El enigma de Christian Rivera
Apenas se tienen noticias suyas desde que Las Palmas le firmara por cuatro temporadas en 2018. Este curso, apenas seis partidos y 468 minutos de juego.
Todav¨ªa anda Las Palmas pagando los excesos del verano de 2018. Con el tr¨¢gico descenso a Segunda Divisi¨®n m¨¢s que asumido y con la caja llena, la entidad se lo jug¨® todo al regreso a Primera por la v¨ªa r¨¢pida. Con Miguel ?ngel Ram¨ªrez al frente de las operaciones y Toni Otero como secretario t¨¦cnico (el director deportivo, Rocco Maiorino, lleg¨® tiempo despu¨¦s), la UD realiz¨® un dispendio que le sigue acarreando consecuencias.
Un ejemplo palmario de aquel derroche es el de Christian Rivera, aquel espigado mediocentro que aterriz¨® en Gran Canaria procedente del Bar?a B y que hab¨ªa llegado a jugar en Primera con el ?ibar. Pero sali¨® pitando de la isla, nula su adaptaci¨®n al club y a la Isla, y en el mercado invernal de 2019 se march¨® al Huesca, en Primera Divisi¨®n, apenas un rayo de luz entre tanta sombra: 23 partidos.
En verano le toc¨® volver a la disciplina de la UD pero ni siquiera se ejercit¨® con los que deb¨ªan ser sus compa?eros, y se pas¨® la temporada pasada dando tumbos entre Legan¨¦s y Girona para jugar apenas 15 partidos. Si la entidad catalana hubiera ascendido a Primera ten¨ªa que haber abonado, seg¨²n se recogi¨® en el acuerdo de cesi¨®n, 1,5 millones por esa opci¨®n de compra de obligada ejecuci¨®n, pero ambos clubes se dieron de bruces con la realidad.
Rivera permanece atado a un contrato fara¨®nico para la categor¨ªa, y adem¨¢s de cuatro a?os de duraci¨®n, que le rentaba una cifraba aproximada de un mill¨®n de euros brutos por temporada. A Las Palmas no le qued¨® m¨¢s remedio que qued¨¢rselo ante la imposibilidad de que ning¨²n equipo, al menos de Segunda, pudiera hacerse cargo de su contrato. Empe?ado como estaba en sacarle partido, Mel se comprometi¨® esta temporada a sacar el m¨¢ximo de un futbolista al que siempre consider¨® m¨¢s que interesante para un proyecto del que el propio Rivera parece no querer formar parte.
Este a?o, una vez m¨¢s, su figura representa una inc¨®gnita. Apenas se la ha visto sobre el c¨¦sped, y tampoco es destaquen sus presencias en los entrenamientos grupales. Pas¨® el COVID-19 y ha alegado diferentes molestias f¨ªsicas, especialmente en la espalda, que le han mantenido trabajando fuera del resto. De momento, tampoco parece que sus cifras vayan a mejorar este curso, el primero que pasa completo en la disciplina de Las Palmas, solo puede presumir de haber jugado 6 partidos, 5 de ellos como titular, para unos irrisorios 467 minutos. El ¨²ltimo duelo en el que jug¨® fue el 19 de marzo, ante el Girona (1-2).
Desesperaci¨®n.
Desesperados, sin saber ya qu¨¦ hacer para quitarse de en medio a Rivera, los moradores de los despachos de la UD quisieron incluirle junto a Ra¨²l Fern¨¢ndez en un ERTE a todas luces ilegal, pues el club segu¨ªa contratando a empleados (futbolistas) para ejercer la misma funci¨®n que ellos.
Incluso club y jugador tuvieron una cita en el juzgado, pero todo se resolvi¨® con un acuerdo previo en el que, seg¨²n anunci¨® Miguel ?ngel Ram¨ªrez, presidente y propietario del club, el propio Rivera acept¨® bajarse el sueldo. Pero dentro de unas semanas, cuando acabe la temporada y se precipite la toma de decisiones, tocar¨¢ volver a empezar. Y es que el paso del centrocampista asturiano por Las Palmas se ha convertido en una enigma continuo.