Piqu¨¦ da alas al Espanyol
El capit¨¢n del Barcelona, ahora encantado con el retorno perico a Primera, ha reavivado la rivalidad del derbi, y genera simpat¨ªas y campa?as que costar¨ªan millones.
No ser¨ªa lo mismo de David sin Goliat, de Batman sin un Joker, de Jekyll sin Hyde e incluso de la Coca-Cola sin la Pepsi. En un mundo que ¨Cguste o no¨C avanza mediante la tensi¨®n, el conflicto, protagonista y antagonista se retroalimentan, ni el h¨¦roe ni el villano ocupar¨ªan el foco sin la existencia del otro. Y eso sucede entre el Espanyol y Gerard Piqu¨¦, a pesar del ¨Co precisamente gracias al¨C revuelo que se forma en el mundo perico cada vez que aparece en acci¨®n para mencionarles a su equipo.
No son entes comparables, l¨®gicamente. Supera el Espanyol los 120 a?os, por los 34 del central. Pero si algo consigue precisamente Piqu¨¦ para beneficio blanquiazul es mantener viva la llama de esa rivalidad hist¨®rica, no hacia su persona, sino hacia el Barcelona. As¨ª es como crecen los clubes. As¨ª fue como, hace exactamente un siglo, se lanz¨® Genario de la Riva ¨Cpresidente perico¨C a construir nada menos que el estadio de Sarri¨¤ cuando el Espanyol hab¨ªa sido desahuciado de la calle Muntaner, espoleado por el comentario que oy¨® a un cliente de la barber¨ªa que frecuentaba: ¡°Creo que el Espanyol ha muerto definitivamente¡±. Ese cliente era el fundador del Bar?a, Hans Gamper, y De la Riva no solo lider¨® la edificaci¨®n de Sarri¨¤, sino tambi¨¦n el regreso de Ricardo Zamora justamente desde Les Corts.
La ¨²ltima de Piqu¨¦, de hecho una de las m¨¢s veniales de su larga relaci¨®n de comentarios sobre los pericos ¨Cy que, de no ser por su historial y socarroner¨ªa, incluso habr¨ªa despertado elogios¨C, ha consistido en alegrarse del retorno a Primera de los pericos, porque prefiere jugar en el RCDE Stadium que en otro campo con el que no guarda ning¨²n aliciente. ¡°El Espanyol es un ingrediente principal para el show¡±, le explica a Ibai Llanos, en una s¨ªntesis de que, con el capit¨¢n azulgrana de por medio, los derbis siempre seguir¨¢n siendo derbis. Con excesos de frenada, como en aquel festejo con los Boixos que hab¨ªan lanzado bengalas en Montju?c, o como las pancartas dirigidas a Shakira. Pero con todo el picante que exige este partido de partidos desde 1900.
Es Piqu¨¦ el mayor relaciones p¨²blicas que podr¨ªa tener el Espanyol, al que coloca c¨ªclicamente en el centro de la noticia al nivel que solo enormes logros deportivos podr¨ªa conseguir. Al que da una publicidad impagable, que costar¨ªa millones si una agencia tuviera que alcanzar el mismo impacto con una campa?a. Y al que, por tratarse de un personaje que a nadie deja indiferente, va generando simpat¨ªas por doquier.
Sus menciones al presupuesto, a Cornell¨¤, al propietario chino, a la minor¨ªa¡ Parafreseando el anuncio perico de los abonos, pero a la inversa, podr¨ªa parecer incluso que Piqu¨¦ no es perico de boquilla, pero s¨ª de carnet. No ser¨ªa descabellado aprovecharlo. Piqu¨¦ es, en definitiva, y a la espera de que sobre el c¨¦sped se den los motivos para volver a ocupar portadas, de lo mejor que le puede pasar al Espanyol.