EUROCOPA (OCTAVOS) | FRANCIA 3 (4)-SUIZA 3 (5)
Mbapp谷 falla, Espa?a resopla
El franc谷s fall車 el 迆ltimo penalti, Francia qued車 eliminada y Suiza ser芍 el rival de La Roja en cuartos. El doblete de Benzema no bast車. Heroica actuaci車n de los suizos.
El f迆tbol est芍 lleno de historias 迆nicas, de guiones imprevisibles, de desenlaces imprevistos. El de Bucarest entre Francia y Suiza entra de lleno en el cat芍logo de partidos 谷picos, m芍gicos. Tanto, que el final no pudo ser m芍s dram芍tico. Mbapp谷, la estrella por la que tanto suspiran algunos, el futbolista por el que el Madrid est芍 dispuesto a tirar la casa por la ventana, fall車 el penalti decisivo y los suizos se medir芍n a Espa?a en cuartos. Incre赤ble, antol車gico, real.
Todo lo anterior fue una sucesi車n de acontecimientos y piruetas, una monta?a rusa de emociones con las que reconciliarse para siempre con el f迆tbol. Francia estuvo tocada, luego resucitada y finalmente acab車 en la lona, herida de muerte como la gran campeona que es. Esta vez la combinaci車n de su ataque prodigioso y el decisivo penalti parado por Lloris en el segundo tiempo no le fue suficiente para seguir con vida. Este equipo avasalla m芍s que juega, golpea m芍s que crea. Y eso, al final, tiene sus consecuencias.
Adem芍s, el cambio de dibujo de Deschamps result車 un fracaso. La defensa gala fue una pared con agujeros, pese a incorporar a un futbolista m芍s con respecto a los anteriores partidos. Lenglet estuvo tierno, en la l赤nea de la temporada en el Bar?a, y Rabiot se tuvo que desempe?ar como carrilero cuando su juego no es precisamente de dos direcciones. El esquema era un calco al de Suiza, aunque mucho menos trabajado y compenetrado.
La navaja suiza funcion車, como siempre. No esperen grandes alardes de este equipo, pero s赤 una fiabilidad que ya quisieran muchos candidatos al t赤tulo. Con Espa?a volcada sobre el televisor para saber su rival en cuartos, la primera bofetada la asest車 Suiza. El incombustible Zuber colg車 el bal車n desde la izquierda y Seferovic remat車 ante la indolencia de Lenglet, que le marc車 con la suavidad de una esponja. Lloris tampoco pudo llegar. El gol hizo saltar por los aires las c芍balas y las hip車tesis.
Francia se vio por detr芍s en el marcador por tercer partido seguido, aunque en esta ocasi車n sin la red de una fase de grupos. Aqu赤 no hab赤a comod赤n ni segundas oportunidades, era el momento de coger la bandera y plantarla sobre el c谷sped para decir que Francia es la campeona del mundo. En ese disfraz de h谷roe se esperaba a Mbapp谷, que jug車 m芍s r芍pido que bien. Entre los muchos registros que maneja no es la pausa el que m芍s destaque, cuando a veces las jugadas requieren pararse y pensar. Benzema s赤 demostr車 finura y Griezmann se perdi車 en el laberinto de piernas hasta que sali車 del centro.
Deschamps reaccion車 r芍pido ante el jerogl赤fico. Quit車 al bizcoch車n Lenglet y meti車 a Coman. Francia pas車 a jugar con cuatro atr芍s y asumi車 riesgos propios de un equipo en el alambre. Estuvo antes al borde del KO, esa es la realidad, cuando Pavard cometi車 penalti sobre Zuber. Mart赤nez Munuera, desde el VAR, alert車 a un Rapallini que no lo hab赤a visto, pero Lloris apareci車 para decir que Francia tambi谷n tiene portero, y de los buenos. Su parada a Ricardo Rodr赤guez fue clave para todo lo que vino despu谷s.
Porque Francia, empujada en lo an赤mico m芍s que en lo futbol赤stico, encendi車 la maquinaria y desat車 una aut谷ntica tormenta. El tornado llev車 el nombre de Karim Benzema, que en dos rugidos volte車 el marcador y el encuentro. Mbapp谷 le asisti車 en el primero, antes de definir por encima de Sommer; el segundo, en pleno hurac芍n, consisti車 en empujar un bal車n sobre la l赤nea tras una estupenda internada de Griezmann.
Ya por delante en el marcador, Francia se sinti車 todo lo a gusto que no hab赤a podido estar antes. Hubo tiempo para las delicias, como el golazo de Pogba que se col車 por la escuadra y para las carreras de Mbapp谷, que con espacios s赤 fue feliz. Se vieron en cuartos los franceses y su t谷cnico, un error imperdonable para un conjunto que aspiraba al trono europeo.
Porque en esta Eurocopa de h谷roes, de protagonistas inesperados, de finales ag車nicos, Suiza no se entreg車 y obtuvo una recompensa que parec赤a imposible. La gesta la provocaron Seferovic y Gavranovic en los instantes finales. Nueve minutos necesitaron 迆nicamente para mandar el encuentro a la pr車rroga. El cabezazo del delantero titular signific車 agarrarse a la 谷pica, mientras que el derechazo desde la frontal del suplente desat車 definitivamente la locura -no sin susto posterior por un disparo al larguero de Coman en la 迆ltima acci車n-.
Los planes de Deschamps saltaron por los aires, con Griezmann ya sustituido, Benzema fuera tambi谷n por unas molestias y Mbapp谷 completamente fundido, como se vio en la acci車n m芍s clara del tiempo extra. Su remate, sin casi fuerzas, fue el pre芍mbulo de lo que ocurri車 en los penaltis. Todos metieron el suyo menos 谷l. A sus 22 a?os, a ojos de todo el mundo, cuando Europa le reserva ya un sitio como el heredero leg赤timo de Messi y Cristiano, se top車 con Sommer y puso un final de pel赤cula a un partido para la historia.