Benzema trae luz al Madrid
Dos goles, una asistencia y otra tarde estelar del franc¨¦s mantienen al equipo en la Liga y deshacen al C¨¢diz. Volvi¨® Carvajal. Buen partido del canterano Blanco.
Valga el chiste f¨¢cil: Liga a falta de Superliga. En eso sigue el Madrid, que pende de un hilo por su desventaja y por la merma evidente de su plantilla, pero que va cargado de plutonio: Benzema, un jugador bueno y bonito a partes iguales. En el Carranza dej¨® dos goles, una asistencia y esa capacidad para apretar el bot¨®n nuclear que ten¨ªa Cristiano, independientemente de si el equipo mandaba o suf¨ªa. En el Carranza el Madrid mand¨® mucho y se acost¨® l¨ªder. El C¨¢diz, que era granito, se evapor¨® con un soplido.
Hace tiempo que, por un coronavirus de m¨¢s, un psoas maltrecho o un s¨®leo traidor, las alineaciones del Madrid son un Frankenstein. Lo fue la de Getafe, con cinco mediapuntas y ning¨²n mediocentro, producto de que los presidentes se enamoran de los primeros hasta convertirlos en una especie invasora en las plantillas y recelan de gastar dinero en los segundos. Y lo fue la de C¨¢diz, con un envase innovador. Un 3-4-3 explicable. Zidane no va ni a la esquina con Odriozola y Marcelo, laterales con mucha ida y poca vuelta, sin la escolta de tres centrales. Esta vez los ten¨ªa y los puso. Y dobl¨® el eje con el canterano Blanco para darse el gusto de jugar con extremos. Multiplicar las bandas es medicina tradicional para defensas cerradas. Pero lo que realmente cambi¨® al Madrid del Coliseum al Carranza fue Benzema, que es una caja registradora. Ahora mismo se siente capaz de todo, solo o acompa?ado.
El C¨¢diz, en cambio, es un equipo de responder antes que proponer. Ah¨ª no cabe el carnaval. De hecho, ?lvaro Cervera no se oculta como ap¨®stol del otro f¨²tbol, que en esto la verdad est¨¢ muy repartida. Confiesa que es por necesidad, pero no reniega de ello. Y le ha ido bien. Tom¨® al C¨¢diz en Segunda B, le dieron tiempo, lo ascendi¨® el pasado verano, lo tiene casi salvado y ha resultado muy poco masticable para los grandes. Esta vez compareci¨® muy demacrado. Cometi¨® un penalti prescindible y se deshizo despu¨¦s ante ese Madrid recompuesto que le atropell¨® sin pasar de tercera.
Un penalti de punto final
El partido comenz¨® muy al gusto del C¨¢diz, lejos de las ¨¢reas, repleto de minutos intrascendentes y con Negredo en el centro de la escena. A¨²n tiene muchos registros: el juego de espaldas, el toque para encontrar las bandas, un buen desborde en corto. Tuvo color amarillo lo primero con apariencia de vistoso: un remate demasiado cruzado de Jonsson y otro sin potencia de Jairo. Pan comido para Courtois. Hasta en posesi¨®n se puso el C¨¢diz a la altura de un Madrid sin Kroos ni Modric, las neuronas del equipo. Quiz¨¢ el partido ped¨ªa a Isco, pero sigue en riesgo de exclusi¨®n, enmohecido por falta de minutos. Y a pesar de salir con cinco brasile?os, el equipo de Zidane fantase¨® muy poco de salida.
El Madrid compareci¨® antes en el VAR que frente a Ledesma. A¨²n andaba Rodrygo quej¨¢ndose de un agarronc¨ªn (jugada gris tirando a blanca) de Jairo cuando Iza Carcel¨¦n pis¨® a Vinicius tan involuntaria como claramente en el ¨¢rea. Se le fue a Mateu pero no a De Burgos, en su burbuja, y Benzema decidi¨® la suerte del partido. No s¨®lo por transformar el penalti, el primero que le pitan al Madrid desde octubre (el famoso de Lenglet a Ramos en el Camp Nou), sino porque seis minutos m¨¢s tarde, en su faceta de cantautor, sac¨® un gran pase al segundo palo que cabece¨® Odriozola a la red a dos metros de puerta. Su sitio est¨¢ claramente al otro lado de la frontera. Y el franc¨¦s remat¨® la faena de cabeza, otro de los instrumentos que toca, a centro de Casemiro, antes del descanso. Antes era viol¨ªn. Ahora, viol¨ªn y tambor.
Polifac¨¦tico Casemiro
Como tantas veces, al Madrid le lleg¨® el gol antes que las musas, auxiliado por la torpeza del C¨¢diz en la salida de la pelota. Y hasta los tantos, sus mejores jugadores estaban al otro lado del campo: Nacho, en su habitual papel de central impecable; Blanco, que puede ser uno de esos canteranos que hacen plantilla en un puesto donde cuesta fichar, y Casemiro, el espalda plateada cuando no est¨¢ Ramos. Doctorado como mediocentro, oposita como mediapunta.
La mitad que restaba result¨® muy poco emocional. ?lvaro Cervera cambi¨® a cuatro en el descanso. Debieron parecerle pocos. Volantazos as¨ª son una bronca de obra y no de palabra: Fali de mediocentro, dos puntas, un lateral derecho (Akapo) m¨¢s activo. Una reforma total para salvar el honor. Los puntos ya eran un imposible. Y el Madrid dej¨® de jugar contra el C¨¢diz para hacerlo contra Betis y Chelsea. Volvi¨® Carvajal, que s¨®lo ha jugado tres partidos en 2021 y que forma parte de la guardia personal del franc¨¦s, y Asensio e Isco refrescaron el equipo. Benzema se qued¨® a¨²n un ratito m¨¢s porque se estaba dando un gustazo que Zidane no quiso interrumpir, aunque la prudencia aconsejaba otra cosa.
El final fue plomizo. Zidane prob¨® a Miguel Guti¨¦rrez por si se extiende la plaga y Mariano dej¨® una gran maniobra y un mal remate en una jugada previamente anulada por fuera de juego. En cambio, Blanco aprovech¨® hasta el hueso su partido. Ah¨ª el Madrid est¨¢ tieso, se abre un hueco y el canterano se lanz¨® de cabeza a por ¨¦l.
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