La liberaci車n de David L車pez es la viva imagen del Espanyol
La 迆ltima arenga del capit芍n, antes del ascenso, conmovi車 al equipo. Era la despedida a m芍s dos a?os de l芍grimas, dolor, noches en vela y nudos en la garganta.
Era el peso de sus propias carreras. El de la exigencia de ganar cada partido. Y, sobre todo, el mareante desaf赤o de tener en sus manos (y pies) el destino del quinto club con m芍s historia en la elite de Espa?a. De sentir la guillotina, con las reglas del juego de LaLiga y la crisis derivada de la pandemia, de un futuro incierto en caso de no alcanzar lo que ellos mismos, llevados inconscientemente por ese v谷rtigo de la obligaci車n, llamaban eufem赤sticamente ※el objetivo§: ?la mediocridad? ?El estancamiento en Segunda? ?La desaparici車n?
Toda esa insoportable carga la transportaban sobre sus espaldas los futbolistas del Espanyol, especialmente los canteranos, y singularmente David L車pez, quien esta temporada se estrenaba como primer capit芍n en la m芍s complicada de las tesituras. Suyas son, en consecuencias, las asas de este trofeo inmaterial pero valios赤simo que es el retorno a Primera.
※Gracias a los pericos por resistir en la adversidad, demostrando que este sentimiento es eterno§, expresaba David, el s芍bado, una vez consumado el ascenso, en un v赤deo cargado de emotividad que difundi車 el club, casi al tiempo que los futbolistas saltaban al ritmo del ＆?C車mo te atreves a volver?＊, de Morat, en el interior del autocar, en Zaragoza.
Palabras, las de su agradecimiento, que podr赤an referirse a s赤 mismo. A un calvario con final feliz, pero cuyo camino no pudo ser m芍s tortuoso. Y que, en su caso, hab赤a ido encadenando durante m芍s de dos a?os. De ah赤 que no pudiera evitar conmoverse horas antes del ascenso, en el vestuario visitante de La Romareda, cuando se dirigi車 a sus compa?eros para lanzar su habitual arenga previa a los partidos, en este caso antes del 0-0 ante el Real Zaragoza. Volv赤a el d赤a m芍s indicado, despu谷s de tres semanas apartado por lesi車n.
Seguro que a David le ayud車, para componer su discurso, la noche que hab赤a pasado pr芍cticamente en vela en el Gran Hotel, junto a la Plaza de los Sitios. Aunque, a decir verdad, no ten赤a m芍s que echar la vista atr芍s para emocionarse y emocionar. A aquel 2 de marzo de 2019 en que, al cuarto de hora de un Espanyol-Valladolid, se rompi車 el cruzado anterior de la rodilla izquierda. A los m芍s de seis meses de recuperaci車n, sin vacaciones, con gimnasio, monta?a, bicicleta, la compa?赤a de Pablo Piatti 每aquejado de la misma lesi車n每. Pod赤a acordarse de que, cuando volvi車 a jugar, en el equipo ya empezaba a pesar m芍s la amenaza del descenso que la ilusi車n por estar jugando en Europa.
Y los meses siguientes no hicieron sino ir a peor. Con aquella derrota en Pamplona, que doli車 como una pu?alada. O el descenso virtual, el 5 de julio de 2020, en casa frente al Legan谷s. ※Es muy duro＃ No s谷 ni qu谷 decir§, esbozaba, casi sin voz y tratando de reprimir las l芍grimas. Misi車n imposible.
Con la marcha de Javi L車pez, quien este domingo enviaba desde Australia un elegante y sentido mensaje de felicitaci車n, asum赤a David la primera capitan赤a. En plena incertidumbre. Sobre la plantilla y el banquillo de Segunda. Sobre las limitaciones econ車micas, hasta el punto de que se avino a rebajar su salario. Y empez車 el campeonato. Con victorias, con el equipo clasificatoriamente donde se le supon赤a. Pero el nudo en la garganta no pod赤a desaparecer. ※Cuando sientes al Espanyol, no puedes estar disfrutando en Segunda§, se atrevi車 a confesar.
Ah赤 ya se hab赤a convertido en portavoz de un barco que ya solo pod赤a regresar a su puerto. En la viva imagen del Espanyol. Que tuvo dudas, pero tambi谷n un capit芍n que 每como sucedi車 tras el delicado empate en Anduva (2-2)每 sali車 por iniciativa propia a hablar, a proclamar alto y claro que ※el objetivo§ se iba a cumplir.
Aquel golpe sobre la mesa la hizo temblar hasta el pasado s芍bado. Cuando su promesa fue matem芍ticamente cumplida. Y volvi車 a llorar. Como en marzo de 2019. Igual que en julio de 2020. Pero, esta vez, en este mayo de 2021, las l芍grimas eran de liberaci車n. De alivio. Acaso de felicidad. Porque uno es feliz en casa. Y el Espanyol, la Primera Divisi車n y su gente 每como demostr車 con sus c芍nticos, el domingo en Cornell角, durante los festejos con la afici車n每 son la casa de David L車pez.