EUROCOPA | GRUPO B | B?LGICA 3- RUSIA 0
Plet¨®rico Lukaku, terrible Rusia
B¨¦lgica pasa por encima de una Rusia muy fr¨¢gil y avisa de su potencial. Lukaku comienza a lo grande con un doblete. Hazard jug¨® unos 20 minutos.
Como eterna candidata, exigida por el limitado tiempo que le queda a su gran generaci¨®n, B¨¦lgica no se demor¨® en esta Eurocopa. A m¨¢s presi¨®n, mejor respuesta. La selecci¨®n de Roberto Mart¨ªnez, con todas las letras este apelativo, despach¨® a una sombr¨ªa Rusia, desnuda por su extrema incertidumbre defensiva y atropellada por su exigua calidad. Sobre el mazo de Lukaku y el desparpajo creativo de Tielemans, B¨¦lgica hizo camino en un estreno poderoso. Entre el potencial de uno y la debilidad del otro, apenas hubo batalla.
B¨¦lgica parece creer a ciegas en sus posibilidades. No le importunaron las ausencias de Witsel y De Bruyne, a los que necesitar¨¢ en envites de mayor entidad, para andar sobrada frente a un rival que nunca supo a lo que jug¨®. Cherchesov hab¨ªa cambiado el 1-4-2-3-1 a una defensa de tres centrales en sus ¨²ltimos cuatro partidos con la mirada, en apariencia, al debut europeo. Pero ese movimiento lo utiliz¨® como un cebo. Hasta Roberto Mart¨ªnez avis¨® a sus jugadores nada m¨¢s empezar el encuentro de la disposici¨®n t¨¢ctica de Rusia con una l¨ªnea de cuatro atr¨¢s. A todas luces, el plan de Cherchesov result¨® equivocado. No por defender con m¨¢s hombres lo haces mejor, pero no es menos cierto que tanto vaiv¨¦n con los dibujos no hace m¨¢s que socavar la ya pobre seguridad rusa.
Se lo puso muy f¨¢cil a B¨¦lgica. Y con Lukaku en este estado todo es m¨¢s sencillo. Pocos delanteros interpretan tantos registros como ¨¦l. En el ¨¢rea no perdona, pero fuera de ella domina los apoyos y las rupturas con autoridad absoluta. La primera ocasi¨®n que tuvo acab¨® dentro. El centro defectuoso de Mertens deriv¨® en un error de Semenov y en el oportunismo decisivo de Lukaku. Al margen de la efectividad del punta, la pol¨¦mica alcanz¨® una jugada en la que Mateu Lahoz y el VAR no intervinieron despu¨¦s. Da para debate. Lukaku parti¨® de posici¨®n ilegal en el inicio del pase de Mertens. El bal¨®n toc¨® en Semenov, que pudo haberlo despejado, pero es dif¨ªcil sentenciar si lo hizo de forma instintiva o deliberada. Fue una de esas acciones fronterizas que admiten opiniones distintas.
En cualquier caso, daba igual. La trayectoria del partido constat¨® la enorme superioridad de B¨¦lgica. El gol tempranero convoc¨® a sus mejores futbolistas y sirvi¨® de sonajero para Tielemans, Carrasco y Thorgan Hazard. Entre l¨ªneas, ante una escenograf¨ªa amable por la permisividad de Rusia, aparecieron para orientar el juego, dar volumen por dentro y por fuera y perimetrar el ¨¢rea de Shunin. Agrad¨® el rango de visi¨®n de Tielemans, siempre con intenci¨®n de verticalizar la posesi¨®n. Rusia perdi¨® el sitio muy pronto y le entr¨® una flojera terrible. Si Semenov fall¨® de forma ostensible primero, despu¨¦s fue Shunin el que concedi¨® el placer del gol a Meunier (gran actuaci¨®n) en un despeje relativamente sencillo que dej¨® muerto. Ah¨ª muri¨® el encuentro y quedaban dos tercios del mismo.
Rusia no ofreci¨® argumentos. Siempre fue un equipo fr¨¢gil, sin ideas y con demasiados complejos. Parece claro que la alternativa de buscar el f¨²tbol directo con Dzyuba es m¨¢s que interesante, pero no puede ser su ¨²nico recurso. Courtois solo divis¨® el peligro en alguna dejada del gigante ruso o en acciones de estrategia como un remate c¨®modo de Mario Fernandes. El cambio de esquema tras el descanso fue una enmienda a la totalidad de Cherchesov. Pero ya era muy tarde.
El contexto desbrav¨® a B¨¦lgica, aliviada de inicio con el marcador y con el piloto autom¨¢tico todo el segundo tiempo. Se permiti¨® el lujo de bajar el ritmo, guardar fuerzas y dar tiempo a Hazard. Aunque no parece recuperable en el corto plazo, Roberto Mart¨ªnez conf¨ªa en que se acuerde de forma puntual de lo que era antes. De donde viene, no es poco lo que hizo ante Rusia. Los preocupantes minutos que dej¨® en el amistoso ante Croacia quedaron relegados con una versi¨®n no brillante, pero al menos decorosa. Nada que ver con Lukaku, plet¨®rico y feliz con el doblete que firm¨® cuando el partido ya agonizaba. Para empezar, B¨¦lgica avisa. Est¨¢ para todo en la Eurocopa.