'Viverazo' del Amorebieta para un estreno de oro en Segunda
Un tanto de Iker Bilbao en la primera parte y un planteamiento muy s¨®lido apag¨® al gran favorito, un Badajoz que jugaba en casa, y los azules suben a Segunda por primera vez.
Era un d¨ªa grande en Badajoz y el te¨®rico invitado se convirti¨® en actor principal. Y es que la Sociedad Deportiva Amorebieta lucir¨¢ como conjunto de plata por primera vez en su historia. Irreductible, como durante todo el curso, como una aldea gala en medio del Imperio romano. El favorito era el conjunto local, un Badajoz convertido en rey de la categor¨ªa, pero que ha abdicado justo el peor d¨ªa. Manos al cielo y al suelo y l¨¢grimas, muchas l¨¢grimas. De alegr¨ªa, pero tambi¨¦n de tristeza, todo depende del barrio donde pregunten, porque en el f¨²tbol, la sonrisa de unos es la desolaci¨®n de otros. El conjunto pacense se llev¨® la cara amarga de una final, pero los aplausos a su temporada nadie puede robarlos. Aunque el titular se escribe solo: en Amorebieta, gracias al tanto de Iker Bilbao y a un heroico Saizar, despertar¨¢n del sue?o en Segunda Divisi¨®n.
Y lo hicieron con un partido planteado de principio a fin como una batalla, como marcan los c¨¢nones de un ??igo V¨¦lez, exdelantero del Athletic y que ha aprendido a sobrevivir como entrenador con la f¨®rmula que tan bien conoce, la de solo contar con futbolistas vascos. As¨ª logr¨® competir con los grandes filiales hasta llegar al Playoff. As¨ª ajustici¨® al primer campe¨®n, al Linares, en semifinales y as¨ª ha convertido en pesadilla la noche pacense a los miles de aficionados blanquinegros citados en el Nuevo Vivero. Seguro que Mar¨ªa Eugenia Etxebarr¨ªa, expresidenta del club tristemente fallecida en septiembre, alent¨® a los suyos desde el cielo. No hay mejor homenaje.
Pero por supuesto, ganar no es f¨¢cil y un ascenso se vende caro. Ambos entrenadores salieron con cartas boca arriba. Mismos hombres que en semifinales a excepci¨®n de Aimar por parte zornotzarra, que se cay¨® por lesi¨®n. Los de V¨¦lez de Mendiz¨¢bal salieron con una premisa clara, morder y apagar fuegos antes de que el Badajoz tuviera b¨¢lsamos o mecha. Rocosos atr¨¢s, los vascos, cargados de experiencia, confiaron su construcci¨®n a su faro: balones a Orozco, que no se cansaba de bajarla al verde. El empate era derrota y eso lo sab¨ªan los visitantes.
Poco a poco parec¨ªa encontrarse el Badajoz, construyendo y usando las bandas, pero los desplazamientos en largo eran esa pesadilla que aparece en medio de un sue?o placentero. Y en una jugada a bal¨®n parado, el esf¨¦rico qued¨® franco para el golpeo de Larru. Kike Royo, h¨¦roe habitual, se convirti¨® en villano moment¨¢neo a los 22 minutos al despejar mansamente. Iker Bilbao, incansable, se adelant¨® a todos e instal¨® la sorpresa en un Nuevo Vivero a mitad de aforo pero lleno de coraz¨®n.
La Amorebieta lo hac¨ªa f¨¢cil. F¨²tbol directo. Muy vasco. Y eso, hacer que lo dif¨ªcil parezca f¨¢cil, es el mayor m¨¦rito de un equipo de f¨²tbol. Las subidas habituales de Tom¨¢s se echaban de menos. ?lex Corredera no lograba conectar con sus compa?eros. Santamar¨ªa no lograba imponerse como s¨ª hac¨ªa su hom¨®nimo azul, Orozco. Mucha garra en ambos bandos y dominio blanquinegro, pero mucho m¨¢s pr¨®ximo el choque a la pizarra de V¨¦lez que a la de Est¨¦vez.
La segunda parte fue de Saizar
"S¨ª se puede, s¨ª se puede", se escuchaba a la salida de vestuarios. La grada quer¨ªa llevar en volandas al Badajoz hasta el empate. Ah¨ª s¨ª que ganaba ampliamente el conjunto extreme?o. Pero sobre el terreno de juego no lograba imponer su juego y apenas probaba a un Mikel Saizar que guardaba las esencias para m¨¢s adelante y que, junto a Mikel ?lvaro, con 38 a?os cada uno, han sido dos de las estrellas de este Amorebieta durante la campa?a, mostrando que la edad y el rendimiento caminan por aceras opuestas.
No tardaron en aparecer los cambios y Est¨¦vez busc¨® claramente un c¨®ctel mucho m¨¢s explosivo con la entrada de Adilson y Otegui. El extremo no tard¨® en instalar el runr¨²n en la grada, mientras que el centrocampista permit¨ªa mayor libertad a Corredera. Pero V¨¦lez respond¨ªa y lejos de echar atr¨¢s al equipo introdujo a Obi por Unzueta, delantero por delantero por si hubiera herida en la que hurgar. En tanto que Aquino, ahora sin Santamar¨ªa, peleaba y peleaba, como el toro cuyo apodo le acompa?a, pero sin suerte. Arregi e Iraz¨¢bal eran rocas imposibles de rasgar.
Con m¨¢s pundonor que juego no bajaba los brazos el Badajoz y el colmillo se afilaba. Primero Morgado obligaba a Saizar a ponerse la capa con un parad¨®n a bocajarro tremendo y luego Maestre no lograba acertar en un remate franco. Quince minutos. Al reloj no le quedaba arena y Orozco segu¨ªa demostrando que la mejor defensa es un buen ataque con cada bal¨®n que le llegaba.
Los quinientos valientes que se cruzaron la pen¨ªnsula para instalar un peque?o rinc¨®n de Urritxe en el Nuevo Vivero saltaban con cada despeje de su defensa, como si fueran uno m¨¢s. El bal¨®n largo se convirti¨® en el clavo ardiendo al que agarrarse para un Badajoz que ve¨ªa la orilla cada vez m¨¢s lejos. Incluso Royo intent¨® remar al subir a rematar y acab¨® incluso centrando, pero su hom¨®nimo, Saizar, el que sentenci¨® la gloria para los suyos. Un Amorebieta que amanecer¨¢ el domingo en Segunda Divisi¨®n tras el Viverazo.