El adi¨®s m¨¢s doloroso
El Bar?a cierra su curso en el Camp Nou volviendo a exhibir una capacidad de impotencia lamentable. El Celta supo explotar las carencias de los locales.
Cuando uno no quiere que cambie nada, lo m¨¢s probable es que todo vaya a peor. Y el ¨²ltimo partido del Bar?a esta temporada en su estadio podr¨ªa servir para resumir perfectamente el curso de los de Koeman. La derrota ante el Celta por 1-2 supone el adi¨®s m¨¢s cruel a LaLiga y una nueva mancha grosera que vuelve a deprimir a una afici¨®n ya desesperada cada veces que los suyos se enfrentan a grandes momentos, a excepci¨®n hecha de una Copa que los propios jugadores se han empe?ado en eclipsar.
Tuvo en su mano a lo largo de la tarde el Bar?a llegar a la ¨²ltima jornada con opciones de luchar el campeonato. El Atl¨¦tico perd¨ªa en el Wanda y el Bar?a era incapaz de superar a un Celta que les mostr¨® todas sus carencias. La capacidad del Bar?a para perder LaLiga una y otra vez es legendaria. La ¨²ltima jornada ser¨¢ de tr¨¢mite para el Bar?a, tal y como se esperaba, pero de la manera m¨¢s dolorosa.
Los blaugrana volvieron a demostrar que son un equipo que necesita una tonelada ocasiones para marcar un gol, que casi siempre llega mediante Messi, que en su ocaso sigue siendo el mejor de largo, y que en cambio es una escuadra que al primer guantazo del rival se va al suelo.
Koeman se mantuvo en sus trece en su ¨²ltimo partido de la temporada en el Camp Nou y mantuvo el sistema con los tres centrales a costa con un Ara¨²jo medio tocado y utilizando a Demb¨¦l¨¦ de nuevo como carrilero por la derecha y limit¨¢ndose a cambiar la pieza del sancionado De Jong por Ilaix. En el Celta, sin novedades tampoco m¨¢s all¨¢ de la lesi¨®n en el calentamiento de Aidoo, que permiti¨® al joven Carlos Dom¨ªnguez jugar su tercer partido en Primera.
De salida, el partido fue un mon¨®logo barcelonista ante un Celta que sali¨® al Camp Nou a verlas venir y confirmando la sensaci¨®n de que se jugaba bien poco. El dominio blaugrana en los primeros 20 minutos se tradujo en una serie de oportunidades falladas por Pedri, Griezmann, Demb¨¦l¨¦ y Messi que para los optimistas significaba que el gol estaba a punto de llegar y para los pesimistas que la p¨®lvora segu¨ªa mojada.
El de siempre, Messi, que jugaba su ¨²ltimo partido en casa con el vigente contrato, abri¨® el marcador al rematar de cabeza un perfecto centro de Busquets. La vieja guardia acud¨ªa al rescate del Bar?a en el gol n¨²mero 30 del argentino. Todo parec¨ªa controlado, porque el Celta, ni con el gol, ofrec¨ªa constantes vitales. Pero este Bar?a es capaz de revivir a un moribundo y esta vez tampoco fall¨® a la cita. La fama obliga.
En la primera llegada de los gallegos, Santi Mina se sac¨® el bal¨®n de encima de la frontal disparando un chut ante el que Ter Stegen hizo la estatua de manera inaudita. De nuevo se evidenciaba la mand¨ªbula de cristal de un equipo que estaba haciendo un partido m¨¢s que decente y que tiraba el trabajo por la borda en la primera curva.
Quedaba por delante la segunda parte, donde el Bar?a, ¨²ltimamente, completa sus salidas de pista. Koeman esta vez se movi¨® en el descanso y dio entrada a Riqui Puig por Pedri.
Nada se movi¨® en el decorado, que repiti¨® el gui¨®n de la primera parte. El Bar?a presionando, fallando goles, desorden¨¢ndose a cada minuto que pasaba, sin ayuda del banquillo hasta esperar el tradicional tiro en el pie. De nada sirvi¨® que el Atl¨¦tico estuviera invitando por en¨¦sima vez al Bar?a a entrar en la lucha. Koeman desde el banquillo volvi¨® a aumentar el caos y a la que el Celta pas¨® de medio campo, con el Bar?a ya con diez por expulsi¨®n de Lenglet, se certific¨® el adi¨®s m¨¢s doloroso.