El ¡®Bodoquismo¡¯ evangeliza los Juegos Ol¨ªmpicos para el Legan¨¦s
Jos¨¦ Antonio Bodoque, fisio del Triatl¨®n, transporta su obsesi¨®n pepinera a Tokio. ¡°Siempre tengo que llevar conmigo alguna camiseta del Legan¨¦s¡±. Es ¨ªdolo en la expedici¨®n espa?ola.
A Tokio, sin complejos. A conquistar los Juegos Ol¨ªmpicos, claro que s¨ª. Aunque ¨¦l no corra. Da igual. Jos¨¦ Antonio Bodoque (Bodo para los amigos, que son muchos) es de los que hace equipo. Se lo puede permitir. Las piernas de los triatletas Gomez Noya o Mario Mola, dos de las opciones m¨¢s serias de medalla que tiene Espa?a en la cita nipona, dependen de sus manos. Porque Bodo es fisioterapeuta. Lleva 20 a?os alternando la Federaci¨®n Espa?ola de Atletismo (RFEA) y la Federaci¨®n Espa?ola de Triatl¨®n (FETRI). ?stos son sus quintos Juegos tras Atenas, Pek¨ªn, Londres y R¨ªo. Y en todos ha acudido con esa ambici¨®n (deportivamente) invasora, pertrechado de armas simples. Una camilla. Sus cremas. Su material de especialista. Y lo m¨¢s importante: una camiseta (o varias) del Legan¨¦s.
¡°No pueden faltar, jam¨¢s¡±, bromea desde Jap¨®n al otro lado del tel¨¦fono, ¨¦se que responde sol¨ªcito y siempre con una sonrisa que define su rol de fiel escudero para todos los que le solicitan su ayuda. Porque el ¡®Bodoquismo¡¯ nunca falla. Natural de Legan¨¦s (50 a?os), ejerce una personalidad colaborativa que forma parte del ADN social que mam¨® en su barrio, en San Nicasio, un espacio vecinal de tintes obreros en el que todos se apoyan en todos. Haciendo equipo. Como Bodoque y el Legan¨¦s.
Estos d¨ªas su imagen posando con la zamarra blanquiazul en los aros de la Villa Ol¨ªmpica de Tokio se han convertido en foto viral a lo largo y ancho de la ciudad. El propio Legan¨¦s o el Ayuntamiento se han ocupado redifundirla en redes sociales con el gozo de saber qu¨¦ un pedacito de orgullo pepinero har¨¢ patria chica en Jap¨®n. Pero qu¨¦ pedacito¡ Contagioso y expansivo.
Atletas convertidos al 'Pepinerismo'
Porque Bodoque es firme talib¨¢n del sentimiento leganense. Buena parte de la expedici¨®n que competir¨¢ en Tokio conoce de su obsesi¨®n. La transmite de muchas maneras. Con peque?os detalles cargados de cari?o, por ejemplo. Un n¨²mero importante de las maletas que llegar¨¢n a Tokio lucir¨¢n como distintivo un llavero del Lega personalizado que Bodoque ha repartido entre los suyos.
Tambi¨¦n hace apolog¨ªa de lo blanquiazul con indumentarias para sus amigos o invitaciones (cuando se pod¨ªa) a partidos en la Avenida de los Once Leones. Sue?a, por ejemplo, con compartir en Butarque alg¨²n duelo junto a lo m¨¢s granado del atletismo espa?ol. Conocido su empe?o inasequible al desaliento, lo conseguir¨¢. Sin dudas.
¡°Ahora tengo muy enganchado a ?lvaro Mart¨ªn, que es campe¨®n de Espa?a de 20 kil¨®metros marcha y candidato a luchar aqu¨ª por medallas¡±, admite Bodoque. ¡°Es que para m¨ª el Legan¨¦s no es una obsesi¨®n. Es un sentimiento. Me encanta que me identifiquen con el Lega. Lo que siento en Butarque no lo siento en ning¨²n lado¡±, relata poco despu¨¦s de que por sus manos hayan pasado los antes citados Noya y Mola.
?Lograr¨¢n medalla? ¡°Nuestas aspiraciones son m¨¢ximas. Tengo mucha fe en ellos¡±, analiza. Bodo no lo cuenta, pero en su cabeza seguro que se cuece alguna idea para colar en la foto de ese potencial ¨¦xito una camiseta del Legan¨¦s en caso de que alguno consiga tocar metal y continuar con la expansi¨®n de la marca pepinera a trav¨¦s del atletismo. A Tokio se ha llevado dos zamarras, por si acaso. La blanquiazul de la temporada pasada y la roja de la actual.
Los homenajes, para otros
En el Legan¨¦s tienen muy en cuenta todos estos esfuerzos. Y los difunden siempre que pueden. Suerte de homenaje que, qui¨¦n sabe, podr¨ªa ir alg¨²n d¨ªa a m¨¢s. ¡°?Un saque de honor? Ser¨ªa la leche, pero yo prefiero que antes homenajeen a Salustiano Toribio, ¨¦se s¨ª que era un grande¡±, cuenta en referencia al recientemente fallecido socio del Legan¨¦s, en¨¦rgico hincha pepinero hasta el final de sus 106 a?os de vida. Salus tambi¨¦n era del barrio, de San Nicasio. Como Bodo.
All¨ª empez¨® a jugar al f¨²tbol antes de pasarse al judo. ¡°?Jugaba en campos de tierra! Qu¨¦ tiempos en el San Nicasio, el D¨ªnamo de Florida, la Paz¡ ?Sab¨ªas que de este equipo sali¨® Alfredito? Luego jug¨® en el Lega. Un ¨ªdolo¡±, releta mientras se le cae la baba (figurada) por evocar pedacitos de nostalgia blanquiazul, ¨¦sa que se le desataba al coincidir con el Legan¨¦s de Luis ?ngel Duque mientras dirig¨ªa sesiones f¨ªsicas en el Parque de los Frailes o al charlar con Pablo Alfaro y Miguel Alonso tras los entrenos, cuando era el t¨¢ndem que dirig¨ªa al Lega.
Ese a?o, en 2012, Bodo se enganch¨® definitivamente al Legan¨¦s. Se hizo socio, convenci¨® a su padre para imitarle y comenz¨® una tarea evangelizadora que tiene en Asier Garitano una suerte de mes¨ªas. ¡°Me siento s¨²per identificado con ¨¦l porque representa lo que es Legan¨¦s: un t¨ªo s¨²per sencillo, pero s¨²per ambicioso. Sabe qu¨¦ es el Legan¨¦s. Te baja a la tierra r¨¢pido si te creces¡±, describe sin saber que, de manera indirecta, est¨¢ dibujando sus propias virtudes. Las del ¡®Bodoquismo¡¯. Las que s¨®lo mancha un defecto: ser demasiado hincha de un Legan¨¦s para el que ya ha conquistado Tokio y sus Juegos Ol¨ªmpicos.