Valcarce silencia Castalia en la vuelta del p¨²blico
La Ponferradina se llev¨® el primer encuentro profesional en Espa?a con p¨²blico, mientras que el Castell¨®n desaprovecha la oportunidad de brindar el triunfo a su gente.
El f¨²tbol con gente es otra cosa. Suena diferente, las jugadas ganan en tensi¨®n y emoci¨®n, los sonidos de dentro del campo ceden el protagonismo al griter¨ªo de la grada. El f¨²tbol es m¨¢s f¨²tbol. 2.640 fueron los privilegiados en Castalia de vivir el primer partido profesional con p¨²blico en Espa?a y se hicieron notar como los miles de aficionados que apretaban los pu?os desde sus casas. Un paso a la esperanza. Una fiesta en petit comit¨¦. El feudo albinegro hasta la bandera habr¨ªa supuesto puntos en el casillero. La afici¨®n no ha esperado dos a?os, sino diez para volver a ver a su equipo sobre el verde en el f¨²tbol profesional. Que hayan sido los primeros es casi justicia po¨¦tica. Caer derrotados, un duro palo de cara a la permanencia.
La Ponferradina, lejos del play-off, lleg¨® a Castalia a disfrutar de la fiesta y a practicar buen f¨²tbol. Los de Bolo se hicieron con el esf¨¦rico en los primeros compases, pese a que el Castell¨®n, espoleado por su p¨²blico, acumulaba ocasiones en la porter¨ªa de Manu Garc¨ªa. Quiz¨¢ la grada gener¨® mayor sensaci¨®n de peligro que las propias acciones, con Juanto siempre cerca del gol y Rub¨¦n D¨ªez y Jorge Fern¨¢ndez haciendo piller¨ªas desde la mediapunta. Hasta en 12 ocasiones remat¨® el conjunto de Garrido.
Liderados por Yuri, y con Juergen generando estragos a pierna cambiada, los bercianos iban perdiendo posesi¨®n, pero ganaban en juego directo. El veterano delantero, rodeado de piernas frescas y jugones, daba aire al equipo desde la punta y se adornaba en cada acci¨®n como buen brasile?o. En ocasiones en exceso.
Precisamente de una jugada aislada lleg¨® el gol visitante al borde del descanso cuando el partido parec¨ªa encaminarse al segundo acto sin mayores sobresaltos. La Ponfe colg¨® un bal¨®n al coraz¨®n del ¨¢rea en el que la defensa albinegra estuvo poco contundente y el bal¨®n cay¨® en las botas de ?scar Sielva, que la puso con sutileza en el ¨¢ngulo.
Poco esper¨® el Castell¨®n a la salida de vestuarios. Ortu?o pele¨® un bal¨®n suelto, de esos en los que la grada juega su papel, y encontr¨® a Arturo Molina dentro del ¨¢rea, que no pudo conectar bien su disparo con el exterior del pie. El murciano posee un gran golpeo, pero es muy diestro. El susto lleg¨® a los poco minutos. Jorge Fern¨¢ndez, de lo mejor del encuentro, cay¨® duramente lesionado. Cubillas, uno de los predilectos del p¨²blico, al campo.
Garrido doblaba su apuesta a los pocos minutos, m¨¢s bien la triplicaba. Tres cambios de una tacada: Mateu, Carles y C¨¦sar a pelear por los puntos. Los cambios se mezclaban en la megafon¨ªa con las indicaciones para abandonar correctamente el estadio.
Los locales comenzaban a acechar el gol mientras la Ponfe no consegu¨ªa templar el ritmo del partido, pero Doncel y Kaxe aportaban piernas frescas para hacer da?o al espacio. Tras un palo del Castell¨®n, Valcarce se ceg¨® ante Whalley en la m¨¢s opci¨®n m¨¢s clara del encuentro y Carles Salvador se visti¨® de h¨¦roe sobre la l¨ªnea. A la tercera, tras recorte, Valcarce puso la puntilla y se dirigi¨® al p¨²blico en la celebraci¨®n.
El Castell¨®n lo intentaba de todas las maneras, pero tan s¨®lo Rub¨¦n D¨ªez parec¨ªa tener la luz encendida. Con m¨¢s coraz¨®n que cabeza, y hasta el ¨²ltimo minuto, los de Garrido no pudieron redondear la fiesta en Castalia con puntos. La derrota complica la permanencia y confirma el bache del equipo.