a los mejores clubes y por tanto exhib¨ªan a los mejores jugadores del mundo: Teresa Herrera y Ram¨®n de Carranza, organizados por los ayuntamientos de La Coru?a y C¨¢diz con la colaboraci¨®n de sus clubes correspondientes.
Teresa Herrera. Pel¨¦, Franco y Cruyff.
Nacido en 1946, el 8 de agosto el trofeo cumplir¨¢ 76 a?os celebr¨¢ndose de manera ininterrumpida, incluido la edici¨®n pasada que se celebr¨® en diciembre por culpa de la pandemia. El Deportivo se enfrentar¨¢ a la Ponferradina. Atr¨¢s quedan los a?os de esplendor con recuerdos imborrables para los aficionados. Augusto C¨¦sar Lendoiro, expresidente del Deportivo, es un libro abierto sobre el trofeo -naci¨® un a?o antes del primer envite- y una fuente inagotable de experiencias.
El Santos de Pel¨¦. "Del primer trofeo que tengo referencias claras fue del celebrado en 1959. Ten¨ªa 14 a?os y lo vi desde una zona reservada para los ni?os en la lateral de tribuna. Riazor estaba abarrotado. Jugaban el Santos de Pel¨¦, Zito y Pepe contra el Botafogo de Garrincha, Nilton Santos, Did¨ª y Zagallo. Todos ellos hab¨ªan sido campeones del mundo con Brasil el a?o anterior. Gan¨® el Santos (4-1), Pepe marc¨® dos goles, Pel¨¦ uno¡ En todo el mundo se hablaba con admiraci¨®n del Santos de Pel¨¦ y yo lo tuve ante mis ojos. No jugaba el Deportivo, ni ning¨²n equipo espa?ol, pero el estadio se llen¨®. Entonces el f¨²tbol brasile?o ten¨ªa mucho tir¨®n en Espa?a".
La final de los 137 minutos. "En 1973, la gran atracci¨®n del torneo era el Ajax de Cruyff, que ven¨ªa de ganar su tercera Copa de Europa. Todos so?¨¢bamos con una final contra el Atl¨¦tico de Madrid, que hab¨ªa ganado la Liga el a?o anterior. Los holandeses se enfrentaban al Spartak de Trnava checo. Ganaban 3-0 y perdieron 5-3. Los rojiblancos s¨ª se clasificaron. La historia de aquel partido fue que dur¨® 137 minutos, hasta que G¨¢rate marc¨® el 2-1. Se jugaron los 90 minutos, m¨¢s los 30 de la pr¨®rroga y como no hab¨ªa penaltis la final no terminaba hasta que no marcara uno de los dos equipos".
Entonces fue cuando surgi¨® la an¨¦cdota y Lendoiro estaba all¨ª. "Ir¨ªan 130 minutos, m¨¢s o menos, y al delegado de campo, Pepe Guillin, se le acerc¨® un se?or que se present¨® como miembro de la Casa de Franco y le dijo al bueno de Pep¨ªn que el partido ten¨ªa que terminar porque el Caudillo, que estaba en el palco de honor, se ten¨ªa que ir¡ pero antes ten¨ªa que entregar el trofeo al campe¨®n. Mientras se discut¨ªa qu¨¦ hacer al respecto, lleg¨® el gol de G¨¢rate y se solucion¨® el asunto para bien de Guillin que no sab¨ªa c¨®mo resolver el entuerto".
El expresidente enlaza con el a?o siguiente. "En la siguiente edici¨®n volvi¨® Cruyff con el Barcelona. Todos le quer¨ªamos ver, pero en las semifinales contra Pe?arol fue expulsado a la media hora. Le hicieron una entrada por detr¨¢s, el holand¨¦s se revolvi¨® y golpe¨® en la cara al uruguayo y los dos se fueron a la calle. Cruyff por su pie y el de Pe?arol en camilla. Otra vez que nos qued¨¢bamos sin ver a Cruyff, que ya no pudo jugar tampoco el segundo partido".
Rivaldo al Barcelona. Esta 'jugarreta' (1997) ya la vivi¨® como presidente del Deportivo. Lendoiro sonr¨ªe por no llorar. "Seg¨²n transformaba el ¨²ltimo penalti de la tanda en la final del torneo contra el PSV, me enter¨¦ de que Rivaldo se marchaba al Barcelona. Me lo dijo en el mismo palco Alberto Toldr¨¢. En las horas anteriores se hab¨ªa gestionado toda la operaci¨®n. Jos¨¦ Mar¨ªa Minguella hab¨ªa estado en permanente contacto con el jugador. Como el objetivo era pagar la cl¨¢usula de 4.100 millones de pesetas a m¨ª no me lo dijeron hasta que estaba todo hecho. Al parecer el Bar?a hab¨ªa intentado fichar a McManaman, el del Liverpool, pero les ped¨ªan un dineral y ten¨ªan que hacer algo ese d¨ªa porque al siguiente se cerraba el mercado. Recuerdo que Rivaldo me dijo lo que le ofrec¨ªan y no le pude decir nada era cuatro veces m¨¢s de lo que ganaba en el Deportivo".
Carranza: Pereira y Leivinha
El trofeo Ram¨®n de Carranza naci¨® en 1955 y solo dej¨® de jugarse la temporada pasada por culpa de la pandemia. La presente edici¨®n, fechada para el 4 de agosto, enfrentar¨¢ a los dos rivales previstos el curso anterior, el C¨¢diz y al Atl¨¦tico de Madrid, el equipo que ha conseguido m¨¢s t¨ªtulos, diez. El club rojiblanco siempre ha estado muy identificado con el trofeo. Especialmente despu¨¦s de que al finalizar la edici¨®n de 1975 fichara a dos jugadores del Palmeiras, Luis Pereira y Leivinha en una operaci¨®n express en el ¨²ltimo d¨ªa de mercado. El primero de ellos, en la actualidad presidente del filial rojiblanco, recuerda con exactitud como el Carranza fue su catapulta a Europa y m¨¢s concretamente al Atl¨¦tico.
"En 1974, el Palmeiras ya gan¨® el trofeo con un gol m¨ªo en la final contra el Espanyol. Le ganamos al Bar?a de Cruyff en las semifinales y el Espanyol hizo lo propio con el Santos de Pel¨¦. Lo que ten¨ªa que ser la final pas¨® a ser el tercer y cuarto puesto. Les jorobamos la fiesta". Esa final de consolaci¨®n fue ganada por los azulgranas (4-1), Cruyff jug¨® con el '6' y Pel¨¦ marc¨® el gol del honor de su equipo.
"Al a?o siguiente- contin¨²a Pereira- como campeones, repetimos y le ganamos al final al Real Madrid (3-1) y uno de los goles lo marc¨® Leivinha. Ah¨ª fue cuando el Atl¨¦tico se fij¨® en nosotros dos. Porque le dimos un ba?o al Madrid¡ Ja, ja, ja. Era domingo, 31 de agosto. El lunes viajamos a Madrid para jugar la despedida de Ufarte. Entonces comenzaron las negociaciones. Luis era el entrenador y parece que exigi¨® al club que nos fichara inmediatamente porque se cerraba el plazo de inscripci¨®n. Como nuestro presidente Pascual Walter Giuliano estaba en San Paolo, todos regresamos all¨ª y por parte del Atl¨¦tico viajaron el vicepresidente Santos Campano y el doctor Ib¨¢?ez".
Todo se cerr¨® en 24 horas. "Nos llamaron al estadio, Palestra Italia, donde estaba la sede de Palmeiras, nos hicieron el reconocimiento m¨¦dico el jueves y nos volvimos el viernes para cumplir con el plazo. El Atl¨¦tico hab¨ªa fichado dos brasile?os poco antes, pero Ivo tuvo problemas de coraz¨®n en el reconocimiento m¨¦dico y al ficharnos a nosotros cedieron a Sena al Rayo. El Carranza nos cambi¨® la vida a Leiva y a m¨ª".